¿Qué tengo que hacer si mi perro se atraganta?

Un perro sufriendo un atragantamiento

Hay perros que comen muy deprisa, otros que al jugar rompen los juguetes y se comen los trozos, los hay que rebuscan conde nol deben y también los hay que se creen que todo es comida. Lo que tiene en común todos estos perros es el peligro y las altos probabilidades de terminar ahogados o atragantados. Es por esto por lo que es importe conocer las foras que tenemos de ayudar a nuestro perro y salvarle la vida mientras llega el veterinario o mientras lo trasladamos al centro veterinario más cercano.

Es bastante probable que en algún momento de nuestra vida con mascotas hayamos sufrido o vayamos a sufrir algún tipo de susto relacionado con un atragantamiento. En el colegio no nos enseñan a reaccionar ante situaciones de emergencia, pero para eso estamos nosotros aquí y tenemos la experiencia de haber sabido qué hacer cuando a uno de nuestros perros se le atoró un trozo de cuerda en la garganta. Aquello ni salía ni entraba. Unos minutos muy angustiantes, sobre todo para el animal que no entiende por qué ha fallado su brillante idea de tragarse un juguete de cuerdas.

Después de aquello, nunca jamás hubo juguetes de cuerdas en casa. De hecho, según los expertos deberían prohibirse y no se explican cómo es que aún se venden. Debates y experiencias aparte, hoy vamos a aprender todos juntos a saber actuar en situaciones de emergencia por atragantamientos.

Lo primero que queremos dejar claro es que por muy bueno, tranquilo y maravilloso que sea nuestro, pero, nunca debe estar sin supervisión. Lo decimos muy en serio. Cualquier boli, goma del pelo, paquete de pañuelos, comida, bote de la basura, etc. Todo eso nos lleva a una situación límite.

Vamos a aprender a reaccionar, tanto al principio, cuando descubrimos que eso se lo ha tragado y está en su garganta y a hacer la famosa maniobra de Heimlich. Desde ya decimos que en el momento en que veamos al perro comerse algo que no debe, ya tenemos que estar marcando el teléfono del veterinario.

Primeros pasos para liberar su garganta

Aquí entramos en situación límite, pero no grave. Estamos a tiempo de salvar la situación. No hay tiempo que perder, así que lo mejor será que alguien llame a un veterinario por si la cosa se complica, que ojalá que no… No nos olvidemos de quitarle el collar, arnés, bandana, o lo que sea que tenga nuestro perro.

  • Intentar mantener la calma en todo momento. Nada de gritar, ni reñir, ni ponernos nerviosos, ni culpar a nadie, ni discutir ni nada.
  • Con toda esa paz y manteniendo un buen pulso, tiramos del objeto hacia fuera de la boca.
  • Si es un objeto con puntas, como un trozo de plástico que puede rasgarle la garganta, lo mejor es correr a urgencias.
  • Si notamos que el perro se asfixia, hace el intento de vomitar y está inquieto, abrimos su boca, cogemos la linterna del móvil e intentamos localizar el problema. Con toda la paciencia posible, pero dándonos prisa, metemos la mano e intentamos agarrar ese objeto que obstruye su garganta. Si vemos que se nos escurre, llamamos a un veterinario y corremos a su clínica.
  • Otra opción, si se nos escurre, es forzar a que se lo trague masajeando la garganta. Una vez que la asfixia sea resuelta, entonces corremos al veterinario y el profesional sabrá cómo proceder. Este método solo se recomiendo en el caso de que sea comida, papel, hierba, pelo, etc. Algo fácil de digerir, pero sabemos que, en esos momentos tan angustiantes, uno solo piensa en sacar esa obstrucción al exterior…
  • Algo que suele funcionar muy bien es coger las 2 patas traseras del perro y de esa forma la gravedad y los impulsos de su propio cuerpo, hacen el resto del trabajo.

Un perro jugando con un juguete de cuerdas

Por experiencia propia, lo mejor es estar acompañado y que uno sujete al perro por la espalda y el otro manipule la boca, pero también sabemos que en una situación así no te acuerdas ni de que tienes vecinos. Si vemos que la situación pasa de ser una tonta tos a algo grave donde el perro ya está sufriendo, tenemos que llamar de inmediato a un veterinario y si tenemos que pedir ayuda a un vecino, lo hacemos.

Tipos de maniobras para atragantamiento en perros

Cuando estamos en esas situaciones, debemos estar muy seguros de nosotros mismos y ser plenamente conscientes de que la vida del perro está en nuestras manos. Sabemos que esto no nos calma, sino que nos altera más, pero conocer las maniobras, nos ayudará a reaccionar más rápido.

La Maniobra de Heimlich

En el caso de realizar esta maniobra en perro, hay que tener en cuenta su tamaño, peso, edad y si padece algún problema de corazón o respiratorio. Por eso hacemos tanto hincapié en avisar a un veterinario en el momento en el que detectamos que algo no va bien y que la vida de nuestro perro pende de un hielo.

Algo que la gente no sabe es que, aunque extraigamos el objeto, hay que ir al veterinario para que lo examinen por si su garganta se ha dañado, por si hay alguna pieza clavada, algo llegó hasta su estómago y le va a causar fuertes dolores y diarreas, etc.

La Maniobra de Heimlich es más o menos sencilla en perros grandes. Cuando se trata de perros pequeños hay que hacerlos con una sola mano. Es muy similar a como lo hacemos con una persona, aunque con los perros lo podemos hacer estando ellos a 4 patas o sentados. Lo que nos sea más cómodo o cómo nos deje en ese momento. En nuestro caso era un pastor alemán y lo hicimos sentado.

  • Colocamos nuestros brazos (o nuestra mano) alrededor de su caja torácica.
  • Agarramos nuestras manos para formar un puño grande.
  • Justo en el abdomen hacemos 5 presiones rápidas.
  • Repetimos hasta que expulse.

Maniobra de RCP

Si vemos que el can no atiende, no respira y ha perdido pulso, tenemos que iniciar maniobra de RCP En ese caso, seguimos estos pasos:

  • El perro debe estar tumbado sobre el costado derecho. Muy importante que sea el derecho.
  • Poner nuestras manos en tu tórax, justo sobre su corazón que coincide con la terminación de su codo, a la misma altura.
  • Comprimimos el pecho unos 25 o 35 milímetros.
  • Contamos 1 y soltamos, repetimos a un ritmo de 80 lo 100 compresiones por minuto.
  • Si vemos que no reacciona, alternamos con respiración de rescate cada 5 compresiones.
  • Continuaremos hasta que el perro responda y respire solo.

Una maniobra de PCR puede provocar neumotórax, rotura de costillas y otras lesiones, así que mucho cuidado. Y siempre avisar a un veterinario cuando veamos que la cosa se pone fea, ya que podemos pasar de un atragantamiento a una situación seria en 5 minutos.


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