¿Por qué los perros nos siguen a todas partes?

Los perros nos siguen a todas partes

Si tenemos un cachorro en casa o un perro de cualquier otra edad, seguro que habremos visto que nos sigue a todas partes. No solo eso, sino que a veces, sin motivo aparente, se levantan de su casa o dejan de hacer lo que estén haciendo y se vienen con nosotros. Todo eso tiene una explicación que nos hará morir de amor y querer aún más a nuestros perros.

Es muy tierno ver cómo un cachorrito sale corriendo detrás de nosotros o de nuestro familiares y amigos, pero eso puede identificarse como juego y exploración de su entorno, lo que tiene una respuesta oculta muy adorable (o no) es el hecho de que nuestro perro nos siga a todas partes, incluso se siente en la cocina mientras cocinamos, venga con nosotros al baño, nos acompañe a tender la ropa, etc.

Los perros tienen muchos instintos y entre ellos está el de protección. Los perros, a diferencia de los gatos, nacen con la necesidad de vivir en manadas y de amar a quienes les rodean. En base a todo esto se construye la respuesta de por qué los perros siempre nos siguen a todas partes.

Su amo es su líder

En la historia de la humanidad siempre se ha sentido la necesidad de creer en algo superior a nosotros, ya sea en un dios, en un destino escrito, en un ente superior que controla nuestras vidas, en los espíritus que nos ayudan a guiar nuestras decisiones y tal. Algo similar sucede con los perros.

Los canes sienten que su dueño es su líder y le deben sumisión, y allá donde vaya él, irán ellos. Ahora bien, como pasa con los gatos, hay casos y casos, es decir, hay perros muy apegados y otros más despegados e independientes.

Ejemplo de como los perros nos siguen

Ni uno es mejor ni el otro es peor. Si en nuestro caso nuestro perro es independiente, no significa que nos quiere menos, simplemente su personalidad es más distante y fría. Es exactamente igual que en los humanos.

Hasta aquí todo bien, pero cuando ese comportamiento no se corrige, se convierte en obsesión y los perros nos seguirán incansablemente. Es un gesto de amor y admiración puro que brota desde lo más profundo de sus corazones inocentes.

Una obsesión que se debe corregir

Por muy tierno que sea el gesto, debemos enseñarles que deben estar tranquilos en sus camas, con sus juguetes o comiendo. Enseñarles que si nos vamos a otra habitación o salimos de casa vamos a regresar y volveremos siempre con ellos. Esa relación de dependencia crea estrés por separación y los perros sufren mucho.

Esta reacción ha de corregirse desde el principio, lo que no debemos de corregir en exceso es cuando el can quiere pasar tiempo con nosotros. Son muestras de afecto y cariño, y que quiera estar junto a nosotros en la cocina, el baño, el sofá o en la cama, es un acto de amor que debemos agradecerles.

Si corregimos también esos acercamientos, podremos frustrarlos y eso se traduce en muebles rotos, llantos y aullidos, peleas, ataques de agresividad, tristeza, falta de apetito, hacer sus necesidades en casa, etc.


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