¿Tienes un párpado caído? Podrías tener miastenia

Un hombre mayor posando para una foto

Existen muchas enfermedades que desconocemos y a veces cuando tenemos algún síntoma no le damos importancia, o bien porque no parece grave, porque no nos duele, porque desconocimiento o porque creemos que «en dos días está curado». En algunos casos podemos estar ante una señal inequívoca de que tenemos miastenia, y no una simple caída de párpados.

Hoy vamos a hablar sobre la miastenia, una enfermedad con varias causas muy concretas y que tiene unos síntomas muy claros, además de unos cuantos factores de riesgos que agravan la miastenia. Conviene conocer sobre todo los síntomas para ser capaces de detectarlo a tiempo. Esta enfermedad puede afectar a cualquier persona y en cualquier rango de edad, sobre todo a mujeres menores de 40 años y en hombres mayores de 60 años.

La miastenia es irreversible y avanza con cierta rapidez, actualmente existe un tratamiento que solo nos ayuda a paliar los síntomas. Si notamos síntomas, lo mejor es acudir al médico lo antes posible y empezar cuanto antes el tratamiento, aparte de informarnos mucho de cómo será nuestra vida a partir de ahora, lo que se recomienda hacer y lo que no.

¿Qué es la miastenia?

Entrando de lleno en el grueso del tema, la miastenia es un trastorno neuromuscular que compromete a los músculos y nervios que podemos controlar de forma consciente. Esta enfermedad se caracteriza por provocar fatiga y debilidad rápida en algunos o en todos los músculos bajo nuestro control voluntario.

Esto sucede porque se rompe la conexión entre los nervios y los músculos, provocando la famosa caída de párpados, así como dificultad al hablar y al tragar, entre otros síntomas claves de que algo no funciona del todo bien.

Existen dos tipos de miastenia, la leve y la grave. Ésta última es la que vamos a tratar en este texto puesto que es la más evidente en cuanto a causas, síntomas y con un tratamiento más claro. Esta enfermedad puede surgir antes de los 40 años en las mujeres y a partir de los 60 años en los hombres y no tiene cura, al menos no de momento.

Causas más comunes y factores de riesgo

Existen una serie de causas comunes en todos los pacientes con miastenia y estas causas desembocan finalmente en esa falta de control sobre nuestros músculos y nervios. De hecho, en base a tantas investigaciones, si un médico sospecha de miastenia en su diagnóstico nos harán analíticas y otras pruebas para descartar tumores en el timo, insuficiencia respiratoria, sistema inmune debilitado, etc.

  • Anticuerpos. Cuando hay miastenia grave, los anticuerpos bloquean y destruyen los receptores de los músculos del neurotransmisor conocido como acetilcolina.
  • Timo. La glándula timo forma parte del sistema inmunitario y es grande durante la infancia y pequeña cuando somos adultos. Si esa glándula crece de tamaño normalmente es por tumores y algunas veces son cancerígenos.

También hay una serie de factores de riesgo que agravan la enfermedad y con los que hay que tener cuidado si hay sospechas de miastenia:

  • Fatiga.
  • Infección.
  • Cirugía.
  • Mucho estrés.
  • Medicamentos betabloqueantes, antibióticos, anestésicos, etc.
  • Embarazo.
  • Periodos menstruales.

Debido a estos factores de riesgo es por lo que la enfermedad ataca mucho a mujeres menores de 40 años, que es la edad en la que empiezan a aparecer algunos síntomas de menopausia y se conoce como transición menopáusica. Solo sucede a un porcentaje pequeño de la población y también se conoce como premenopausia.

Una mujer con síntomas de miastenia

Síntomas de la miastenia

Siguiendo con esta grave enfermedad, debemos decir que muchos de sus síntomas son tratables, pero algunas complicaciones pueden ser mortales. Por eso aprovechamos para hacer hincapié y vigilarnos a nosotros mismo y a nuestros familiares y amigos.

La debilidad muscular que provoca esta enfermedad va empeorando a medida que los músculos afectados son usados. Es decir, que lo mejor es descansar esa zona y no ejercitarla, ni forzarla, ni promover el movimiento, ni nada similar.

También es cierto que esa misma debilidad muscular puede estar apareciendo y desapareciendo a su antojo y no podemos controlarlo. Incluso puede desaparecer y volver al cabo de los años con un brote muy fuerte y grave.

Los síntomas principales de la miastenia son:

  • Caída de uno o los 2 párpados.
  • Visión doble, en horizontal o vertical.
  • Deterioro de la capacidad del habla.
  • Dificultad para tragar.
  • Las expresiones faciales cambian.
  • Cansancio al masticar.
  • Debilidad en los músculos del cuello, llegando incluso a no poder sostener la cabeza.
  • Los brazos pierden fuerza.
  • Las piernas están débiles, incluso cambia la forma de andar.

Hay síntomas muy graves por los que sí o sí debemos ir a un médico en ese preciso instante. Nos referimos a cuando la persona afectada por miastenia comienza a tener dificultades para vez, respirar, tragar, masticar, moverse, sostener la cabeza, etc. No le restemos importancia, no creamos que «es cosa de la edad y mañana estará bien». Esta enfermedad avanza rápido y la vida de la persona está en riego. constante.

Diagnóstico y tratamiento

Hay una serie de pruebas y diagnóstico que los médicos han de hacer para asegurarse de que el paciente tiene miastenia. Lo primero será un examen físico para evaluar el sistema nervioso con pruebas para detectar la debilidad muscular, los reflejos y la sensibilidad.

También hay otra serie de pruebas como exámenes de anticuerpos, una resonancia magnética del tórax, estudio de la conducción nerviosa para ver cómo de rápido reaccionan las señales nerviosas, electromiografía, pruebas pulmonares y prueba de edrofino para ver si este medicamento reduce lo neutraliza los síntomas por un tiempo.

El tratamiento para estos casos es paciencia y seguir la medicación y continuar con los controles médicos. No existe cura para esta enfermedad, tal y como ya hemos comentado a lo largo del texto, así que solo queda confiar en la medicación y ser conscientes de que habrá días bueno, e incluso periodos sin síntomas, y brotes graves.

Como tratamiento suele recetarse un cambio de vida, es decir, alejarnos del estrés, descansar mucho, no mover los músculos que están afectados por la miastenia, usar un parche para el ojo en caso de tener visión doble, evitar las altas temperaturas, acudir a fisioterapia, extirpar el timo, cirugía para los párpados, etc.


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