¿Es grave tener niveles bajos de potasio en sangre?

Una mujer enferma en la cama

El potasio es uno de los minerales más esenciales para el organismo, por eso, tener niveles bajos de potasio puede llegar a ser muy grave, tanto, que nos puede costar literalmente la vida. A lo largo de este texto vamos a explicar las causas que nos llevan a tener niveles bajos de este mineral, así como los síntomas y los riesgos a los que nos enfrentamos, aparte de que nuestro corazón deje de latir.

Nuestro cuerpo necesita una serie de nutrientes para funcionar con normalidad, igual que el mando de la televisión necesita pilas. El potasio es un mineral muy importante y muy necesario para nuestro día a día. Vamos a aprender para qué sirve este nutriente, y todo lo que sucede si no tenemos la cantidad suficiente en nuestro organismo.

Cada nutriente que ingerimos sirve para algo, sino sirviera, podríamos vivir del aire, pero no es el caso. Igual que el calcio sirve para huesos y dientes, entre otras cosas, y la vitamina C sirve para reforzar el sistema inmune y luchar contra la oxidación en las células, el potasio tiene varias misiones importantes, por ejemplo, evitar que nos muramos porque nuestro corazón se pare de repente. Vamos a verlo en detalle, así como las causas, síntomas y los posibles tratamientos para aumentar el potasio en sangre.

Para qué sirve el potasio

El potasio es un mineral, como bien sabemos, y lo necesitamos para que nuestro cuerpo funcione con normalidad. El potasio es un electrolito y ayuda en la función de los nervios y en la contracción de los músculos, aparte de conseguir que el ritmo cardíaco sea estable y constante.

Otra de las funciones del potasio en el organismo, es que es el encargado de que los nutrientes lleguen a cada célula y también de que éstas expulsen los desechos. Que después expulsaremos nosotros por la orina o las heces.

Por lo tanto, si no hay suficiente potasio en sangre, estas funciones no se cumplen y puede dar lugar a un ritmo cardíaco anormal, e incluso que se detenga. El resto de síntomas los veremos en los apartados siguientes.

Causas

Las causas que nos llevan a sufrir deficiencia de potasio son de lo más variadas, pero principalmente suele deberse a una mala alimentación, problemas estomacales y demás, tal y como veremos en el siguiente listado de causas.

  • Medicamentos diuréticos.
  • Antibióticos.
  • Diarreas y vómitos.
  • Exceso de laxantes.
  • Mucha sudoración y no reponer líquidos.
  • Trastornos genéticos.
  • Niveles bajos de magnesio.
  • Trastornos alimenticios como la bulimia.
  • Hiperaldosteronismo.
  • Enfermedad renal.

Si vemos que las diarreas o las heces blandas se alargan en el tiempo y no mejora la situación, debemos ir a un especialista, ya que podríamos sufrir deficiencias nutricionales que ponen en jaque nuestra salud. No solo eso, sino que esas heces blandas o esas diarreas, podrían deberse a algún problema interno de salud, ya sea a nivel estomacal o intestinal, así como psicológico como un trastorno de ansiedad.

Pareja resfriada

Síntomas

Sí la bajada de los niveles de potasio es mínima, no suele manifestarse con síntomas y si los hay podría deberse a otros daños internos. Estos síntomas aparecen cuando la descompensación es elevada, lo cual es grave por todo lo que ya hemos visto antes de llegar aquí, como, por ejemplo, que nuestro corazón podría pararse.

  • Estreñimiento.
  • Palpitaciones irregulares.
  • Fatiga.
  • Dolor muscular.
  • Debilidad muscular.
  • Hormigueo y entumecimiento.

Podemos sufrir estos síntomas y no estar relacionado con el potasio, esto es algo que debemos tener en cuenta, ya que son síntomas muy comunes para otras enfermedades y dolencias. Es por esto que, antes de ir rápidamente a un herbolario a por suplementos vitamínicos naturales, o suplemento de potasio, hay consultar lo antes posible con un médico y hacernos un chequeo completo con electrocardiograma y analítica de sangre. Solo así saldremos de dudas.

Diagnóstico y tratamiento

Lo más normal es que se realice una analítica muy completa de sangre para comprobar los niveles de azúcar, sodio, fósforo, magnesio, calcio, proteínas y multitud de vitaminas. También es necesario realizar un electrocardiograma para ver si el corazón bombea adecuadamente o hay anomalías físicas.

En caso de que la afección sea leve, el médico nos recetará pastillas de suplemento de potasio, nos recomendará mejorar la dieta y beber más líquido. Si el problema es grave, seguramente recibamos potasio por vía intravenosa, así como otros procedimientos médicos por tal de salvar nuestra vida.

Si debido a algún problema de salud, necesitamos medicación o alimentos diuréticos, y eso provoca la pérdida de potasio, el médico deberá saberlo para realizar ciertos cambios mediante los cuales no perdamos tanto potasio y seguramente nos recete algún suplemento de potasio de manera temporal.

Cuando visitemos al médico, debemos ser 100% sinceros, y explicarles si tenemos algún problema de salud previo, algún trastorno alimenticio o estamos timando laxantes como método para adelgazar (lo cual está completamente contraindicado). También sería interesante comentar el tipo de alimentación que llevamos en la actualidad, ya que una alimentación muy restrictiva y estricta podría provocar consecuencias graves como la baja de los niveles de minerales y vitaminas.

Prevención

Para prevenir estas situaciones, lo mejor es hacer chequeos anuales, y acudir a un especialista en el momento en el que notemos que algo no va del todo bien en nuestro organismo. Por ejemplo, mareos constantes, falta de equilibro, corazón con ritmo anormal, sensación de debilidad, etc.

Aparte de los chequeos y los consejos de los médicos, así como de la suplementación puntual, hay otra forma de ganar potasio de forma fácil y rápida. Muchas veces hacemos hincapié en llevar una alimentación saludable, y no es por repetirnos, pero es la única forma de ofrecerle a nuestro organismo una amplia variedad de minerales y de vitaminas para que esté siempre sano.

  • Aguacates.
  • Naranjas.
  • Patatas (no fritas, sino al horno o al vapor).
  • Plátanos.
  • Zanahorias.
  • Carne magra.
  • Leche y otros lácteos.
  • Judías.
  • Guisantes.
  • Salmón y otros pescados azules.
  • Alga marina.
  • Espinacas.
  • Germen de trigo.
  • Salvado.
  • Cacahuetes y mantequilla de cacahuete.
  • Almendras.
  • Piñones.
  • Pipas de girasol.
  • Nueces.

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