Hay muchos momentos en los que podemos sentir tensión o dolor en ciertas zonas de nuestro cuerpo. Aprender algunas técnicas para masajearnos, puede ayudarnos a aliviar las molestias y mejorar el estado de nuestra musculatura. Hoy te hablamos de 3 formas de hacerte un masaje en casa con algunos artículos que te pueden ayudar. Te resultarán muy útiles.
Generalmente, la mala colocación del cuerpo, o mantener la misma postura durante mucho tiempo, puede hacernos sentir molestias en algunas áreas corporales. Saber cómo hacer un masaje que nos permita liberar la tensión, relajar la zona y devolverla a la normalidad, puede salvarnos en más de una ocasión. En función del lugar donde sentimos molestias, podemos utilizar las manos, o emplear algún accesorio que sirva como complemento. Recuerda que más allá de hacerte un masaje en casa, sería recomendable llevar a cabo una serie de estiramientos para no dejar que los dolores vayan más allá y se conviertan en molestias mayores. Puedes consultar Estiramientos para cuidar tus cervicales.
3 Formas de hacerte un masaje en casa
Si eres de esas personas que pasa mucho tiempo de pie o, por el contrario, debe estar horas y horas sentado en una silla frente al ordenador, es probable que tu cuerpo te esté pidiendo auxilio. Los hombros y espalda, así como las manos o los pies, son las zonas donde solemos experimentar dolor más a menudo a raíz de pasar horas en la misma posición o de una mala postura corporal. ¿Cómo masajearlas?
Espalda y hombros
La forma más eficaz de hacerte un masaje a ti mismo en la zona de hombros y espalda, es utilizando una pelota de tenis. Déjala en el suelo y túmbate boca arriba dejándola bajo tu espalda. Con suavidad, ve rodándola de forma orgánica sobre los puntos donde sientas más dolor. Quédate un rato ahí y siente cómo se van relajando.
Manos
Si trabajas con el ordenador, es probable que tus manos y muñecas estén resentidas. Piensa que las empleamos durante todo el día para muchas cosas y no tienen descanso. Masaje la palma derecha con el pulgar izquierdo y viceversa. Posteriormente, lleva la palma derecha al frente, alargando tu brazo y, con la otra mano, empuja suavemente de los dedos; la palma de la mano mira hacia el frente y debes tirar de los dedos hacia ti con la mano contraria. Aguanta unos minutos y cambia.
Pies
Cuando estamos mucho tiempo de pie, utilizamos el mismo calzado durante mucho tiempo o vamos sin parar de un lugar a otro, podemos experimentar dolor en los pies al final del día. Cuando llegues a casa, siéntate y deja en el suelo una botella pequeña de agua congelada. Pon el pie (con calcetín) sobre ella, y hazla rodar, de dedos a talón. Cambia de pie. Notarás una gran diferencia.