Experimentar fatiga y falta de energía al despertar puede ser indicativo de varios factores, incluidos hábitos poco saludables o condiciones de salud subyacentes como apnea del sueño, ansiedad, depresión, exposición excesiva a la luz azul, consumo de cafeína y alcohol, o elecciones dietéticas inadecuadas. Además de sentirse fatigado al despertar, las personas con esta afección pueden experimentar otros síntomas como dolores de cabeza, cambios en el apetito, dificultad para concentrarse y malestar en las piernas y los pies, según la causa subyacente.
En este artículo vamos a contarte por qué te levantas cansada y sin energía.
Razones del por qué te levantas cansada y sin energía
Si la fatiga y los síntomas asociados persisten durante varias semanas al despertar, es recomendable buscar consejo médico de un médico de cabecera para una evaluación integral y opciones de tratamiento adecuadas, que pueden implicar modificaciones en el estilo de vida, psicoterapia, medicación o incluso intervenciones quirúrgicas.
Vamos a ver cuáles son las razones del por qué te levantas cansada y sin energía:
Apnea del sueño
Experimentar fatiga al despertar es un indicio común de apnea del sueño, ya que esta condición provoca breves pausas en la respiración, lo que provoca ronquidos e interrupciones para lograr un sueño profundo. Además, la apnea del sueño puede contribuir a dificultades para mantener la concentración, experimentar dolores de cabeza y/o tener problemas con la función sexual.
El enfoque para abordar esta afección es multifacético, ya que los métodos de tratamiento empleados dependen de la causa subyacente. Las opciones pueden implicar el uso de CPAP, un dispositivo que facilita el flujo de aire adecuado hacia los pulmones, promoviendo una mejor calidad del sueño y una respiración normal. Además, se pueden recomendar aparatos intraorales y, en casos específicos, intervención quirúrgica. Otro aspecto importante a considerar es la presencia de ansiedad y depresión.
Ansiedad y depresión
Experimentar fatiga al despertar es un resultado directo de los síntomas asociados con la ansiedad y la depresión. Este fenómeno surge de los desafíos que enfrentan las personas con depresión en términos de iniciar y mantener el sueño durante la noche, así como de posibles episodios de somnolencia excesiva durante el día.
Las personas que experimentan ansiedad a menudo se despiertan sintiéndose cansadas, ya que las preocupaciones abrumadoras y el miedo asociados con esta afección pueden impedir conciliar el sueño e interrumpir el ciclo del sueño durante la noche.
Si experimentas ansiedad y depresión, es fundamental buscar tratamiento de un profesional médico. Tu médico te guiará a través del proceso, que puede incluir sesiones de psicoterapia como terapia cognitivo-conductual, así como medicamentos diseñados específicamente para la ansiedad y la depresión, como fluoxetina, sertralina o diazepam.
Exposición a la luz azul
La presencia de luz azul emitida por dispositivos electrónicos como teléfonos celulares, computadoras, tabletas y televisores, puede provocar alteraciones del sueño como insomnio y sensación de fatiga al despertar.
La interpretación que hace el cerebro de la luz azul como luz del día conduce a una reducción en la producción de melatonina, lo que dificulta el proceso de conciliar el sueño y, en última instancia, afecta la calidad del sueño.
Para favorecer un mejor sueño, se recomienda abstenerse de utilizar dispositivos electrónicos durante la hora previa a la hora de acostarse. Si es necesario utilizar dispositivos electrónicos durante la noche, considere utilizar gafas que bloqueen la luz azul o una aplicación que filtre la luz azul.
Síndrome de fatiga crónica
La afección conocida como síndrome de fatiga crónica, a menudo abreviada como SFC, se caracteriza por agotamiento y fatiga persistentes. La encefalomielitis miálgica, comúnmente conocida como síndrome de fatiga crónica, es una enfermedad debilitante que se define por síntomas que incluyen fatiga persistente al despertar, bajos niveles de energía, insomnio continuo y somnolencia diurna excesiva, todos los cuales persisten durante más de seis meses.
El objetivo del tratamiento es aliviar los síntomas y el médico puede sugerir psicoterapia, realizar actividad física regular y utilizar fármacos antidepresivos y antiinflamatorios. También se aconseja moderar el consumo de cafeína y bebidas alcohólicas.
Consumo de cafeína y bebidas alcohólicas
El acto de ingerir cafeína antes de acostarse, que se puede encontrar en bebidas como el café, el té verde o el chocolate, es un factor que contribuye a experimentar fatiga al despertar. Esto se debe a la capacidad de la cafeína para obstruir la adenosina, una molécula que induce el sueño. En consecuencia, conciliar el sueño se vuelve un desafío, la duración del sueño se acorta y la calidad general del sueño se ve comprometida.
El consumo de bebidas alcohólicas puede ayudar a inducir el sueño debido a sus propiedades sedantes. Sin embargo, el consumo excesivo de estas bebidas puede afectar negativamente la calidad general del sueño, provocando un aumento de las interrupciones. Además, el alcohol puede exacerbar la apnea del sueño al relajar los músculos de la garganta y estrechar las vías respiratorias.
Para garantizar un sueño reparador, se recomienda abstenerse de consumir alimentos y bebidas que contengan cafeína dentro de las 8 horas previas a acostarse. De igual forma, para mitigar el impacto del alcohol en la calidad del sueño, es recomendable abstenerse de consumir bebidas alcohólicas durante un mínimo de 4 horas antes de acostarse.
Síndrome de piernas inquietas
El síndrome de piernas inquietas, también conocido como SPI, es una afección caracterizada por una necesidad incontrolable de mover las piernas. Suele ir acompañado de sensaciones incómodas en las piernas, como hormigueo, picor o sensación de hormigueo. Estos síntomas suelen empeorar durante los períodos de descanso o inactividad, lo que provoca dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido.
El SPI puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de una persona, provocando fatiga diurna y problemas de concentración. Las opciones de tratamiento para el SPI incluyen cambios en el estilo de vida, medicamentos y otras terapias destinadas a controlar los síntomas y mejorar el sueño.
Para abordar este problema, se puede seguir un tratamiento mediante ajustes en la dieta y abstenerse de consumir sustancias estimulantes como café, té verde o alcohol. Además, los profesionales de la salud pueden recomendar medicamentos específicos, incluidos agonistas de la dopamina, benzodiazepinas y agonistas alfa-adrenérgicos.
Alimentación inadecuada
Los problemas digestivos pueden surgir en ciertas personas debido a una nutrición insuficiente, que puede ser el resultado de consumir cantidades excesivas de alimentos o de consumir carbohidratos refinados, alimentos grasos o platos picantes. Estos problemas pueden provocar alteraciones del sueño, como insomnio, mala calidad del sueño y sensación de cansancio al despertar. Para prevenir el cansancio matutino es recomendable seguir algunas pautas dietéticas, como llevar una dieta equilibrada en porciones moderadas y abstenerse de consumir alimentos ricos en carbohidratos refinados antes de acostarse.
Espero que con esta información puedan conocer más sobre las razones del por qué te levantas cansada y sin energía.