Si ya te has informado de la cantidad de beneficios del yoga y has decidido empezar, seguro que este post te interesa. El yoga es un estilo de vida que pasa por la práctica física, la alimentación y otras pautas cotidianas con las que lograr el equilibrio interno. A continuación, te damos algunos consejos para tu primer día.
Enfrentarse al primer día, en cualquier disciplina, no es fácil. Nos sentimos inseguros porque no dominamos el campo en el que nos vamos a introducir. Sin embargo, es también la parte positiva: dar con algo novedoso que nos despierte esos nervios sanos y la curiosidad. En ocasiones tememos no tener el nivel suficiente para seguir la actividad o sentirnos perdidos y no poder terminar.
Aunque el yoga sea una actividad relativamente tranquila, no quiere decir que tengas que saber hacerlo todo el primer día. De hecho, te encontrarás con algunos bloqueos o momentos de dificultad. Pero, ¿quién ha dicho que tenga que ser fácil? Que al principio nos cueste un poco más, no es más que la evidencia de que vamos a mejorar progresivamente y a convertirnos en una mejor versión de nosotros mismos. Ten claro que el yoga te va a portar mucha tranquilidad; te ayudará a equilibrarte física, mental y emocionalmente; y a tomar conciencia de ti mismo y de tus miedos para poder combatirlos.
Índice
Consejos para tu primer día de yoga
Llega a clase con antelación
Si llegas a la clase a la hora en punto o cuando pasan unos minutos, el resto de compañeros ya estarán situados en la sala, habrán calentado y es probable que te sientas más incómodo al entrar. Si aún no conoces dónde están las esterillas, el procedimiento que sigue el profesor, o profesora, o ya no queda espacio en la clase… te encontrarás perdido y no disfrutarás de la dinámica tanto como deberías.
Si, por el contrario, llegas con tiempo, tendrás la oportunidad de conocer al profesor o profesora, encontrar el material necesario, buscar una buena ubicación en la sala y, además, podrás empezar a calentar la musculatura para dar lo mejor de ti.
La ubicación en la sala
Si has seguido el primer consejo, has llegado pronto a clase y has tenido la oportunidad de elegir en qué lugar establecer tu sitio, intenta hacerlo por las primeras filas, cerca del profesor o profesora. Aunque al principio tendamos a ponernos lo más alejados posible, atrás, pegados a la pared del fondo, esto es un error. Si intentamos estar cerca del instructor podremos tener una mayor visibilidad y seguir la dinámica con más certeza. Si estamos por las últimas filas no veremos nada y nos sentiremos aún más perdidos. Cuando entres a clase, deja fuera la vergüenza.
¿Calcetines adherentes?
Conforme se ha ido poniendo de moda la práctica de yoga, han salido a la venta muchos accesorios y utensilios para complementar tus clases. Sin embargo, usar, por ejemplo, calcetines adherentes o guantes, no es del todo provechoso. Si tú crees que te sentirás más cómodo utilizándolos, no dudes y a por ello. Sin embargo, te aconsejamos que te despojes de los calcetines y practiques descalzo. Así podrás sentir el contacto con el suelo o la esterilla y sentirte más arraigado al espacio. Pruébalo sin miedo y decide cómo te sientes más cómodo.
Permítete ser el nuevo
A veces estamos acostumbrados a ser buenos en nuestra disciplina, o en cualquier rama de la vida, y no nos permitimos ser los nuevos. Nadie nace aprendido y es lo más normal del mundo ir perdidos el primer día. No te obsesiones con la idea de no poder seguir el ritmo del profesor. Tampoco con no tener la suficiente flexibilidad o ir por detrás de tus compañeros. Poco a poco notarás una mejora súper evidente y sentirás como empiezas a dominar la práctica.