¿Por qué siempre tienes calor?

mujer con abanico por el calor

Si siempre te está preguntando “¿hace calor aquí o soy yo?”, puede que te preguntes si hay una razón por la que tu termostato interno parece estar preparado a temperaturas tropicales en todo momento.

Una temperatura superior a la media no siempre significa que esté sucediendo algo extraño. El cuerpo de cada persona es diferente. A veces, lo que algunos consideran pasar calor es solo su línea de base normal. Pero para salir de dudas y evitar preocuparnos de una sensación normal, te contamos por qué tienes sofocos de manera reciente.

Causas comunes de tener sofocos de calor

Pero si sentir temperaturas elevadas es un síntoma nuevo y está afectando a tu calidad de vida, podría ser una señal de un problema subyacente. A continuación encontrarás los factores más habituales, que no suelen presentar riesgos en la salud, aunque sí molestias.

Tienes un problema de tiroides

Si desde hace un tiempo te sientes como un horno, es posible que tengas hipertiroidismo, una afección en la que tu cuerpo produce demasiada hormona tiroidea. Los síntomas del hipertiroidismo incluyen calor excesivo, incapacidad para soportar temperaturas cálidas y aumento de la sudoración.

La razón exacta por la que el exceso de hormona tiroidea conduce a estos síntomas no está clara, pero puede estar relacionada con una tasa metabólica basal más alta o un aumento en las hormonas llamadas catecolaminas, que causan vasodilatación (un ensanchamiento de los vasos sanguíneos que conduce a un aumento de sangre flujo y una ráfaga de calidez).

Estás bajo mucho estrés

A veces, el estrés es la fuente de tu sofoco. Cuando experimentas un factor estresante, el cuerpo cambia al modo de «lucha o huida» y la glándula suprarrenal secreta catecolaminas (específicamente epinefrina y norepinefrina).

Las catecolaminas, que preparan a tu cuerpo para la respuesta de lucha o huida, no solo mejoran tu estado de alerta mental y la fuerza muscular, sino que también aumentan la frecuencia cardíaca, presión arterial y frecuencia respiratoria, lo que resulta en una temperatura corporal más cálida.

hombre con calor por estres

La ovulación aumenta el calor corporal

Durante el tiempo de la ovulación, hay un aumento de la hormona progesterona, lo que conduce a un aumento de la temperatura y del sudor.

De hecho, poco después de la ovulación, los picos de progesterona temperatura basal del cuerpo caen entre 0,5 y 1 grado. Aunque un grado puede parecer una cantidad insignificante, aún es suficiente para marcar la diferencia en tu nivel de comodidad. Es por eso que en algunos ciclos menstruales sientes más calor en esta fase. No es nada preocupante.

Estás con la menopausia

Si te despiertas habitualmente con sábanas empapadas de sudor, es posible que estés experimentando la menopausia.

Los sofocos y los sudores nocturnos ocurren antes y durante la menopausia debido a los cambios en los niveles de hormonas, incluidos el estrógeno y la progesterona, que afectan el control de la temperatura corporal.

El estrógeno tiende a aumentar la temperatura principalmente a través de la vasodilatación (provocando más flujo sanguíneo a la piel y otros órganos) mientras que, en este caso, la progesterona reduce el termostato de tu cuerpo. Es el desequilibrio entre estas hormonas lo que conduce a los sofocos.

La perimenopausia influye

La menopausia comienza oficialmente cuando pasas 12 meses sin tener tu período. Los años anteriores a esto se conocen como perimenopausia. Durante este período de transición, tus niveles hormonales fluctúan sin previo aviso. Cuando los niveles hormonales bajan, es posible que experimente síntomas de la menopausia, incluidos sofocos.

La perimenopausia generalmente comienza a mediados o finales de los 40 y dura aproximadamente cuatro años. Así que si aún tienes las regla pero tienes episodios de mucho calor, es posible que se deba a esto.

El consumo de cafeína puede generar calor

Lo creas o no, tu taza de café podría ser la culpable de tu acaloramiento. La cafeína estimula la liberación de catecolaminas (las mismas hormonas involucradas en la respuesta de «huir o luchar»).
Nuevamente, estas sustancias aumentan la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la frecuencia respiratoria, lo que puede hacer que sientas calor.

