¿Qué tipo de pisada tienes? Así puedes corregirla

Tipos de pisadas

Todos y cada uno de nosotros somos seres diferentes, tanto que no hay dos pisadas iguales. Muy parecidas, sí, pero no iguales. Hoy vamos a explicar qué diferencias hay entre la pisada de pronador, la pisada de supinador, la neutra, cómo averiguar nuestro tipo de pisada y aprenderemos algunos consejos para corregirla.

Nosotros creemos que andamos perfectamente, pero igual estamos muy confundidos o nunca nadie se ha parado a decirnos que sacamos el talón, que pisamos con el pie abierto, que no relajamos el pie al caminar, etc. Hoy venimos a resolver las principales dudas que hay en torno a las pisadas. Y lo que es más importante, aprenderemos a descubrir qué tipo de pisada tenemos.

Dentro de cada tipo de pisada diremos en qué se caracteriza para poderla identificar y algunos consejos básicos y ejercicios para corregir la pisada. Desde ya avisamos, que, si creemos que tenemos alguna anomalía en el pie o una pisada problemática, debemos consultar con un podólogo o traumatólogo. Solo ellos podrán ayudarnos solventar nuestros problemas.

¿Por qué es importante pisar bien?

Pisar bien no es solo algo que nos hace avanzar más rápido, sino que los pies, y las piernas en sí, aguantan el peso de todo nuestro cuerpo. Por lo tanto, la importancia de la pisada viene porque si es correcta y equilibrada, el peso de nuestro cuerpo queda distribuido a la perfección. Es más, una pisada adecuada nos ahorra futuras lesiones, algo tan tonto como bajar mal un escalón, nos puede provocar un esguince.

Por eso es importante conocer nuestra pisada, mejorarla y, además, reforzar la musculatura del pie, los tobillos y las pantorrillas, para que, en caso de lesión, nos recuperemos antes, o en caso de golpe, caída o algo, la musculatura esté lo suficientemente sana y fuerte que no padezca ningún daño.

Una pisada inadecuada, así como un calzado inadecuado, deriva en daños a largo plazo, sobrecargas musculares, desalineación de las piernas e incluso de nuestras caderas y la espalda, rotura de ligamentos, dolor de lumbares, ciática, esguinces muy a menudo, etc.

Cómo identificar el tipo de pisada

Como hemos visto, conocer nuestra pisada es el primer paso para evitar lesiones futuras, así que vamos a dar unas breves lecciones para que nosotros mismos seamos capaces de identificar cómo pisamos y ser conscientes para buscar ayuda y soluciones.

La salud de nuestros pies va a marcar el ritmo de nuestra vida, tengamos en cuenta que la media de vida en la actualidad está situada en los 80 años y cuanto más sanas estén las piernas, más flexibles seamos, más activos estemos y mejor salud cardiovascular tengamos, mejor será nuestra vejez.

Por eso si notamos alguna anomalía en los pies de nuestro hijos o adolescentes, lo mejor es acudir a un especialista, para ahorrar dolores, lesiones, malas posturas y otras consecuencias.

Para identificar nuestra pisada, tenemos que ponernos descalzos en una superficie plana y hacer una flexión de rodillas en 3 pasos con los pies un poco separados:

  • Si nuestras rodillas se juntan, somos pronadores.
  • Rodillas separadas, somos supinadores.
  • Todo alineado, tenemos pisada neutra.

Un runner con tipo de pisada pronador

Tipos de pisadas

Ahora que ya hemos identificado nuestra pisada, solo falta identificar las características de cada una de ellas, las lesiones que pueden causarnos a largo plazo y por último cómo corregirla. Cabe decir, que los verdaderos consejos, al menos de forma personalizada, nos lo dará un podólogo, traumatólogo o fisioterapeuta especializado.

Pronadores

Una pisada habitual y que se caracteriza por juntar las piernas cuando caminamos o corremos. En esta pisada, el peso del cuerpo recae en la cara interna del pie y el daño en las zapatillas también. Cabe decir que el movimiento natural del cuerpo nos hace ser pronadores, pero la sobrepronación da lugar a muchos dolores y lesiones como callos, durezas, fascitis plantar, etc.

A la hora de elegir unas zapatillas, debemos comprarlas con refuerzos en la parte interior de la suela, en lugar de los extremos como la pisada supinadora. Además, habrá que ir al especialista si tenemos dolores en los tendones y callos con mucha facilidad.

Supinadores

Este tipo de pisada suele ser común en personas con mucho puente, es decir, con un arco plantar elevado. La supinación provoca la inclinación del tobillo hacia el exterior del cuerpo, por lo que la parte que más sufre el lateral del pie, tanto en los dedos como en el talón.

