Hacer amigos es algo relativamente sencillo, dependiendo de lo sociables que seamos. Cuando sufrimos ansiedad social, la cosa se complica. Es por esto por lo que a lo largo de este texto vamos a dar unos consejos básicos para conseguir conocer gente nueva si tenemos un trastorno de fobia social, aunque siempre lo mejor es contactar con un profesional de la salud mental y que nos ayude.
No queremos banalizar con el tema, solo queremos ofrecer ayuda, explicando que es la ansiedad social, cómo detectar cuando alguien lo padece para ayudarle y también vamos a dar algunos consejos básicos para ayudar a hacer amigos y mejorar nuestra autoestima y nuestra vida en general. La fobia social es un trastorno grave que precisa de atención profesional y que no debería infravalorarse, ni es motivo de burla. Si la sufres, por favor, pide ayuda, que no te de vergüenza ni miedo.
Qué es exactamente la fobia social
Más allá de ser alguien tímido, tener ansiedad social es un trastorno que debe tratarse cuanto antes para que la persona consiga desarrollarse con normalidad en entornos sociales. Consiste en un temor intenso y persistente de ser observado, humillado y juzgado por otros. La ansiedad social es algo hereditario, pero aún se desconoce porqué unos lo heredan y otros no.
Este estado llega a afectar a los estudios, el trabajo, actividades cotidianas como comer frente a alguien o ir al gimnasio, preguntar a alguien por la calle, ir al supermercado, etc. Suele surgir en la adolescencia, y aunque tiende a confundirse con la timidez, sino se atiende a tiempo, puede bloquear a quien lo sufre hasta el punto de no querer salir de su casa.
Hay una serie de señales que nos ayudarán a darnos cuenta de que ese amigo, vecino, hijo, conocido, compañero, etc. tiene fobia social y podemos aprender a interactuar con esas personas y tenderles nuestra mano y ayuda:
- Se sonrojan rápidamente.
- Sudan mucho cuando interactúan o están en situaciones públicas donde pueden sentirse juzgados.
- Tiemblan de miedo y sienten que el corazón se les va a salir.
- Postura corporal rígida y escaso contacto visual.
- Dificultad para hablar fluido.
- Son personas muy conscientes de sí mismas en todo momento, por eso se sienten avergonzadas, torpes y se machacan mentalmente.
- Suelen hablar con un tono de voz bajo.
- Están asustados o se asustan con facilidad.
- Evitan los lugares donde hay muchas personas.
- Sienten miedo de ser juzgados por otras personas.
Diagnóstico y tratamiento
Solo hay que acudir a un psicólogo y el profesional indicará qué sucede, dependiendo de la gravedad del caso, podría proceder a recetar algunos medicamentos, u otras terapias como grupos de apoyo, que en estos casos suele funcionar muy bien, además de continuar con la terapia.
Realmente los medicamentos, al menos en España, los receta un psiquiatra, pero sí que hay algunos psicólogos que nos pueden guiar. Además, serán estos profesionales de la salud mental los que nos deriven a un psiquiatra si ellos lo ven necesario.
Los medicamentos normalmente suelen ser ansiolíticos, antidepresivos y betabloqueadores, pero no siempre se recurre a esto, ya que lo principal es el estado físico, anímico y mental del paciente y su respuesta a la terapia.
Las terapias de diálogo son la clave muchas veces, ya que quienes sufren este tipo de ansiedad se ven frente a frente a una persona, en un entorno neutro que les produce seguridad y poco a poco van interactuando y expresándose.
Las psicoterapias también son importantes en estos casos y eso se debe a que los psicoterapeutas enseñan formas de pensar, comportamientos, enfoques, formas de reaccionar, etc. De este modo se consigue reeducar al cerebro a la hora de enfrentarse a una situación que nos causa miedo y ansiedad como intentar hacer amigos. Esto no es cuestión de 2 sesiones, sino que es un trabajo diario que se debe seguir practicando fuera de la terapia.
Consejos básicos para hacer amigos
Existen una serie de consejos básicos con los que se puede conseguir hacer amigos y conocer gente nueva. Eso sí, se recomienda interactuar físicamente con alguien y quedar con gente poco a poco, y no acostumbrarse a enconderse detrás de un móvil u ordenador. Se recomienda conocer gente nueva dentro de la misma ciudad o en los alrededores, siempre y cuando haya posibilidad de un trasporte seguro.
- No evitar situaciones, sino intentar interactuar. Cuanto más se evite, más fuerte se hace la fobia.
- Nada de seguir trucos de poses, frases hechas, vestir de una forma que no nos haga sentir bien, fingir ser otra persona, etc.
- Buscar personas afines, ya sea en grupos online o físicos.
- Probar a usar aplicaciones para conocer gente o hacer actividades dentro de la misma ciudad o alguna cercana a la que se pueda llegar con facilidad.
- Cambiar el pensamiento y no creer que todos van a juzgar, reírse, discriminar, etc. Nunca se sabe cómo alguien va a reaccionar, así que hay que pensar que las probabilidades del rechazo y la burla son mucho más bajas que de la aceptación.
- Plantearse retos a corto plazo como mejorar hábitos alimenticios, mejorar el estado físico, practicar algún tipo de deporte o alguna manualidad. Lo importante es trabajar la autoestima, y si es en compañía de alguien, mejor.
- Nadie nota la ansiedad tanto como el que la sufre. La ansiedad es un problema solo para el que la sufre, los que le rodean no se dan cuenta, por lo que no estarán pendiente de cada gesto, palabra, movimiento, etc.
- Hay que aceptarse e interiorizar el problema y mostrarlo con naturalidad.
- No confiar rápidamente, las relaciones llevan un ritmo para obtener la confianza necesaria.
- No frustrarse si no se consigue el resultado deseado a la hora de hacer amigos.
- El lenguaje no verbal es clave. Tampoco hay que fingir interés, pero si no se sabe qué decir, podemos asentir con la cabeza, sonreír, acompañar con las manos lo que dice el interlocutor, etc.
- Para empezar a hablar es mejor usar preguntas abiertas, o intentar interesarse por la otra persona para iniciar una conversación sana.