¿Es malo hurgarse en la nariz?

hurgarse en la nariz

Es probable que hurgarse la nariz no sea algo que haríamos en público. Pero cuando estamos a solas y sentimos algo dentro de nuestras fosas nasales, la necesidad de ir a excavar a veces puede ser bastante fuerte. Aunque, ¿es realmente peligroso sacarse los mocos?

La verdad es que mocos no nos van a matar, pero tampoco es un gran hábito del que presumir. El hurgarse la nariz es similar a otros hábitos repetitivos, como reventarse las espinillas o morderse las uñas. Aunque estos comportamientos no son necesariamente recomendados médicamente, el riesgo de causar una complicación grave es bastante bajo.

Sin embargo, eso no quiere decir que sacarnos los mocos tenga luz verde. A continuación conoceremos los efectos junto a algunos consejos simples para romper el hábito.

Efectos

El hurgarse la nariz es un poco como reventar un grano, rascarse una costra o limpiarse los oídos con bastoncillos de algodón. Sabes que no deberíamos, pero a veces no podemos evitarlo.

Es poco probable que sacarnos los mocos nos cause problemas graves. Aún así, estos efectos son especialmente problemáticos para las personas que están enfermas o tienen un sistema inmunológico más débil.

Caer enfermo

Si hurgarse la nariz podría hacernos enfermar. Tratar de atrapar la corteza de los mocos plantea el potencial de propagación de gérmenes. Estamos hablando de enfermedades virales como resfriados o gripe, seguro. Por eso los expertos recomiendan constantemente lavarse las manos.

Pero hurgarse la nariz también puede transferir algunos patógenos muy desagradables, incluidos los que pueden causar neumonía. Las personas con este hábito también tienen más probabilidades de portar Staphylococcus aureus en la nariz, lo que puede causar infecciones por estafilococos.

Los mocos y la mucosidad en la nariz tienen el importante propósito de atrapar los gérmenes antes de que puedan penetrar más profundamente en las fosas nasales y las vías respiratorias y provocar una infección. Sacarse los mocos puede causar la transferencia de estas partículas infecciosas a los dedos, que luego pueden llegar a la boca y al cuerpo. Y si los gérmenes que causan enfermedades están en los dedos antes de que lleguen a la nariz, podríamos terminar metiéndolos en los orificios e infectándonos.

Dañar la nariz

El tejido dentro de la nariz es bastante delicado, y el rascado demasiado agresivo plantea la posibilidad de lesiones, especialmente si se hace con regularidad. Hurgarse la nariz habitualmente puede provocar un trauma en la mucosa relativamente frágil o el revestimiento interno de la nariz, lo que puede provocar hemorragias nasales o el punto de partida para una infección.

Los rasguños o traumatismos repetidos podrían, con el tiempo, incluso comenzar a afectar la forma de la nariz. Se puede provocar la formación de tejido cicatricial o incluso la obstrucción de las vías respiratorias nasales. En raras ocasiones, incluso es posible que el rascado crónico provoque una perforación del tabique nasal, también conocido como un agujero en la fosa nasal.

Llagas

La vestibulitis nasal es una inflamación en la abertura y la parte frontal de la cavidad nasal. Está comúnmente causado por una infección menor con Staphylococcus.

Esta condición puede causar llagas que pueden desarrollar costras dolorosas. Del mismo modo, cuando nos hurgamos la nariz, podemos arrancar los vellos de la nariz de los folículos. Se pueden formar pequeños granos o forúnculos en esos folículos, que son bastante dolorosos si tenemos que sonarnos los mocos.

niño sacandose los mocos

¿Se pueden comer los mocos?

Por lo general, se reconoce que hurgarse la nariz y comerse los mocos es bastante asqueroso. Pero saber si es realmente dañino es algo que se puede debatir. Los mocos son simplemente trozos de mucosidad nasal seca, que el cuerpo produce las 24 horas del día, los siete días de la semana para proteger el revestimiento de las fosas nasales y atrapar gérmenes e irritantes.

De hecho, tragamos la mayor parte de la mucosidad que producimos sin siquiera darnos cuenta. Eso no es tan diferente de sacarse un moco de la nariz y metérselo en la boca, según dicen los expertos. Aún así, ¿por qué correr el riesgo? En teoría, dado que la mucosidad sirve para atrapar partículas infecciosas antes de que ingresen al cuerpo, comer mocos puede reintroducir estas partículas en el sistema y debe evitarse.

Además, si ya hay otros gérmenes o suciedad en nuestras manos, unirlos a los mocos de la nariz y meterlos en la boca puede resultar fatal para las infecciones.

Consejos para evitarlo

Es posible que hurgarse la nariz sea un hábito que queramos dejar, o al menos dominar, para no meter el dedo en la nariz en público. La clave para aprender a pararlo es encontrar alternativas a las razones por las que nos hurgamos la nariz. Algunas de estas técnicas podrían ayudar:

  • Suénate la nariz: Usar un pañuelo es una apuesta más segura que hurgar.
  • ​Enjuágala:​ Un enjuague nasal con solución salina o un aerosol también puede ser útil para los mocos obstinados y crujientes. Estos funcionan al hidratar y diluir cualquier mucosidad que quede alrededor de la nariz y ayudar a que se limpie de forma natural.
  • Identifica los factores desencadenantes: por supuesto, muchos de nosotros lo hacemos sin darnos cuenta, por lo que puede ser un hábito difícil de romper. Identificar los desencadenantes que provocan esta manía, como el estrés, el aburrimiento o la ansiedad, puede ayudar. Una vez que sepamos qué está impulsando ese impulso, podemos tomar medidas para evitar situaciones que pueden ponernos en esta posición..
  • ​Mantén las manos ocupadas:​ si todavía sentimos la necesidad de sacarnos los mocos, se daremos a las manos otra cosa que hacer. Podemos apretar una pelota antiestrés, por ejemplo, o coger un trozo de plastilina para jugar.

En el caso de los niños, no es tan fácil lograr que dejen de explorar sus pequeñas narices. Los niños son conocidos por meterse los dedos en las fosas nasales. A una edad temprana, es posible que no sepan que hurgarse la nariz no es una actividad muy higiénica, por lo que se dirigen directamente con el dedo. Aún así, en otros casos, hurgarse la nariz es simplemente una actividad para niños curiosos o aburridos.

Rara vez es un problema para estas edades, pero deberíamos ayudar a los niños a dejar de hurgarse la nariz. Algunas de las técnicas más funcionales son:

  • Llamar la atención sobre el comportamiento. Es posible que los niños que se hurgan la nariz por costumbre o por aburrimiento ni siquiera se den cuenta de que su dedo índice está explorando su cavidad nasal. Llamaremos su atención inmediatamente, pero intentaremos no alarmarlos con una respuesta de pánico.
  • Dar una alternativa inmediata. Si hay pañuelos alrededor, les daremos uno y les sugeriremos que lo usen en su lugar. Luego, los llevaremos inmediatamente al baño para lavarles las manos.
  • Explicar las enfermedades. Mientras se lavan las manos, les diremos un resumen rápido de las razones por las que los dedos no deben introducirse en sus narices. Explicaremos que podrían enfermarse a sí mismos o a otros.
  • Ofrecer opciones. Si un niño dice que se estaba hurgando la nariz porque le dolía, puede ser una señal de que tiene una infección sinusal o una alergia. Si la irritación continúa, se recomienda pedir una cita para ver a un médico.
  • Repetir. Es posible que la lección no se asuma la primera vez. Seguiremos recordándoles a los niños las razones para no hurgarse la nariz, mientras les damos mejores alternativas.

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