Las zapatillas que están gastadas en los extremos suelen ser a causa de una pisada supinadora, por lo que si vamos a correr deberemos buscar unas deportivas que lleven refuerzo en esas zonas. Aparte de acudir a un profesional para corregir nuestra pisada, y así evitar los esguinces habituales y la fascitis plantar, aparte de dolores en la espalda baja en la cadera.

Neutras

Se trata de una pisada correcta, ya que los pies y las piernas realizan un movimiento recto cuando estamos caminando. Gracias a esto, las lesiones se reducen drásticamente, mejoramos nuestro equilibrio, no sufriremos dolores en la planta de los pies, talones o en la zona de los lumbares.

Además, tener pisada neutra hará que la vida útil de nuestros zapatos aumente, ya que no los deformaremos con el paso de los meses y del uso continuado. Las zapatillas para deportistas con pisada neutra suelen tener un drop de unos 12 mm, y al correr, el pie no sufre sobrecarga y la pisada de cada paso es plana.

Consejos y ejercicios para mejorar la pisada

Para corregir la pisada, hay varios ejercicios. Como ya hemos visto, el movimiento normal del cuerpo nos hacer crear una pisada pronadora, y eso no está mal, lo malo es la sobrepronación, que da lugar a muchos dolores y problemas de salud a largo plazo. La supinación es la que debemos corregir con cierta urgencia, sobre todo en niños y adolescentes.

Un hombre estirando sus pies

Usar plantillas especiales

No nos tiene que dar vergüenza ni nada, se trata de salud, y más aún de salud a largo plazo, tal y como hemos comentado. El estado de nuestros pies dictamina el estado de salud en nuestra vejez.

Unas simples plantillas fabricadas por un podólogo experto y tras un estudio de nuestra pisada, podrá facilitarnos las mejoras de nuestra pisada, favoreciendo nuestra salud, y por ende evitando o reduciendo los dolores de pies, cadera, espalday promoviendo un bien reparto del peso del cuerpo y aumentando el equilibrio y la seguridad en cada paso.

Elevación de rodillas estático

Nos quedamos de pie en un sitio y trotamos en estático llevando nuestras rodillas a la altura de la cadera. Tenemos que levantar el brazo contrario a la rodilla que trabajamos. Esto nos dará un plus de efectividad incorporando el equilibrio en el ejercicio.

La otra modalidad, que también es muy recomendada, es estar de pie en una postura recta y normal y trotar en estático llevando nuestros pies a los glúteos. Hay que hacerlo a cierta velocidad y esto nos ayudará a reposar el pie de forma más adecuada y consciente favoreciendo la zancada.

Plataforma de equilibrio

Se le conoce como balón de pilates, bozu o plataforma de equilibrio. Se trata de una plataforma de plástico hinchado, como un balón, pero con base plana y estable. Al subirnos arriba trabajamos todo el cuerpo manteniendo el equilibrio.

Es un ejercicio fabuloso para nuestros pies, y más concretamente si realizamos los siguientes:

  • Mantener el equilibrio con los dos pies juntos el máximo tiempo posible.
  • Balancearnos con los dos pies juntos, hacia delante y hacia detrás.
  • Hacer talón liberando las puntas y después pisar puntas y alzando los talones.
  • Quedarnos de puntillas el máximo tiempo que podamos.

Existen ejercicios más profesionales, como mantener equilibrio a una sola pierna, pero de momento hay que iniciarse con estos que hemos dado. Así fortalecemos la musculatura del pie y las pantorrillas casi sin darnos cuenta.

De puntillas

Descalzos o con calcetines finitos, y sobre una superficie plana nos ponemos de puntillas y aguantamos varios segundos. Después, bajamos los talones lentamente y comprobamos si se han apoyado a la vez, si primero la cara externa o interna. De esta forma podemos formar a que se coloquen de manera neutra, es decir, todo a la vez, en lugar de dejar caer el peso del cuerpo por un solo lado.

Pelota de tenis

Algo tan sencillo como mover hacia delante y hacia detrás una pelota de tenis con la planta del pie, nos ayuda a relajar esa musculatura, así como los tendones y ligamentos y conseguiremos ir mejorando la pisada al ir preparando el pie para soportar el peso del cuerpo en toda la estructura de la planta.

Este ejercicio es muy recomendable para todas las edades, sobre todo en caso de lesiones, para ir recuperando movilidad en las piernas. Parece muy sencillo, pero trabaja muy bien la musculatura de las pantorrillas, tobillo y pie.


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