El maltrato psicológico o emocional es una forma de violencia que consiste en herir a la persona que lo padece mediante insultos, humillaciones, descalificaciones, culpabilización y un sinfín de artimañas empleadas por el agresor. Las consecuencias para la víctima pueden llegar a ser muy graves cuando los ataques se prolongan en el tiempo, llegando a afectar seriamente a su autoestima y su identidad personal.
En este artículo hablaremos en profundidad sobre los tipos de maltrato psicológico y sus consecuencias en la víctima.
Qué es el maltrato psicológico
Para comprender cuáles son los tipos de maltrato psicológico y sus consecuencias, es importante empezar por aclarar el concepto de maltrato psicológico o emocional. El maltrato psicológico es un tipo de violencia cuyo principal atributo es su invisibilidad, ya que en primera instancia no deja señales físicas sobre la víctima. El daño permanece oculto, en el interior de la víctima, que queda completamente devastado a nivel emocional y estructural, afectando a su autoestima y autoconcepto.
Así pues, el maltrato psicológico se define como un tipo de violencia o agresión no visible basado en todo aquel comportamiento activo o pasivo que se da de manera reiterada en el tiempo y que incide en el ámbito psicológico de la persona que lo padece. Este tipo de violencia se vale de cantidad de recursos, siendo la culpa la principal arma de desestabilización. A partir de ahí se agregarán humillaciones, críticas destructivas, aislamiento, intimidación y un largo etcétera.
Este tipo de abuso puede darse en cualquier ámbito social. Comúnmente se asocia al entorno de la pareja pero es importante aclarar que se da con alta frecuencia en otros escenarios como el familiar, el escolar y el laboral.
Debido a su invisibilidad, suele ser difícil de identificar y evaluar y -desgraciadamente- en ocasiones se hace demasiado tarde. Por ello es importante que como sociedad tomemos conciencia y podamos aplicar una prevención temprana.
Tipos de maltrato psicológico
El maltrato psicológico se ha clasificado en las siguientes categorías:
- Maltrato estructural: el maltratador somete a la víctima posicionándose en un lugar de superioridad frente a ella pues realmente considera que lo está. Suelen ser personas con rasgos narcisistas muy acusados y en algunos casos con trastorno narcisista de la personalidad. Emplean la desigualdad estructural como forma de agresión y minimiza a la víctima excluyendo sus opiniones, dándole órdenes inquisitivas, obligándola a mantener relaciones sexuales o cosas que no quiere y manipulándola con el castigo del silencio o el enfado si ésta desobedece. Empleará frases del tipo “tu cállate que no sabes de nada”, “esto lo haces así porque no digo yo y no pienses ni hagas preguntas”, etc.
- Maltrato espiritual: el maltratador ridiculizará a la víctima por sus ideales o creencias y conductas asociadas a ellas. Así, criticará fervientemente sus costumbres burlándose de ellas y humillando constantemente su estilo de vida. Asimismo, le impedirá hablar de sus inclinaciones o acudir a actos relacionados con sus inclinaciones personales.
- Maltrato social: su objetivo es aislar a la víctima para poder someterla y manipularla. El agresor hará todo lo posible para que la persona permanezca sola y sin ningún tipo de apoyo social, ya sea de índole familiar o de amistades, además de bloquear cualquier tipo de oportunidad de relacionarse con personas nuevas. Es frecuente violar la intimidad de la víctima registrando su móvil y demás dispositivos electrónicos para revisar su whatsapp, redes sociales, correo electrónico, etc. y husmear entre sus pertenencias personales.
- Maltrato económico: otra forma de manipulación es controlar la vida financiera de la víctima. Ejercerá un control total sobre sus movimientos económicos pidiéndole justificaciones de sus ingresos y gastos, le cortará el teléfono, internet, amenazará con el dinero, etc.
Métodos utilizados por el maltratador para agredir a la víctima
- Chantaje emocional: la manipulación psicológica es el recurso por excelencia de sometimiento y abuso hacia la víctima.
- Control: de la mano de lo anterior surge el control del manipulador sobre la víctima. Extorsionándola mediante el chantaje consigue mantenerla bajo su dominio.
- Aislamiento: restringiendo sus encuentros sociales nuevamente consigue controlarla y manipularla a su antojo.
- Culpabilización: la introyección de culpa permitirá confundir a la víctima y manipular su voluntad destruyendo su autoestima progresivamente.
- Luz de Gas: consiste en distorsionar o negar la realidad que la víctima está viviendo haciéndola creer que está loca y que todo se lo imagina ella. De este modo surge nuevamente la culpa, ya que la víctima siente que no tiene derecho a sentirse mal porque nada de lo que está viviendo es supuestamente real. Genera un gran agotamiento emocional con unas consecuencias devastadoras al cabo del tiempo.
- Minimización: no reconocer los logros de la víctima, no valorar -ni mucho menos ensalzar- sus cualidades y en el mejor de los casos, si lo hace, será de una forma muy sutil.
- Insultos: las descalificaciones personales acompañada de palabras malsonantes es una de las faltas de respeto más evidentes en el maltrato.
- Amenazas: se consigue manipular a la víctima mediante el miedo de que algo malo le suceda o a sus seres queridos si no obedece.
- Castigo: es utilizado por el maltratador para fomentar codependencia en la víctima.
- Exigencia de sumisión: como el maltratador cree estar por encima de la víctima le exigirá obediencia y sumisión.
- Invisibilidad: las opiniones de la víctima no valen nada, sólo lo que diga su agresor.
- Obligar a mantener relaciones sexuales no deseadas en el caso de darse el maltrato en el seno de la pareja.
Consecuencias del maltrato psicológico
Las consecuencias de maltrato emocional para la víctima pueden llegar a ser devastadoras y se manifiesta en una plural sintomatología. Si bien al principio las consecuencias no son visibles, en un estado avanzado del abuso la víctima puede manifestar un acusado deterioro físico.
Se han clasificado las principales consecuencias en los siguientes puntos:
- Consecuencias físicas: en la mayoría de los casos las víctimas de abuso desarrollan trastorno de ansiedad generalizada ya que se vuelven hipervigilantes ante una situación de constante amenaza. El estrés crónico altera el sistema nervioso y lleva asociado síntomas físicos como el insomnio, cefaleas, dolores musculares, alteraciones digestivas, erupciones en la piel, hipertensión, etc.
- Consecuencias psicológicas: la culpa y la baja autoestima son las consecuencias estrella del abuso. Estos síntomas se refuerzan en un ciclo infinito de autodestrucción en la víctima que generan a su vez más estrés y ansiedad, y finalmente pude llegar a desencadenar en una depresión. Las víctimas de abuso con frecuencia son diagnosticadas de trastorno mixto ansioso-depresivo. En algunos casos pueden darse problemas de drogodependencia ya que la persona abusada recurre de forma desesperada al uso de sustancias psicotrópicas para escapar de su sufrimiento. La destrucción de la identidad personal será la consecuencia más fatal que hallaremos en la víctima de maltrato con el paso del tiempo.
- Consecuencias sociales: el aislamiento. La víctima quedará desprovista de apoyo social y se culpabilizará por ello, ya que su agresor se ha encargado de enseñarle muy bien que no es merecedor/a de nada ni nadie bueno. Tendrá miedo o confusión a contar lo que le pasa creyendo que no podrá ser apoyada ni comprendida. En consecuencia, su rendimiento laboral o académico se verá significativamente afectado.