La sal se usa para potenciar el sabor de las comidas, pero antes de llegar a ese punto, antes solo se usaba para la conservación de los alimentos y tras los avances tecnológicos ese uso de la sal fue desapareciendo hasta llegar a usarse solo para aderezar. Entonces, ¿de verdad es necesario o solo hemos estirado esta costumbre? Vamos a responder a esta y a otras preguntas a lo largo del texto.
En la actualidad, y desde hace ya varias décadas, usamos la sal en casi todas las comidas, salvo en bebidas, boles de frutas, repostería y derivados. Estamos acostumbrados a hacerlo, 5tanto, que más de uno de nosotros no es capaz de cocinar sin sal.
Si hacemos un cálculo, al menos de la comida que nosotros mismos preparamos a lo largo del día, nos daremos cuenta de que le estamos echando sal a casi todo, desde un huevo, a una ensalada, pasando por un guiso, un trozo de carne, un revuelto de setas y pimientos, en definitiva, a todo.
Todo esto son varios gramos de sal al día y eso sin contar los gramos que ya traen de por sí los productos precocinados, envasados y otros alimentos ultraprocesados que solemos consumir en nuestro día a día. Según la OMS un adulto medio debe consumir un máximo de 5 gramos de sal al día, aunque lo más adecuado es no pasarse de los 2 gramos para evitar problemas con la tensión.
Beneficios de la sal
Desde el día en que nacemos nuestros 5 sentidos se van desarrollando y acomodando, y entre ellos está el gusto. La sal se saborea y desde bien pequeños hemos escuchado eso de «está soso, voy a echarle sal», pero la historia no se queda ahí, y es que esta especia va más allá de dar sabor a las comidas.
Regula el azúcar en sangre
Si somos diabéticos, consumir sal de forma natural, tras haberla añadido a la cocción de los alimentos, ayuda a reducir los niveles de azúcar en la sangre. La mejor opción es la sal marina, ya que lleva años considerándose una ayuda en la creación de insulina.
Antes de tomar esta decisión, y optar por cocinar con sal, o mejor es consultarlo con nuestro médico o con algún especialista que conozca nuestro caso y pueda respondernos as la duda sin poner en riesgo nuestra salud.
Remedio contra los resfriados
La sal de mar es un remedio natural contra las inflamaciones del sistema respiratorio. Puede sonar un poco repulsivo, pero enjuagarse con agua de mar reduce la duración de las gripes y resfriados, ya que consigue limpiar las vías respiratorias.
Esto se debe a su acción antiséptica y también podemos aprovecharlo para curar heridas superficiales como raspones, arañazos, llagas y similares. Lo suyo es bañarse en el mar o usar suero fisiológico, pero como remedio casero también podemos echar una cucharada de sal en un vaso de agua y limpiarnos la herida o enjugarnos la boca.
Favorece las digestiones
Cocinar con sal, siempre en su justa medida, contribuye a una correcta digestión propiciando la rápida eliminación de líquidos, activando el apetito, controlando la acidez en el estómago y disminuyendo los gases o problemas de digestión que suelen darse cuando se come mucho, o no reposamos el cuerpo tras la ingesta.
Esta especia es rica en potasio y eso es muy bueno para el correcto funcionamiento de los músculos de todo el cuerpo. Asimismo, el sodio propio de la sal, contribuye a que el organismo sea capaz de absorber los nutrientes de todos los alimentos al pasar por los intestinos.
Inconvenientes del consumo excesivo
No todo iba a ser bueno, es cierto que el consumo de sal siempre se ha tachado como perjudicial, y es cierto, pero nosotros queremos matizar que todo es malo cuando se hace en exceso, por lo tanto, estos son los principales inconvenientes del excesivo consumo de sal.
Aumento de peso
Con el consumo excesivo de sal en nuestro día a día llegan problemas series como el sobrepeso y la obesidad. Como hemos visto en el apartado anterior la sal favorece el apetito por lo que una persona que tarde más en sentirse saciada podría consumir un extra de calorías en cada comida. Es por esto por lo que cuando se sufre obesidad o sobrepeso, las dietas suelen ser bajas en sal o casi sin sal.
Además, el exceso de sal produce sed y por costumbres erróneas tendemos a «calmar» nuestra sed con bebidas energéticas y azucaradas en lugar de usar agua fresca. Este hecho duplica o triplica la ingesta de calorías en una persona, además con calorías vacías que se convierten en grasa al metabolizarse rápido y no convertirse en energía.
Presión arterial
El consumo de sal en grandes cantidades afecta directamente a nuestra presión arterial elevando las posibilidades de sufrir hipertensión. Esto se debe a que la sal llega a los riñones y estos no son capaces ya de eliminarla debido a las grandes cantidades, entonces la sal aumenta el líquido del cuerpo incrementando a su vez el volumen de la sangre que circula por la sangre obligando al corazón a trabajar más.
Esto desencadena problemas renales y cardiovasculares, en ambos casos se trata de desequilibrios causados por un abuso de la sal en las comidas. Las consecuencias son graves, como infartos, insuficiencia cardíaca, trastornos renales, etc.
Retención de líquidos
Otras de las consecuencias fatales de cocinar con sal en nuestro día a día y va muy de la mano con todos los inconvenientes que hemos explicado hasta ahora. Cuando fallan los riñones, el cuerpo no filtra todo lo bien que debería y no se elimina todos los líquidos que se debería.
El consumo de sal en exceso provoca un círculo vicioso donde la retención de líquidos es una de sus consecuencias. La retención de líquidos se caracteriza por piernas hinchadas, sobre todo los tobillos y también edemas, llegando incluso a dificultar la movilidad y apareciendo llagas en algunas zonas del cuerpo.
¿Necesitamos la sal?
Hemos visto que tiene varios beneficios importantes, también sabemos que potencia el sabor de las comidas, y que también tiene inconvenientes graves, siempre y cuando nos pasemos con la cantidad diaria. Como necesitar, sí necesitamos la sal, ya que es una fuente de sodio esencial, pero no necesitamos tantísima cantidad como usamos a diario.
Recordemos que la OMS, la Organización Mundial de la Salud, recomienda máximo 5 gramos de sal al día para un adulto medio, siempre y cuando nuestra salud esté bien, tengamos una dieta variada y tengamos hábitos de vida saludables, como beber mucha agua y practicar deporte entre otros.
Ahora toca reeducar nuestro paladar y en lugar de optar por eliminar, ir reduciendo sustancialmente y solo usar esta especia donde sea estrictamente necesario porque muchos alimentos que ingerimos a diario ya tienen suficiente contenido de sodio.
Podemos cambiar la costumbre de cocinar con sal por otras especias y aderezos como pimienta, albaca, eneldo, laurel, tomillo, perejil, limón, orégano, romero, azafrán, curry, nuez moscada, etc.