El aleteo palpebral no presenta ningún síntoma malismo, así que no deberías de preocuparte si te sucede. Las contracciones involuntarias del músculo del párpado suelen ocurrir en la zona inferior del ojo, y normalmente solo afecta a uno. Se caracterizan por no ser demasiado fuertes como para llegar al cerrar el ojo de manera involuntaria completamente. Si, son molestos y pueden llegar a repetirse cada ciertos minutos.
Te contamos por qué ocurren y como puedes evitarlos.
El estrés es su aliado
El estrés es uno de los peores sufrimientos globales que aparece cuando estamos en situaciones de ansiedad, falta de sueño, tensión o cansancio. En ninguna de sus formas el estrés es aliado de nuestro organismo, produce fatiga muscular y es por eso que nuestro ojo es más vulnerable a él.
Ten en cuenta que los músculos oculares están en constante funcionamiento, ya que nos pasamos demasiadas horas despiertos. Se dice que ponemos parpadear unas 10 veces por minuto, así que imagina cuántos parpadeos realizamos al final del día. Además, si tenemos falta de sueño puede incrementarse el tiempo que ha pasado cierto, y a su vez el número de parpadeos.
¿Hay que ir al médico?
Lo más normal es que el tic nervioso cese a los pocos minutos y que no se repitan, pero existen ocasiones en las que el tic perdura durante varios días, llegando a ser bastante molesto.
En ese caso, deberíamos plantearnos acudir al médico. No existe una alarma como tal, pero si también ocurre cuando estamos dormidos, el tic puede afectar a otros músculos de la cara.
Normalmente, el médico te recomendara que descanses adecuadamente y que evites las situaciones de estrés, además de eliminar estimulantes como la cafeína o la teína. También es posible que te ayude con la sequedad ocular, que te recomiende evitar las lentillas durante un tiempo y alejarte de pantallas (móviles, ordenador, televisión).
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