Así puedes eliminar las ulceras bucales o llagas

Una mujer mordiendo tornillos

Muchas veces estamos tan tranquilos y de repente ¡pum! un dolor y una molestia sin razón aparente en la lengua o en la encía. A partir de ese momento, comer, beber y lavarnos los dientes será un horror. Venimos a explicar por qué surgen las llagas bucales, los síntomas, qué tratamientos suelen funcionar y algunos consejos para evitarlas.

Desde niños hasta ancianos, las llagas son de lo más normal en nuestra vida y es una reacción de nuestro cuerpo ante una situación concreta. Que sea normal, no las convierte en agradables, ya que las úlceras bucales son muy dolorosas en algunos casos llegando a quitarnos la sonrisa de la cara y las ganas de comer.

¿Qué es una llaga?

Las llagas no son peligrosas, ni cancerígenas, ya que el cáncer bucal no duele. Las llagas son unas heridas superficiales que aparecen en la lengua y el interior de las mejillas, así como en las encías que son muy molestas sobre todo a la hora de comer cosas muy ácidas.

Las úlceras bucales son redondeadas u ovaladas con un color blanquecino o amarillento (dependiendo de la infección) y a las que acompaña un halo rojizo. Se trata de heridas abiertas que surgen sin previo aviso, salvo que nos quememos la punta de la lengua, ahí sabemos que tendremos una llaga a los pocos segundos.

El tamaño de las úlceras oscila entre los 2 mm y los 10 mm, pudiendo aparecer de forma individual hasta en grupo. En caso de que nos aparezcan varias seguidas, debemos acudir al médico ya que podría tratarse del inicio de alguna enfermedad.

A las llagas también se les conoce como úlceras bucales y aftas, pero es todo lo mismo y tiene las mismas causas, síntomas y tratamientos que veremos en los apartados siguientes.

Una mujer enseñando la llaga de su boca

¿Cuántos tipos de úlceras bucales hay?

Aunque pueda parecer una tontería, sí que hay varios tipos de aftas, concretamente 3 tipos de mayor a menor complejidad. Pero como decimos, una llaga no debería complicarse mucho, si nos sangra, nos duele, se nos inflama mucho la zona externa y demás, lo mejor será acudir a un médico.

  • Ulceración herpetiforme: está relacionada con los famosos herpes, pero a diferencia de estos, las llagas no son contagiosas. Un problema de este tipo de llagas es que se repitan con rapidez y a veces parecen que nunca se van a curar del todo.
  • Úlceras menores: una llaga de pequeño tamaño que causan un dolor leve y soportable que no nos dificulta nuestra rutina. Suelen tardar unas 2 semanas en desaparecer por completo.
  • Úlceras mayores: como su propio nombre indica, son de mayor tamaño que las anteriores, además, suelen ser de formas irregulares, incluso pueden penetrar más en el interior del tejido (hasta 1 cm) causando más dolores y molestias, llegando incluso a dejar cicatrices cuando por fin desaparecen al cabo de las semanas.

¿Por qué tengo llagas?

Las causas de las aftas son de lo más variopintas, de hecho, aún no se ha demostrado que de verdad estén relacionadas con la falta de vitaminas:

  • Tener el sistema inmunológico debilitado.
  • Infección vírica.
  • Golpes y traumatismos en la boca.
  • Mordiscos involuntarios.
  • Enganchones por la ortodoncia.
  • Prótesis dentales mal puestas.
  • Limpieza dental agresiva.
  • Estrés.
  • Fumar tabaco o beber mucho alcohol.
  • Deficiencias nutricionales.
  • Cambios hormonales (embarazo, parto, menopausia, pubertad, etc.)
  • Por tomar medicamentos.
  • Alergias.
  • Sensibilidad a algunos alimentos.
  • Por rozar algunas superficies, por ejemplo, chupar un sobre antes de cerrarlo, morder el cordón de una cremallera, aguantar las llaves con la boca, etc.
  • Enfermedad de Behcet.
  • Herencia genética.

Síntomas y diagnóstico de las úlceras bucales

Este tipo de sucesos que se concentran en el interior de la boca no son graves, al menos no en el 97% de los casos, pero conviene saber que, si tenemos muchas dentro de la boca, la cara se nos está hinchando, la piel se pone roja, nos duelen los mofletes, nos impide comer y beber, entonces ya va siendo hora de que acudamos a un médico.

Las úlceras bucales son muy molestas, sobre todo si están en la punta y en los laterales de la lengua y en zonas de la encía cercanas al diente. Un odontólogo nos puede realizar un diagnóstico rápido y recetarnos alguna medicación para tratarlas y que no nos molesten tanto o ayudar a que desaparezcan más rápido.

Los síntomas más comunes son inflamación, dolor en la boca, apatía, falta de apetito o, mejor dicho, de ganas de comer por no sentir dolor, malestar general, irritabilidad e incluso puede causar fiebre, como caso más extremo.

Un padre y un hijo lavándose los dientes para no tener llagas

Principales tratamientos

Desde ya tenemos que decir que no existe un tratamiento específico que acabe con las llagas en un abrir y cerrar de ojos, ojalá. Lo que sí tenemos a nuestro alcance son cremas, enjuagues, pastas dentífricas especiales, tópicos, etc.

En concreto, nosotros, por experiencia propia tras acudir a un profesional, nos recomendó enjuagarnos varias veces por semana con Clorhexidina de la marca Lacer o Period-ai. Mano de santo para las llagas puntuales, sangrado de encías, o cuando nos duele la encía por un motivo que se desconoce.

Es un antiséptico que se debe usar tras el cepillado y que nos «obliga» a estar dos horas sin comer ni beber para que haga efecto. Tras este descubrimiento, las úlceras bucales y otras afecciones no son molestas para nosotros.

Otra cosa que recomendamos es, que cuando tengamos aftas, mantenernos siempre hidratados, ya que la boca seca ayuda a que las bacterias proliferen más rápido causando más daño y creando mal aliento.

Como prevenir su aparición

Volvemos a repetir que no existe un método milagroso, solo conseguimos disminuir las probabilidades, pero podrían seguir saliendo heridas de este tipo en el interior de nuestra boca. Cuantas menos recomendaciones sigamos, más probabilidades habrá de sufrir llagas en nuestro día a día.

  • Tener una buena higiene bucal (incluyendo enjuague con Clorhexidina mínimo 2 veces por semana y limpieza de la lengua).
  • Cumplir con una dieta variada y equilibrada rica en vegetales, frutas, legumbres, semillas y demás.
  • Consumir alimentos ricos en Omega 3 y vitamina 6.
  • Evitar las comidas calientes.
  • Usar protección para la ortodoncia.
  • Cambiar la medicación.

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