Los alimentos picantes también suelen contener capsaicina, una sustancia química natural que eleva la temperatura corporal y hace que sudes y lagrimees.

mujer embarazada con calor

Estás embarazada

Las náuseas matutinas no son el único efecto secundario desagradable del embarazo; sentir calor también es un síntoma común cuando estás embarazada.

Para empezar, el estrógeno está en sus niveles más altos durante el embarazo. Cuando se libera estrógeno, se ensanchan los vasos sanguíneos y genera más flujo sanguíneo a la piel, lo que hará que pases calor.

El embarazo también conduce a un aumento en el volumen de sangre, lo que hace que el corazón trabaje aún más. Y con este pulso acelerado vienen las temperaturas corporales más calientes.

Ciertos medicamentos provocan calor

Muchos tipos de medicamentos pueden predisponerte a problemas relacionados con el calor, incluidos los antidepresivos, antihistamínicos, antipsicóticos y diuréticos.

Eso es porque los fármacos pueden interferir con la termorregulación normal de tu cuerpo. Por ejemplo, algunos medicamentos afectan el hipotálamo (la región del cerebro que establece la temperatura corporal normal), mientras que otros pueden interrumpir tu capacidad para sudar (lo que impide la capacidad del cuerpo para enfriarse).

Fibromialgia en algunas personas

Los meses de verano pueden ser un desafío para las personas con fibromialgia, un trastorno de dolor generalizado que causa estragos en el cuerpo. Las personas con esta afección tienden a tener una mayor sensibilidad a la temperatura, tanto al frío como al calor.

Si tienes esta enfermedad, también puedes experimentar una mayor respuesta fisiológica a la temperatura, que puede incluir sudoración excesiva, enrojecimiento e hinchazón por el calor. Es probable que esto tenga algo que ver con cambios en el sistema nervioso autónomo, que ayuda a regular la temperatura corporal.

mujer con un ventilador para los sofocos

Síndrome premenstrual

El síndrome premenstrual es el conjunto de síntomas físicos y emocionales que afectan a la mayoría de las mujeres en los días previos a su período. Durante este tiempo del ciclo reproductivo (después de la ovulación y antes de la menstruación), los niveles hormonales alcanzan su punto más bajo. Estas caídas hormonales pueden causar muchos síntomas, desde calambres e hinchazón hasta depresión y ansiedad.

Para algunas, la disminución de estrógenos puede provocar un síntoma más comúnmente asociado con la menopausia: los sofocos. Los sofocos relacionados con el síndrome premenstrual pueden aparecer en la semana anterior al período. Se suelen sentir como una intensa ola de calor que comienza en tu abdomen y sube hacia tu cara y cuello. También puedes experimentar sudoración profusa, seguida de un escalofrío.

¿Deberías ir al médico si siempre tienes calor?

Aunque sentir calor es un síntoma nuevo que se interpone en tu vida cotidiana, es posible que estés experimentando una de las afecciones enumeradas anteriormente, o podría ser otra cosa, o nada en absoluto.

En lugar de intentar autodiagnosticarte, pide una cita con un médico para que pueda ayudarte a abordar tus inquietudes y ayudarte a determinar los posibles pasos siguientes. Te recomendamos hablar con un especialista de inmediato si notas alguno de los siguientes:

  • Sudores nocturnos regulares e inexplicables
  • Mareos o desmayos
  • Pérdida de peso inexplicable
  • Frecuencia cardíaca irregular o rápida
  • Dolor de pecho
  • Dolor severo

¿Cómo evitar los sofocos? Remedios rápidos

Los sofocos de calor pueden durar un período de tiempo muy corto, aunque otras personas pueden acarrearlos durante años. Se cree que las mujeres que siempre tienen calor o sudores nocturnos aguantan con ellos durante aproximadamente 7 años. Realmente no hay nada que puedas hacer para evitar los sofocos. Pero puedes mantenerte alejado de los desencadenantes que hacen que los suframos de manera frecuente, como son todos los que hemos nombrado anteriormente. No obstante, a continuación te contamos trucos rápidos para aliviar ese calor.

