Pedicura casera paso a paso
Pies en remojo
Introduce los pies en un recipiente con agua templada. Puedes añadir sal marina o sales de baño y unas gotitas de aceite esencial. El agua debe estar templada, para preparar los pies para los cuidados básicos. Si quieres ambientar aún más tu pediluvio, puedes añadir pétalos de flores.
Exfoliación
A continuación, exfolia los pies con suavidad con un producto específico para el cuerpo, o creando tus propios exfoliantes caseros. Masajéalos de forma circular, prestando especial atención en la zona de los talones. Posteriormente elimina los restos de producto con agua.
Cepillado
Utiliza un cepillo específico para las uñas y frota con suavidad, pero cierta energía, para eliminar restos de suciedad y células muertas de la piel de alrededor. Asegúrate de que éstas queden bien limpias.
Uñas a punto
Utiliza el utensilio con el que suelas cortarte las uñas, ya sean tijeras o un cortaúñas, y recórtalas rectas. Es muy importante que no las redondees ya que podrían hacerte daño al crecer de nuevo. Una vez estén recortadas, límalas y dales la forma que te guste.
Elimina cutículas
Vuelve a meter los pies en remojo con agua templada unos minutos, para que se ablanden las cutículas y puedas empujarlas, con la ayuda de un palito de naranjo. Seca antes muy bien tus pies para poder realizar este paso correctamente.
Retira durezas y callosidades
Con una piedra pómez, lima bien las durezas y callosidades. Deberás prestar especial atención a los talones, que suele ser la zona más conflictiva. Si las durezas se resisten, puedes utilizar cortacallos.
Hidratación
Aplica una cantidad generosa de crema hidratante para tus pies y déjalos respirar un ratito para que ésta penetre y pueda nutrirlos y suavizarlos.