¿Por qué los deportistas tienen pulsaciones más bajas?

deportistas con pulsaciones bajas

Los deportistas son personas completamente diferentes a aquellos que llevan un estilo de vida sedentario. No es solamente una cuestión de estética, sino de fisionomía. Algunos amantes del deporte consultan al cardiólogo por qué tienen ciertos trastornos en la frecuencia cardíaca y el ritmo. Posiblemente no te hayas dado cuenta, pero en reposo es normal que tus pulsaciones sean bajas, algo que toma el nombre de bradicardia. Muchos acuden asustados porque han descubierto que tienen el corazón casi parado y quieren recurrir a un marcapasos.

Lo primero que tienes que hacer es relajarte. Este síntoma es bastante común en personas que realizar ejercicio físico de manera habitual, frente a personas sedentarias de la misma edad. La bradicardia no implica ningún síntoma alarmante y tienen un rendimiento acorde a tu nivel de entrenamiento.

El corazón es el músculo que lidera tu entrenamiento

El corazón es el músculo que olvidamos porque no es visible, pero que tiene una gran importancia en nuestro rendimiento. Este cuenta con una adaptación innata que la realiza cuando estamos en extremos de alta intensidad; reduce la frecuencia cardíaca y deja un margen para permitirte soportar la tensión límite. Una persona que no suele realizar ninguna actividad física tiene unas 75-80 pulsaciones por minuto; en cambio, alguien que entrena y protege su corazón, rondará las 60 pulsaciones en reposo o menos.

Así que cuando se vea obligado a rendir a una máxima intensidad, las pulsaciones no subirán a más de 190 y las podrá mantener más tiempo sin que se produzcan fallos cardíacos.

El tejido de este músculo no para de contraerse y relajarse continuamente y, como cualquier otro músculo que se hipertrofia, depende de la circulación para seguir adelante y rendir adecuadamente. Generalmente, el corazón de una persona sedentaria es pequeño y débil, como cualquier músculo que no se trabaja. En cambio, una persona deportista luce un corazón más fuerte y «grande» por esa hipertrofia. Esto implica que por cada latido bombea más sangre y requiere menos esfuerzo.

El corazón es capaz de adaptarse por sí solo al esfuerzo, y para ello realiza una disminución de su ritmo en reposo. Ten en cuenta que para que funcione correctamente, el corazón depende de la calidad de su tejido muscular, por lo que es necesario que lo fortalezcas.

deportista con pulsaciones mas bajas

Frecuencia cardíaca en reposo del atleta

La frecuencia cardíaca en reposo de un deportista puede considerarse baja en comparación con la población general. Un atleta joven y saludable puede tener una frecuencia cardíaca de 30 a 40 lpm. Probablemente se deba a que el ejercicio fortalece el músculo cardíaco. Esto le permite bombear una mayor cantidad de sangre con cada latido del corazón. También llega más oxígeno a los músculos.

Esto se traduce en que el corazón late menos veces por minuto que en un no atleta. Sin embargo, la frecuencia cardíaca de un atleta puede subir de 180 lpm a 200 lpm durante el ejercicio. No obstante, la frecuencia cardíaca en reposo varía para todos, incluidos los deportistas. Algunos factores que podrían influir en él incluyen

  • Edad
  • Nivel de entrenamiento
  • Cantidad de actividad física
  • Temperatura del aire (en días calurosos o húmedos, la frecuencia cardíaca puede aumentar)
  • Emoción (el estrés, la ansiedad y la emoción pueden aumentar la frecuencia cardíaca)
  • Medicamento (los betabloqueantes pueden disminuir la frecuencia cardíaca, mientras que algunos medicamentos para la tiroides pueden aumentarla)

¿Qué significan pulsaciones demasiado bajas?

La frecuencia cardíaca en reposo de un atleta generalmente solo se considera demasiado baja cuando tiene otros síntomas. Estos pueden incluir fatiga, mareos o debilidad.

Algunos síntomas como estos pueden indicar que hay otro problema. Lo más recomendable es acudir a un médico si experimentamos estos síntomas junto con una frecuencia cardíaca lenta.

Síndrome del corazón atlético

El síndrome del corazón atlético es una afección cardíaca que generalmente es inofensiva. Por lo general, se observa en personas que hacen ejercicio durante más de una hora al día. Los atletas con una frecuencia cardíaca en reposo de 35 a 50 lpm pueden desarrollar una arritmia o un ritmo cardíaco irregular.