Refrigera tu habituación

Aunque sea verano o invierno, si tu temperatura corporal es elevada, plantéate cuántos grados hace en tu habitación. Si convives con alguien y compruebas que la estancia está a unos 18 o 22ºC, tendrás que tomar una solución individual. Para ir a dormir puedes probar las almohadas especiales que tienen una parte fría. Estas se rellenan de agua u otro material y se meten en el frigorífico para que estén frías al usarse.

Los ventiladores durante el día también pueden ser una gran idea para aliviar el sofoco. Al usarlo de noche debes tener cuidado de no resecar la garganta o elevar tu gasto de luz. Por supuesto, deberías usar ropa ligera, transpirable y holgada, hecha con fibras naturales a ser posible. El algodón es uno de los mejores textiles para este caso. Incluso, podrías aprovechar y estar sin ropa.

Si te ocurre en invierno, piensa en vestir por capas de ropa. Conforme vayas teniendo calor, podrás ir quitando prendas. De esta manera no pasarás de un extremo a otro radicalmente.

mujer haciendo respiracion profunda en la playa

Practica la respiración abdominal

Respirar es una acción involuntaria, por lo que muchas personas no se percatan de lo importante que es hacerlo correctamente. En las sesiones de yoga o mindfulness se practica una respiración lenta y profunda (de 6 a 8 respiraciones por minuto) para conseguir controlar correctamente el estrés. Si esta es la causa de tu problema, piensa en acudir a un centro especializado que te asesore y te guíe en la respiración.

En el caso de querer hacerlo en tu intimidad, te recomendamos practicar la respiración profunda durante 15 minutos por la mañana, 15 minutos por la noche y cuando comience un sofoco. Ponte pequeñas metas de tiempo para no agobiarte. Es importante controlar la entrada de aire por la nariz y expulsarlo por la boca. Si realizamos un ciclo rápido, el estrés podría incrementarse y afectar a nuestro calor corporal.

Haz ejercicio todos los días

Para que nuestro cuerpo regule la temperatura correctamente es importante que lo entrenemos en esta función. Al hacer ejercicio físico, ya sea de alta intensidad o baja, el organismo inicia el proceso de sudoración para regular la temperatura nuestra con la del ambiente. Si siempre tienes calor, puede deberse a que tu cuerpo no es capaz de gestionar bien el sudor.

Salir a caminar, montar en bicicleta, correr, hacer elíptica, bailar o realizar ejercicios de fuerza son buenas opciones. Incluso puedes disfrutar de los entrenamientos de natación, ya que tu cuerpo se enfrenta a un agente externo al que no está acostumbrado. Un cuerpo que suda en el momento que le toca es mucho más eficiente que estar con calor continuo.

Toma estrógenos vegetales

Hay algunos productos de soja que pueden tener efectos débiles similares al estrógeno. Algunos defienden que pueden reducir los sofocos y esa sensación de calor repentino. Los médicos recomiendan que obtengas la soja de alimentos como el tofu y el edamame en lugar de acudir a la suplementación.

Sin embargo, siempre debes consultar con un profesional de la salud para valorar tu caso y el origen de tener siempre calor. Nunca optes por opacar el síntoma sin erradicar la causa. Además, tomar suplementación por tu cuenta puede tener efectos secundarios si tomas otros medicamentos.

Evita el alcohol y las comidas picantes

Si eres una persona que nota una temperatura elevada en tu cuerpo, evita estos dos productos. Normalmente, cuando tenemos calor comenzamos a sudar. Esto provoca que se expulse líquido (agua con electrolitos) y se incremente la deshidratación. Si a esto le añadimos el consumo de alcohol (bebida diurética) o comidas picantes, estaremos agravando el problema.

Las comidas con pique no son poco saludables, pero hay que consumirlas con moderación cuando tenemos un problema de salud que genera este calor. Coméntale a tu médico lo que sucede con la regulación de tu temperatura e intenta identificar si se agrava con este tipo de alimentos.


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