No, sedentarismo e inactividad física, no son lo mismo

Existe cierta confusión entre sedentarismo e inactividad física, y es que, aunque son similares, en realidad son conceptos diferentes. Hoy vamos a aclarar sus diferencias para saber usar ambas palabras con propiedad. Eso sí, ninguna de las dos situaciones es óptima, hay que realizar ejercicio físico moderado varias veces por semana, junto a una dieta saludable, variada y equilibrada.

Hoy vamos a aprender la diferencia entre sedentarismo e inactividad física. Son dos conceptos que se suelen confundir, por eso hemos querido hacerlo nuestro explicarlo en este texto de forma rápida y sencilla para que las confusiones se terminen cuanto antes.

Según la OMS un adulto medio debe realizar unos 150 minutos a la semana de actividad moderada o 75 minutos a la semana de actividad vigorosa. Pero la realidad es bastante diferente y es que solo un pequeño porcentaje de la sociedad cumple con esos estándares, el resto tiene una vida muy sedentaria y algunos muy inactivas.

Realizar ejercicio físico está lleno de virtudes, entre ellas, reducir el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Muchas personas creen ser físicamente activas y por eso se libran de sufrir enfermedades de ese tipo, y no es del todo cierto.

¿Qué es el sedentarismo? ¿Y ser inactivo?

Vamos por partes, por un lado, tenemos el sedentarismo o actitud sedentaria y que consiste en la escasez o nula realización de actividades físicas durante las horas que estamos despiertos. Es decir, en lugar de subir por las escaleras usamos el ascensor, en lugar de ir andando a un sitio vamos en coche o autobús, entre otros ejemplos.

El sedentarismo hace referencia a las actividades que se realizan y que apenas tienen un gasto de energía como estar sentados, tumbados, no realizar tareas del hogar, no andar, etc. Todo esto aumenta las probabilidades de sufrir enfermedades cardíacas, diabetes e incluso cáncer, aparte de obesidad.

Por otro lado, tenemos la inactividad física. Esto hace referencia a no cumplir con los tiempos mínimos establecidos para tener una vida sana. Es decir, sabemos que un adulto medio tiene que realizar como mínimo 150 minutos a la semana de ejercicio moderado o 75 minutos de actividad física vigorosa. Todo lo que esté por debajo de esas cifras mínimas, se considera inactividad.

Muchos creemos que somos físicamente activos cuando en realidad no llegamos ni a los límites mínimos. De ahí que los expertos recalquen tanto la importancia de realizar deporte, además, la gran mayoría de países son altamente sedentarios e inactivos.

Estamos diseñados para el movimiento

Los humanos tenemos miles de años de evolución y estamos hechos para estar en movimiento, por eso cuando estamos tanto tiempo inactivos y con actitud sedentaria, nuestro cuerpo comienza una transformación y empiezan incluso algunos síntomas de depresión.

Pasar muchas horas sentados mientras trabajamos, desplazarnos también sin realizar actividad física, muchas horas tumbados en nuestros momentos de ocio, esto nos hace estar en la zona roja y ser propensos a desarrollar enfermedades cardíacas.

Una chica con sedentarismo mirando su móvil

El cuerpo humano está diseñado para el movimiento y la actividad, siempre dentro de los límites del propio cuerpo o estado de salud, claro. Y es que todo lo que sea no moverse, nos acerca a enfermedades como diabetes, obesidad, colesterol, hipertensión, problemas cardíacos, etc.

Esto se debe no solo a que le cuerpo humano necesita estar en movimiento, sino que quienes desarrollan actitudes sedentarias y no realizan todo el ejercicio que se debe, lo acompañan de una mala alimentación donde es abundante las comidas rápidas, las bebidas azucaradas, la bollería industrial, los platos precocinados, etc.

No queremos decir que, si comemos de manera saludable, pero tenemos un estilo de vida inactivo o sedentaria, no nos va a pasar nada. Al contrario, tenemos el mismo riesgo, quizás algo menos, pero seguiremos en la zona roja. Hay que buscar la motivación y lanzarnos a hacer ejercicio varias veces por semana.

Si hace mucho tiempo que no practicamos deporte, recomendamos empezar muy poco a poco e ir aumentando intensidad. Por ejemplo, salir a andar varios kilómetros, después ir agregando peso extra, después andar más rápido, intercalar esas caminatas con ejercicios como flexiones, saltos de tijera, saltar a la comba, burpees, plancha, calistenia, sentadillas, etc.

Beneficios de ser una persona activa

Ya ha quedado claro que el sedentarismo no es bueno y ser una persona inactiva tampoco es beneficioso, por eso queremos aprovechar la ocasión para dar algunos consejos y mejorar nuestra vida, aunque sea levemente. Decimos esto porque, hasta que no es uno mismo el que decide hacer ejercicio, no importa lo que veamos fuera o nos digan los demás.

Con las redes sociales, el scroll infinito, el teletrabajo, las plataformas de streaming, y tal, nuestra vida se ha vuelto más sedentaria e inactiva, llegando incluso a no realizar ninguna actividad física en toda la semana. También hay algo que empeora esta situación y se trata de las dietas milagros y las comidas y bebidas sustitutivas.

En lugar de querer perder 5 kilos en 15 días, lo cual es muy peligroso, lo que tenemos que hacer es ponernos en manos de un profesional y reeducarnos para conseguir un buen estilo de vida que se forme por una buena alimentación y realizar deporte. Además de alejarnos de esas comidas sustitutivas que prometen que con un batido ya tenemos la mitad de las calorías que un adulto necesita en su día a día. Los ingredientes suelen ser 60 o 70% de azúcares, colorantes, estabilizantes, potenciadores del sabor, reguladores, etc. Nada sano.

Nosotros siempre recomendamos ir al origen, es decir si vamos a tomarnos un batido con sabor a tal fruta, mejor tener esa fruta en casa. Todo lo que sea sustituto o procesados, nunca será saludable para el organismo.

  • Realizar deporte en la adolescencia mejora el rendimiento en los estudios, fomenta las habilidades sociales, lingüísticas y la autoestima.
  • Descansar y estirar el cuerpo cada una que estemos sentados trabajando y activarlo con algunas repeticiones de una actividad como sentadillas, compa, burpees, bailar, etc.
  • Utilizar un escritorio o mesa regulable en altura.
  • Hacer algún tipo de actividad física nos aleja de sufrir sobrepeso, diabetes y enfermedades del corazón.
  • Una vida sedentaria o con escasa actividad física nos hace propensos a desarrollar cáncer.
  • Realizar deporte durante el embarazo ayuda al correcto desarrollo del feto.

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