El semáforo nutricional más famoso sigue siendo un misterio para muchos, por eso hoy queremos resolver todas las dudas del amado y odiado Nutri-Score. Vamos a ver cómo se forja la calificación de cada alimento, es decir, en qué se basan los expertos para colocarle una A, B, C, D o E al producto, para qué sirve o, mejor dicho, con qué objetivo se creó Nutri-Score y si de verdad es tan útil como nos han hecho creer o realmente confunde más de lo que debería.
Nutri-Score, un semáforo nutricional que de un solo vistazo nos ayuda a saber si el producto que estamos eligiendo y que estamos a punto de lanzar dentro del carro es saludable o no, pero claro, luego llegan las confusiones. Por ejemplo, el Aceite de Oliva Virgen Extra es de los alimentos más saludables que podemos comer en nuestro día a día gracias a sus ácidos grasos, ácido oleico, grasas saturadas, poliinsaturadas y monoinsaturadas, vitamina E y K, minerales como sodio, calcio, hierro y potasio.
Un alimento saludable, natural y apto para todo tipo de dietas, pero que según Nutri-Score no es tan saludable cómo se cree. A nuestro entender se debería colocar en la A o en la B y realmente lo vemos, en la mayoría de marcas, colocado en la C y en la D.
¿Qué es Nutri-Score y para qué sirve?
Empezando por el principio y no la casa por el tejado, diremos que Nutri-Score es una especie de semáforo nutricional que sin mala intención nos dice de una forma rápida y sencilla si ese alimento es saludable o no recomendable.
Vale, Nutri-Score divide entre favorable y desfavorable. Siendo sinceros y tal y como explica SinAzucar.org, este etiquetado nutricional no nos dice si algo es saludable o no, esa es nuestra percepción según color y letra, lo que en realidad indica es que un alimento es mejor o peor que otros dentro de la misma categoría, de forma que facilite la elección y finalmente elijamos el más saludable.
Ha sido el etiquetado nutricional frontal (que aparece en la parte frontal de los alimentos) elegido para ser usado en España, y se ha ido extendiendo a Europa. Este etiquetado puntúa cada producto por letras y colores, es decir, a cada letra se le ha asignado un color que coincide con los de un semáforo que va desde verde a rojo.
A la letra A se le asigna un verde oscuro, la letra B es un color verde más claro y brillante, la C es un color amarillo que se identifica rápido como «precaución», la letra D es naranja y la E de color rojo que se traduce como «peligro».
Esto, de forma directa nos dice que la A y la B son productos óptimos, que la C es para consumir de forma esporádica y mucho cuidado con tomarlo muy asiduamente porque es un alimento de peores características y las letras D y E, sobre todo la E, lo que nos indican es que mejor no comprar esos alimentos porque son muy insanos.
La idea de Nutri-Score es ayudar a los ciudadanos a tener una alimentación más saludable, el problema es que este sistema de etiquetado no impacta tanto como se esperaba, y mucho menos cuando vemos ultraprocesados catalogados como A y B. Esto confunde a la población y nos lleva a pensar en cómo se realizan las puntuaciones.
¿Cómo se decide cada valoración?
Es un punto clave, ya que muchas valoraciones llevan a la población a la confusión. Por ejemplo, hay yogures infantiles y cereales azucarados bien puntuados cuando en realidad no son nada saludables, ni siquiera para un adulto imaginemos para un niño…
Es importante entender qué hay detrás de cada color y cada letra, solo así sabremos por qué esas patas fritas, esa crema de cacahuetes, ese paté, esas tortitas, esos yogures, ese queso, esa mantequilla o esos cereales son verde, amarillo o rojo.
La comparación nutricional se hace en base a una medida estándar de 100 gramos de cada producto y un algoritmo valora positiva o negativamente cada alimento de forma individual. Recordemos que este etiquetado nutricional solo compara alimentos de la misma categoría y nos dice si es mejor o peor que otros.
Los productos considerados favorables son los que mejores valores tienen de proteínas, fibras, porcentaje de frutas, verduras, legumbres y frutos secos, y si se usa aceite de oliva. Y los considerados desfavorables son aquellos con una composición alta de calorías, azúcares, ácidos grasos saturados y sodio.
Ventajas de desventajas de Nutri-Score
Todo tiene sus ventajas y sus desventajas. En el caso de este semáforo nutricional, hay mitad de cada. Vamos a repasar sus principales ventajas y desventajas, aun así, no es algo que podamos elegir nosotros, ya que viene impuesto en el envasado frontal de los alimentos que vemos en los supermercados. Otra cosa es que queramos echarle cuenta o seguir haciendo nuestra compra como si Nutriscore no existiera.
Ventajas principales
- Son muchos los alimentos ultraprocesados altos en grasas y azúcares que estarán marcados en naranja y rojo.
- Hay evidencia científica tras el etiquetado.
- Queda en evidencia la calidad nutricional de los alimentos.
- La atribución de los puntos va en función de la calidad nutricional, no es aleatorio.
- Tiene el objetivo de mejorar nuestra alimentación.
Inconvenientes reseñables
- La valoración de algunos alimentos pueda dar lugar a confusión, como es el caso del Aceite de Oliva Virgen Extra.
- No soluciona el problema del exceso de consumo de azúcares, ya que quien siga queriendo comprar un refresco azucarado como Coca-Cola, seguirá comprándolo.
- No es del todo fiable, ya que muchos alimentos ultraprocesados van a tener la misma puntuación que otros que sí es saludable comerlos de vez en cuando, como la carne.
- No es tan eficiente como se esperaba.
¿Funciona, o ayuda a camuflar los ultraprocesados?
Aquí entramos en un debate peliagudo. Son numerosas las asociaciones que están en contra de Nutri-Score, aunque más que en contra, lo ven flojo y proponen mejoras para fortalecer este etiquetado nutricional para que así pueda cumplir de verdad la misión que se le encomendó.
Por ejemplo, la OCU propone que este etiquetado se amplie y muestre de forma más clara la información nutricional que aparece en pequeñito en algún lugar del envasado del alimento. También espera que los alimentos más insanos sean verdaderamente penalizados y que se valore negativamente la presencia de ciertos aditivos perjudiciales para salud y que pasan por alto en nuestro día a día.
Como ejemplo, diremos que nosotros siempre desaconsejamos los refrescos «sin azúcar» porque realmente tiene edulcorantes insanos y aditivos, sin embargo, algunos obtienen la B en Nutri-Score. Lo mismo sucede con los cacaos solubles, que a pesar de estar compuestos por más de un 70% de azúcar obtiene n una B en el semáforo nutricional. Es algo que SinAzúcar.org siempre ha denunciado públicamente.
Por eso decimos que Nutri-Score puede funcionar en algunos casos, pero en otros es una forma peligrosa de ocultar ultraprocesados insanos que ponen en riesgo nuestra salud, la de nuestros hijos y personas mayores.