En España no tenemos una tasa muy elevada de personas que sufren diabetes tipo II, pero nos encontramos con el dato de una de cada diez. Los expertos siempre han dicho que la alimentación es fundamental para gozar de una buena salud, y un reciente estudio asegura que la dieta mediterránea (rica en aceite de oliva virgen extra), favorece a disminuir el uso de fármacos para diabéticos.
El aceite de oliva es clave en la alimentación
La investigación la han llevado a cabo investigadores del Ciberobn de la Universidad de Navarra desde 2013, y se ha publicado en la revista Diabetes Care. En ella, se ha descubierto que la necesidad de tomar medicación puede disminuir en hasta un 22%. Para llegar a este resultado, contaron con la participación de 3.230 diabéticos que fueron analizados durante 3 años. Tuvieron que someterse a tres dietas al azar: dieta mediterránea con aceite de oliva virgen, dieta mediterránea suplementada con frutos secos mixtos y una dieta baja en grasas (grupo control).
No hubo duda de que aquellos que siguieron una dieta mediterránea con gran presencia de aceite de oliva virgen extra, reducían aproximadamente un 22% la necesidad de tomar alguna medicación antidiabética, en comparación con el grupo control.
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¿Solo debemos tener en cuenta la dieta?
Fernando Arós, autor del estudio, afirma que «la menor necesidad de medicación (ya sea oral o inyectable) con el patrón de dieta mediterránea y aceite de oliva virgen extra probablemente refleje el mejor control glucémico que se obtuvo con esta dieta durante el largo seguimiento del estudio Predimed«.
«El efecto favorable probablemente se deba causalmente al cambio logrado en la composición general del patrón dietético usado en PREDIMED. No se puede explicar por consumir menos calorías, hacer más actividad física o por pérdida de peso, ya que tales aspectos no formaban parte del ensayo PREDIMED y no hubo diferencias al respecto entre los tres grupos«, comentaba el primer autor del estudio, Javier Basterra-Gortari, investigador asociado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra. Es decir, se podrían haber tenido en cuenta otra serie de factores que no fuera la alimentación para saber si se podría mejorar el perfil glucémico. Lógicamente, el ejercicio físico y y el mantenimiento de un peso saludable ayudan a reducir la posibilidad de padecer alguna enfermedad cardiovascular, como la diabetes.
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