Desde pequeños nuestros padres nos apuntan a clases extraescolares, a veces de música y a veces de deporte. En un principio es para mantenernos activos, ocupados y que nos relacionemos con otros niños a la vez que ejercitamos el cuerpo y la mente.
Ahora llega un nuevo estudio y les da la razón a todos los padres de todas las generaciones, diciendo que si un niño en edad escolar realiza deporte con frecuencia, mejora sus notas. Pero antes de decirle a nuestro hijo: «¿Ves? Si lo hago por tu bien», será mejor que el niño o la niña nos diga si le gusta practicar ese deporte o no. Antes de todo está su felicidad y tranquilidad.
La investigación fue realizada por la Universidad de Ginebra (UNIGE), en Suiza. Los investigadores seleccionaron 8 escuelas de la ciudad de Ginebra y comenzaron sus pruebas para establecer la relación directa entre deporte y calificaciones.
El coautor de esta investigación, Charles Hillman, indica que hay tres funciones importantes que aporta el ejercicio en los niños y mejora su rendimiento académico:
- Capacidad para inhibir comportamientos o pensamientos intrusivos e irrelevantes.
- Se desarrolla la multitarea o flexibilidad cognitiva.
- Se incrementa el almacenamiento temporal de información (memoria de trabajo).
En el estudio se analizaron a 193 alumnos de entre 8 y 12 años de edad mediante pruebas físicas y cognitivas. Tras las pruebas, un grupo de psicólogos determinaron que sí existía un vínculo entre la aptitud cardiorrespiratoria de los menores y sus calificaciones en las materias principales como idiomas y matemáticas.
Con este estudio, y sus resultados, se hace hincapié en la importancia que tiene el deporte en la etapa escolar y que, en lugar de eliminar o reducir las clases de Educación Física, hay que saber repartirlas en el horario escolar y realizar ejercicios y prácticas deportivas variadas.
Los psicólogos del estudio comentan que privar a los niños del deporte es perjudicial para su salud física y cognitiva. El estudio también se planta frente a la costumbre de obligar a los niños a pasar horas y horas frente a los libros estudiando, en lugar de permitirles disfrutar de la actividad física.