Esto puede aparecer como anormal en un electrocardiograma (ECG). Por lo general, no es necesario diagnosticar el síndrome cardíaco atlético porque no presenta ningún problema de salud. Pero siempre se recomienda avisar a un médico si:

  • Experimentamos dolor de pecho
  • Notamos que la frecuencia cardíaca parece irregular cuando se mide
  • Nos hemos desmayado durante el ejercicio

Ocasionalmente, los atletas pueden colapsar debido a un problema cardíaco. Pero eso generalmente se debe a una afección subyacente, como una enfermedad cardíaca congénita, no al síndrome cardíaco atlético.

pulsera inteligente para medir la bradicardia

¿Es peligrosa la bradicardia?

En principio no hay nada que temerle a este síntoma del corazón. La bradicardia sinusal en reposo es un hecho bastante común entre deportistas, aunque con el ejercicio se producirá un incremento de la frecuencia cardíaca, causado por:

  • disminución de la acción inhibidora del vago
  • estimulación simpática
  • aumento de la temperatura corporal
  • secreción de adrenalina

Los científicos han comprobado que a partir de la segunda semana de entrenamiento de resistencia, cualquier persona comienza a presentar una disminución moderada de la frecuencia cardíaca, pero será necesario que se invierta más tiempo y mayor intensidad para apreciarse una bradicardia más marcada. Sin embargo, en ninguna de las modalidades debe presentar problemas de salud, tan solo se trata de un cambio en el latido como consecuencia a una actividad física habitual.

La bradicardia es habitual en deportistas entrenados, aunque no es muy normal que presenten menos de 40 pulsaciones por minuto en reposo. No obstante, son hallazgos que desaparecen con el esfuerzo y no producen síntomas como mareos, desfallecimientos o síncopes. Una bradicardia extrema (menos de 40 ppm) es una adaptación fisiológica de nuestro corazón, que suele desaparecer cuando abandonamos el entrenamiento.

En un principio no debería ser una alerta para tu salud, pero si estás intranquilo, acude a un médico especialista para que realice las pruebas pertinentes (Holter, prueba de esfuerzo, electrocardiograma…) y compruebe que está todo correcto. En cada una de ellas se podrá obtener un análisis exhaustivo sobre tu músculo cardíaco y el ritmo de los latidos. Si hubiera algo raro, el médico podría iniciar un tratamiento especia sobre la causa subyacente.

No obstante, el síndrome del corazón atlético es una afección cardíaca inofensiva. Por lo general, se observa en personas que hacen ejercicio durante más de una hora al día. Los atletas con una frecuencia cardíaca en reposo de 35 a 50 lpm pueden desarrollar una arritmia. Y aunque esto puede aparecer como anormal en un electrocardiograma, por lo general, no es necesario diagnosticarlo porque no presenta ningún problema de salud.

mano con pulsometro para bradicardia

¿Cuál es la mejor frecuencia cardíaca en reposo?

La frecuencia cardíaca en reposo de un deportista puede considerarse baja en comparación con la población general. Un atleta joven y saludable puede tener una frecuencia cardíaca de 30 a 40 latidos por minuto. Probablemente se deba a que el ejercicio fortalece el corazón y permita bombear una mayor cantidad de sangre con cada latido. El funcionamiento del músculo cardíaco es bastante interesante para conocer las distintas señales que realiza con sus latidos.

Esto significa que el corazón late menos veces por minuto que en alguien que lleva un estilo de vida sedentario. Sin embargo, la frecuencia cardíaca de un atleta puede subir de 180 lpm a 200 lpm durante el ejercicio, y esto no es peligroso. Aunque en reposo varía para todas las personas, sin importar su estilo de vida, hay algunos factores que podrían influir:

  • Edad. Los adultos mayores suelen tener unas pulsaciones más bajas debido a su ritmo de vida.
  • Nivel de entrenamiento.
  • Cantidad de actividad física. No será lo mismo entrenar una hora al día que realizar varios entrenamientos en un solo día, algo habitual en deportistas profesionales.
  • Temperatura del aire (en días calurosos o húmedos, la frecuencia cardíaca puede aumentar)
  • Emoción (el estrés, la ansiedad y la emoción pueden incrementar el pulso)
  • Medicamentos (los betabloqueantes pueden disminuir la frecuencia cardíaca, mientras que algunos medicamentos para la tiroides pueden aumentarla)

Si realmente crees que tus pulsaciones no son normales, es importante acudir a un médico de urgencia. También es probable que sea raro si va acompañado de otros síntomas, como mareos o pérdidas de consciencia. En cambio, si llevar un estilo de vida saludable y las pulsaciones  no te provocan ningún tipo de incomodidad, puedes estar tranquilo porque la bradicardia es bastante habitual entre los deportistas.


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