Miositis, puede ser la respuesta a tu dolor muscular

Miositis en los antebrazos

A veces nos duelen los músculos porque hacemos mucho esfuerzo, o incluso si tenemos una vida muy sedentaria, pero existe un dolor en los músculos esqueléticos que se conoce como miositis, estos músculos son aquellos que podemos mover a voluntad. Cuando expliquemos qué es, sus causas y síntomas, puede que nos sintamos identificados, aunque solo un médico puede corroborarlo.

La miositis es una inflamación local y general que afecta al sistema musculoesquelético y hay diferentes tipos dependiendo de dónde se inflama. Como casi todo en la vida, esta afección tiene varias causas y unos síntomas muy claros que nos harán sospechar de si tenemos o no miositis, aunque solo un médico especializado podrá certificarlo mediante un diagnóstico y comenzar un tratamiento eficaz capaz de frenar el avance y hacer desaparecer los dolores.

Como en cualquier enfermedad, cuanto antes se ataque el problema, mejor se podrá resolver, aunque no desaparecerá para siempre. Con la medicación solo conseguiremos aliviar el dolor de forma temporal y frenar su aparición, pero tarde o temprano volverá.

Es más, debemos atacar primero a las causas que provocan que suframos miositis, eso nos da una ventaja de éxito muy amplia. Todo esto lo vamos a ver en detalle en los siguientes apartados y así, sobre el papel, podremos saber si nuestros dolores musculares son debido a la miositis o no.

¿Qué es la miositis?

Esta enfermedad hace referencia a una afección más o menos común y se caracteriza por una inflamación e hinchazón de los músculos esqueléticos. Este grupo de músculos son los llamados músculos voluntarios, es decir, aquellos que podemos mover de forma consciente y que a su vez están destinado a controlar los movimientos del cuerpo. No tienen nada que ver con la musculatura lisa que son aquellos músculos que actúan de forma inconsciente y controlan los movimientos viscerales.

Las miopatías inflamatorias incluyen varios tipos que son la dermatomiositis, la polimiositis, las miositis juveniles y la miositis de cuerpos de inclusión. Todas causan dolor, hinchazón y debilidad muscular, pero no se deben tratar igual, ya que cada una tiene una evolución diferente y un tratamiento específico.

La inflamación se debe a que, en este tipo de miopatías inflamatorias, las células inflamatorias se dedican a rodear, invadir y destruir las fibras musculares como si éstas fueran anormales para el organismo. La miositis suele ser simétrica y puede tardar mucho en desarrollarse, desde semanas hasta años.

Causas de la miositis

En la vida, casi todo tiene una causa y la miositis no se iba a quedar atrás, así que vamos a descubrir sus causas y loque provoca que suframos esta inflamación en nuestros músculos.

Hay diferentes niveles de miositis, en las primarias las causas se desconocen y es que por alguna razón nuestro sistema inmune se pone en nuestra propia contra y elimina las fibras musculares. En las miopatías secundarias, la causa puede ser una lesión anterior o por una respuesta antigénica cruzada.

Existen otras causas para la aparición de miositis y es la fricción, la presión, algunos traumatismos, etc. Todo esto puede dar lugar a la aparición de miositis, y aquellas personas que están en contacto con maquinarias de intensidad moderada como pueden ser taladros, perforadoras, martillos neumáticos, remachadoras, podadoras, cortadoras, etc. tiene más probabilidades de sufrir lesiones neurovasculares, en las partes fibrosas o lesiones óseas en las manos y los antebrazos, es por eso que ese daño se quede reflejado en forma de miositis.

Una mujer con miositis en el brazo

Principales síntomas de la enfermedad

Ya conocemos las causas, ahora vamos a ver los síntomas de esta afección. La miositis se caracteriza principalmente por un dolor casi constante en una zona concreta de nuestro cuerpo que generalmente es un músculo que podemos controlar de forma consciente. El lugar donde más se repite ese dolo frío y punzante es en los antebrazos, ya que, si vemos las causas, el uso de cierta maquinaria y el hecho de realizar movimientos repetitivos y que conlleven cierta presión, vibración y brusquedad puede desencadenar la miositis.

Los síntomas son claros y tienen que ver con el dolor y entumecimiento de la zona afectada, así como de una disminución de la actividad funcional de esa zona o grupo de músculos. Esta enfermedad suele afectar suele afectar más a la musculatura proximal y lo notaremos porque sentiremos dolores y dificultad para subir escaleras, levantar objetos, sentarnos en una silla, etc.

Si nos sentimos muy fatigados tras estar mucho tiempo parados o tras una caminata que antes no nos costaba esfuerzo, también podrían ser síntomas claro de que sufrimos miositis. Y esto se debe a que los primeros síntomas son fallos en la capacidad para respirar. Las miopatías pueden afectar a otros órganos como el corazón, el sistema gastrointestinal, los pulmones, etc.

Diagnóstico y tratamiento

Lo más importante es acudir a un médico especializado y él nos realizará un diagnóstico exhaustivo que incluirá pruebas físicas, examen de sangre donde se comprobaran los niveles de creatina quinasa que es la enzima que se «escapa» cuando las fibras musculares están siendo destruidas. También nos realizarán pruebas neurofisiológicas, habrá resonancias magnéticas y una biopsia del músculo afectado.

La biopsia realmente es lo que ayudará a determinar el tipo de miopatía que sufrimos, ya que el análisis de estas pruebas ayudará a los especialistas en nuestro diagnóstico y posterior tratamiento para la enfermedad y aliviar los dolores. Debemos dejar claro que el tratamiento solo nos ayuda a sobrellevar los dolores y que esta enfermedad no remite nunca. Debemos realizar chequeos cada varios meses, ya que puede afectar a órganos vitales como el corazón, el sistema gastrointestinal y los pulmones.

Con respecto al tratamiento, dependiendo de qué miopatía tengamos, así será nuestro tratamiento. Volvemos a decir que cuanto antes se diagnostique, antes podremos poner solución y más eficaz será el tratamiento, ya que cuanto más avance la enfermedad, más difícil será de poner solución.

La medicación suele ser fármacos inmunodepresores, terapias con corticoides, dosis de esteroides, etc. Aunque a veces es más eficaz ir a la causa de la dolencia sobre todo en miositis primaria.


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