Puede ser que un día te despiertes con los ojos rojos y no sepas a qué se debe. No te limites a dejar caer un poco de lágrimas artificiales y seguir adelante con tu día. En vez de poner remedio a los síntomas, primero considera lo que podría estar causando el enrojecimiento. Abordar la razón subyacente te llevará a un mañana más claro, en el que no se requieren gotas para los ojos.
Quizá sea una causa poco importante, que se puede solucionar cambiando hábitos. Pero también puedes estar favoreciendo a una infección grave si no se trata a tiempo. Si no logras identificar ninguna de las causas más comunes que te proponemos, lo primero que debes hacer es acudir a un centro de salud o pedir cita con un especialista que valore tu caso. ¡Cuánto antes mejor!
Causas habituales de tener los ojos rojos
Pasas tiempo mirando tu teléfono antes de acostarte
Los síntomas son ojos rojos, irritados y pesados.
¿Eres de los que tiene la costumbre de mirar las redes sociales debajo de las sábanas? A pesar de ser un hecho que se repite en muchos de nosotros, no es un gran paso para la salud de tus ojos.
Tu frecuencia de parpadeo disminuye cuando miras fijamente un dispositivo digital. Durante un parpadeo, cuando los párpados bajan, esto crea una capa de nuevas lágrimas que se asentarán en los globos oculares. De lo contrario, las lágrimas se evaporan y no se refrescan. Esto contribuye al ojo seco, cuyos síntomas pueden ser enrojecimiento, irritación y ardor.
El ojo seco por mirar las pantallas puede ocurrir durante la jornada laboral, pero es posible que te sorprendas al saber que hacerlo antes de acostarte puede provocar problemas durante el día. Tus compañeros dirán que tus ojos han estado muy irritados hoy, y te preguntarán si estuviste mirando el teléfono por la noche. Y efectivamente, así fue.
El uso regular de lágrimas artificiales rehidratará sus ojos. Además, evita tu teléfono una o dos horas antes de acostarte.
Ten en cuenta que el ojo seco puede ser causado por múltiples factores, incluidos ciertos medicamentos, afecciones médicas como problemas de tiroides y diabetes, el uso de lentes de contacto (lentillas) y la exposición a irritantes ambientales. Consulta a tu oculista (un oftalmólogo u optometrista) para que te ayude a identificar el origen.
Tienes alergia
Los signos más comunes son ojos enrojecidos, que pican y llorosos.
Si todo lo que quieres hacer es rascarte los ojos por culpa de la picazón fuera de control, podrían ser alergias. Es frustrante que no siempre sea evidente la causa de estas alergias. Por ejemplo, si fuiste a la casa de un amigo con un gato (incluso aunque encerrasen al gato en otra habitación), es posible que experimentes un brote de alergia. O si es primavera, podría ser un día con un nivel de polen particularmente alto.
Con tantos medicamentos de venta libre para la alergia, es tentador ir a la farmacia y comprar algo y esperar a que funcione. Sin embargo, para las alergias no controladas, es importante consultar a un alergólogo certificado, que pueda ayudarte a elaborar un plan de tratamiento de pretemporada para prevenir los síntomas y controlarlos durante los meses más fuertes.
Tu almohada te irrita los ojos
Los síntomas son ojos rojos que pican.
La almohada toca tu cara durante toda la noche, por lo que si te despiertas con los ojos inyectados en sangre, considera la posibilidad de que sea la culpable. Es conveniente preguntarte si has cambiado recientemente el detergente para la ropa o las toallitas para la secadora. Es especialmente revelador que tu almohada esté detrás de los problemas si solo un ojo, el lado donde duermes, está rojo e irritado.
Los expertos recomiendan lavar la almohada solo con agua caliente (sin detergente) y ver si eso ayuda. Si los síntomas desaparecen, es hora de cambiar de detergente u omitir las toallitas para la secadora por completo.
Otros irritantes potenciales incluyen extensiones de pestañas (muchas personas son alérgicas al pegamento) y cosméticos como delineador de ojos y máscara de pestañas.
Tienes una infección bacteriana
Las señales más comunes son los ojos rojos, pegajosos y crujientes. Incluso los párpados también pueden estar enrojecidos. Esto puede variar desde pequeños «mocos» de ojos matutinos (legañas) hasta algunas costras graves.
Muchas cosas pueden provocar una infección bacteriana, especialmente si tocas algo especialmente asqueroso y te olvidas de lavarte las manos. Algunos padres pueden experimentar esto cuando cambian el pañal sucio de su hijo y luego se tocan los ojos sin frotar bien la mano entre jabón y agua.
También podría ser blefaritis, una inflamación de los párpados que también puede ser causada por bacterias.
Para una infección ocular, puedes consultar a tu oculista para que te recete gotas de antibióticos. Una vez que comiences el tratamiento, la infección desaparecerá rápidamente. La blefaritis se trata manteniendo los párpados sin costra, y también se puede recomendar un antibiótico.
Los expertos también recomienda usar un limpiador de párpados antes de acostarte para eliminar el maquillaje residual, las bacterias y los alérgenos.
Puede ser una infección viral
Como en los anteriores casos, los síntomas más claros son los ojos rojos y llorosos.
Si tus ojos inyectados en sangre no parecen provenir de ninguno de los problemas anteriores, podrías estar lidiando con un virus. Es básicamente como tener un resfriado en el ojo. Por desgracia, no hay nada que realmente puedas hacer, tan solo puedes esperar.
Se pueden recomendar gotas de antibióticos si desarrolla una infección bacteriana secundaria, pero de lo contrario, con llevar una buena higiene ocular durante la semana será suficiente para mejorar los síntomas. Mantén tu cara limpia, no te toques la cara ni el ojo (ya que esto puede transferir la infección de un ojo al otro) y lávate las manos con frecuencia.
Los expertos también aconsejan a los pacientes que usan lentillas que se cambien al uso de gafas mientras las cosas se aclaran. Así se aseguran de que mantienen los dedos alejados de los ojos.