Entrenar antes de ir al trabajo es posible. Seguro que al salir de casa a las 8:00 de la mañana te has cruzado con alguien haciendo running, ¿verdad? Tu mente a esa hora solo piensa en la siesta que se va a echar después de comer o en la jornada de trabajo que le espera por delante. ¡Intenta cambiar! Hacer deporte antes de trabajar o de ir a clase nos aporta muchísimos beneficios.
Vamos a necesitar una gran fuerza de voluntad hasta que nuestro cuerpo se acostumbre a madrugar para ir al gimnasio o hacer deporte al aire libre. Siempre nos resulta más cómodo hacer deporte por la tarde, ya que nuestro cuerpo está 100% activado y no necesita despertarse.
¿Qué beneficios aporta?
No vamos a negar lo evidente: acostumbrarnos a madrugar siempre da muchísima pereza. Bien sea para hacer deporte, para ir a trabajar o para hacer un viaje. Aquí interviene el factor mente para ayudarte a cambiar ese hábito. Recuerda que solo necesitamos 21 días para adaptaros a un hábito nuevo; por eso hay retos en internet que tienen esta corta duración.
Cuando entrenamos antes de ir al trabajo, estamos activando nuestro cuerpo y mente de forma natural y rápida. Le estamos añadiendo a nuestro cuerpo un chute de energía, que te hará que no necesites ni el primer café de la mañana.
Salir a correr o ir al gimnasio te activará y ayudará a que tu jornada laboral se te pase mucho más rápido. Cuando hacemos una actividad física, estamos liberando endorfinas que son las encargadas de producir sensación de felicidad. ¿A que va a ser posible estar contento en el trabajo?
Aunque parezca lo contrario, nos ayuda a liberar el estrés desde que nos levantamos. Entrenar desde temprano hace que nuestra mente se prepare para aguantar mayores cargas de estrés durante el día. Así que seremos menos vulnerables a estresarnos y estaremos más relajados. Es importante evitar el bloqueo mental para mantener una buena salud mental.
Busca tu motivación
Sí, las primeras semanas será complicado, pero te estarás volviendo más fuerte mentalmente cuando suene la alarma y decidas poner un pie en el suelo. Busca tu motivación: bajar de peso, activarte desde primera hora, aprovechar las horas del día, establecer un hábito de vida saludable…
Ten claro algunos de estos consejos para no tirar la toalla la primera semana:
- Decide si vas a entrenar en el gimnasio o al aire libre. Evita pensarlo nada más levantarte porque tu mente intentará jugarte una mala pasada y querrá que optes por seguir en la cama.
- ¿Desayunarás antes o después de entrenar? Dependiendo de cómo te establezcas deberás tomar un tipo de desayuno diferente.
- Ten claro el ejercicio que quieres hacer: correr, entrenar un grupo muscular, natación…
- Créate una rutina. Con el tiempo no entenderás el hecho de despertarte e ir directo al trabajo. Tu cuerpo se acostumbrará y te demandará su dosis tempranera de deporte.
- Tener un compañero de fatigas puede ser ventajoso y no. Si asocias entrenar a hacer con alguien, el día que esa persona no pueda tú tampoco irás.