
Con la llegada de la primavera, el buen tiempo y el calor, en muchos sitios de España (sobre todo en el sur) es bastante típico que se tomen caracoles y cabrillas para comer. Puede que para algunos resulte una práctica poco apetecible comer una babosa, pero lo cierto es que los caracoles aportan beneficios a la salud que te comentamos a continuación.
Es importante mencionar que la manera en que cocinemos los caracoles influye en su aporte nutricional. Poco nos ayudará consumirlos con salsas y migando pan como si no hubiera un mañana, así que el método de preparación es clave para una dieta equilibrada.
Son ideales en dietas de pérdida de peso
Incluir caracoles en nuestra alimentación puede ser beneficioso para controlar el peso, tanto si deseamos mantenerlo como si queremos perder algunos kilos. Su aporte calórico es bastante bajo, tan solo 90 calorías por cada 100 gramos. Además, aportan 16 gramos de proteína y menos de 2 gramos de hidratos de carbono. Esto los convierte en una opción ideal para quienes buscan alternativas saludables. Para más información sobre alimentos saludables, puedes consultar sobre alimentos ricos en vitamina B3.
En cuanto a las grasas que aporta una porción de 100 g de caracoles, contiene 119 mg de ácido eicosapentaenoico (EPA), un ácido graso omega-3 que, si se consume en una dosis diaria promedio de 250 mg, puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades del corazón. Además, los caracoles tienen menos de 1 gramo de grasa saturada y menos de 2 gramos de grasas totales.
Buen aporte de hierro y otros minerales
El hierro es un mineral imprescindible para nuestro organismo, ya que es esencial para la producción de glóbulos rojos que transportan oxígeno a través del cuerpo. Los caracoles son una buena fuente de este mineral, aportando 3,5 mg de hierro, lo que representa cerca del 20% del aporte diario recomendado. A diferencia del hierro presente en muchos alimentos vegetales, el hierro de los caracoles se encuentra en forma de hemo, que es mucho más fácil de absorber por el organismo.
Además, los caracoles son ricos en otros minerales esenciales como vitamina B-12, magnesio, potasio y sodio. Por cada 100 gramos, obtendremos 382 mg de potasio y 70 mg de sodio, que son valores aceptables en dietas saludables. Un nivel bajo de potasio o alto de sodio puede derivar en patologías renales, cardíacas o cerebrovasculares. Por ello, es importante mantener un control sobre la ingesta de sodio y potasio en tu dieta.
Los caracoles también son un alimento ideal para aquellos que buscan controlar su colesterol. Gracias a su contenido en grasas saludables y bajo en grasas saturadas, su consumo puede contribuir a mantener niveles óptimos de colesterol en sangre. Para quienes deseen conocer más sobre los beneficios de otros alimentos, leer sobre insectos comestibles podría resultar interesante.
Beneficios adicionales para la salud
Los caracoles no solo son nutritivos, sino que también ofrecen otros beneficios para la salud. A continuación, destacamos algunos:
- Protección contra radicales libres: Los caracoles contienen antioxidantes que ayudan a neutralizar los radicales libres, contribuyendo así a la salud celular.
- Regulación del metabolismo: Su contenido en minerales como el selenio ayuda a regular el metabolismo y protege las células del daño oxidativo.
- Salud cardiovascular: Gracias a los ácidos grasos omega-3 que aportan, su consumo puede reducir la inflamación y prevenir enfermedades cardíacas.
- Mejora de la salud digestiva: Al ser ricos en proteínas y fibra, los caracoles ayudan en la regulación de los movimientos intestinales y fomentan una digestión saludable.
En el ámbito estético, la baba de caracol es conocida por sus propiedades regenerativas. Además de ser un ingrediente popular en productos cosméticos, se utiliza para tratar la piel irritada y mejorar la elasticidad y la hidratación de la piel.
¿Cómo preparar caracoles?
Para disfrutar de los beneficios de los caracoles, es fundamental prepararlos adecuadamente. Aquí van algunos consejos:
- Purgado: Antes de cocinarlos, es necesario purgar a los caracoles. Este proceso se realiza alimentándolos con hierbas aromáticas y lechuga durante un par de días, lo que ayuda a limpiar su sistema digestivo y mejorar su sabor.
- Cocción: Los caracoles suelen hervirse en agua y sal, aunque es importante no abusar de la sal, ya que esto puede afectar negativamente su salud y sabor.
- Salsas: En muchas recetas, los caracoles se acompañan de salsas. Sin embargo, es recomendable optar por opciones más saludables, evitando las salsas excesivamente grasas que pueden anular sus beneficios.
La versatilidad de los caracoles en la cocina permite crear diversas recetas, desde tapas tradicionales hasta platillos más elaborados. En España, especialmente en Andalucía, el consumo de caracoles ha sido una tradición arraigada que se disfrutaba en reuniones familiares y festividades. La famosa tapa de caracoles se puede encontrar en muchos bares y restaurantes, ofreciendo a los comensales una experiencia gastronómica única.
Con estos consejos y recordando sus maravillosos beneficios, integrar los caracoles en tu dieta puede convertirse en una deliciosa y saludable opción. Además, al ser un alimento bajo en calorías y con alto contenido proteico, son ideales para aquellos que buscan cuidar su figura.