Los campeonatos de Wimbledon son los más antiguos y prestigiosos de los cuatro torneos de Grand Slam de tenis. Wimbledon está inundado de tradiciones y características duraderas en el tiempo, como el hábito de llamar a las competencias de hombres y mujeres «caballeros» y «damas», respectivamente. ¿Pero a qué se debe que tengan que vestir de blanco todos los deportistas?
A pesar de tener otros muchos protocolos centenarios, como que el Palco Real esté reservado a los miembros de la nobleza inglesa desde 1922, también llama la atención la exigencia en la ropa. Podría decirse que el aspecto más notable del evento es el código de vestimenta completamente blanco para todos los tenistas. Pero, ¿por qué el torneo especifica que sus jugadores vistan “predominantemente de blanco” o “casi completamente de blanco”?
Código de vestimenta
La respuesta corta es porque está en el código de vestimenta del campeonato. Y existe una razón para ello. Hay que remontarse hasta 1880, cuando el código se escribió en una elegante década. Las manchas de sudor se consideraban tan impropias y antiestéticas que se decidió que se debía usar blanco para minimizar su visibilidad, ya que el sudor es más evidente en ropa colorida.
Pero también se encuentran connotaciones clasistas en el uso de la ropa blanca. Para cuando se puso este código, el blanco era un color que se ensuciaba muy fácilmente y no resultaba práctico para los trabajadores. Por lo tanto, se destacaba la clase adinerada que podía permitirse el lujo de jugar al tenis en los meses de verano.
A partir de ese período, las prendas de color blanco se consideraron la vestimenta estándar para los tenistas adinerados, que describía a todos los que jugaron en los primeros torneos de Wimbledon. Una vez que se prescribió esa regla en el código de vestimenta, Wimbledon, amante de la tradición, se mostró reacio a eliminarla.
Foto: El País
Casos de tenistas rebeldes
Aunque ha sido parte de Wimbledon durante más de un siglo, el código de vestimenta completamente blanco no siempre ha sido popular entre los jugadores de tenis. El caso más extremo de esto fue cuando la superestrella Andre Agassi se negó a jugar en Wimbledon de 1988 a 1990 en parte porque el código de vestimenta le impedía usar la ropa llamativa que le resultaba más cómoda (y que era gran parte de su marca personal en ese momento).
Incluso, una de las personas ampliamente consideradas como el mejor tenista masculino de todos los tiempos, Roger Federer, no estaba por encima del código de vestimenta. En 2013 fue reprendido por usar zapatillas blancas con suela naranja y se vio obligado a reemplazarlas en el siguiente partido.
Al año siguiente, la también leyenda del tenis Martina Navratilova dijo que los organizadores del torneo habían «ido demasiado lejos» cuando le dijeron que su falda de rayas azules no estaba a la altura del código.
Cuando las críticas de algunos de los mejores jugadores de todos los tiempos no son suficientes para que Wimbledon suavice su código de vestimenta, es muy probable que sigamos viendo a los participantes de Wimbledon vestidos de blanco durante mucho tiempo.