El brownie es uno de los dulces más deseados por los amantes del chocolate y de las texturas crujientes. Existen miles de versiones sobre el clásico bizcocho de chocolate con nueces, aunque la mayoría añade ingredientes poco saludables. Hoy te enseñamos una receta totalmente fit, en la que el mayor peso de los ingredientes lo determinan dos hidratos de carbono de asimilación lenta. Prepárate para descubrir tu nuevo snack favorito post-entreno.
Índice
Menos harina y más boniato
En alguna ocasión he comentado lo que me gusta usar calabaza en postres y dulces, y hoy probarás a introducir boniato (batata, patata dulce). ¿Por qué este tubérculo? Además de ser un hidrato de carbono de asimilación lenta, encontramos un bajo aporte de grasas, alto contenido en fibra dietética y gran aporte en micronutrientes. Es rico en hierro, calcio, potasio, zinc, magnesio, fósforo, vitamina A, B, C, E y K. Además, también aporta 1’6 gramos de proteína vegetal por cada 100 gramos de producto y solo 85 calorías.
Tanto el boniato como el plátano evitan que incorporemos grandes cantidades de harina en nuestro brownie, por lo que se convierte en un dulce saciante y con mejor valor nutricional.
Puedes escoger otro fruto seco, en lugar de las nueces, tanto si eres alérgico como si prefieres otro tipo de fruto. Y, en cuanto al edulcorante, añade el que quieras (miel, stevia, sirope de ágave) pero sin excederte. Tanto el boniato como el plátano aportan un sabor dulce que evitan que sea un bizcocho amargo.