Suena a algo realmente malo, pero es bastante común en mujeres y aunque es algo benigno tiene una serie de causas y síntomas que hay que controlar para identificar si nuestras dolencias podrían ser por culpa de los fibromas, aun así, si tenemos molestas o dolencias en nuestras zonas íntimas, lo más adecuado es ir al ginecólogo lo antes posible.
Las mujeres tenemos que cuidar muy bien nuestra salud genital, no solo a la hora de tener relaciones sexuales, sino incluso con nuestra alimentación, con los métodos anticonceptivos que usamos, si tenemos antecedentes de familiares, etc. Es una zona muy sensible y delicada que, aunque normalmente está siempre sana, esa suerte puede truncarse y darnos algún susto. Es por esto por lo que siempre recomendamos hacernos un chequeo general una vez al año o una vez cada 2 años como mucho.
Es importante mantener un estilo de vida saludable y a la más mínima que notemos algo extraño acudir al médico adecuado. Lo malo de los fibromas es que a veces crecen en nuestro interior y ni nos damos cuenta porque no dan síntomas claros. A pesar de eso, vamos a explicar todo lo necesario sobre los fibromas en este texto.
¿En qué consiste un fibroma?
Llegando el grueso del asunto, un fibroma es un tumor no cancerígeno que se ubica en el útero. A menudo no es solo 1 sino varios y en diferentes partes y de diferentes tamaños. Suelen aparecer en la edad fértil de la mujer y aparte de fibromas también se les conoce como mioma y leiomiomas.
Los miomas uterinos aún se estudian para saber con certeza el porqué de su existencia. Lo que se sabe hasta ahora es que no están asociados a un mayor riesgo de cáncer de útero, es más, esos miomas casi nunca se convierten en cáncer, sino que son tumores benignos.
Por norma general, los fibromas tienen diferentes tamaños, desde plántulas que son de tamaño minúsculo y casi indetectables, hasta masas de gran volumen que llegan incluso a agrandar el útero. En casos extremos hace que la barriga crezca y se note un aumento de peso.
Causas que provocan fibromas en las mujeres
Como hemos dicho antes, la ciencia aún estudio el porqué de la existencia de los miomas, aun así, ya hay varias causas con las que se relacionan, aparte de una serie de factores de riesgo que incrementan las posibilidades de que aparezcan los miomas.
- Cambios genéticos: muchos miomas están compuestos por células con un ADN que difiere del resto de células de nuestro cuerpo. Esa alteración es la que produce el cáncer, pero en el caso de los fibromas casi nunca es esa enfermedad.
- Exceso de hormonas: los miomas se expanden en edad fértil porque contienen más receptores de estrógenos y progesterona, sin embargo, tras la llegada de la menopausia estos miomas encogen su tamaño por la falta de estas hormonas.
- Matriz extracelular: se trata de un material que consigue que las células se peguen entre sí. Esta sustancia fomenta el aumento de los fibromas, además de causar cambios biológicos en las células y almacenar los factores de crecimiento.
- Otros factores: se habla del factor de crecimiento, y es un material que consigue mantener en su sitio los tejidos del cuerpo. Es similar al factor de crecimiento de la insulina, y se cree que es el responsable del crecimiento de los fibromas.
Entre los factores de riesgo está la raza, ya que los fibromas son más comunes en mujeres negras. Otro factor de riesgo es la herencia genética, de ahí que nos revisemos cada cierto tiempo si tenemos familiares que han tenido miomas. Aparte de otros factores como la obesidad, deficiencia de vitamina D, tener una alimentación con altas cantidades de carne roja y muy baja en vegetales, frutas y lácteos. El consumo de alcohol también es un factor de riesgo, aunque solo bebamos cerveza, según los estudios científicos puede aumentar las probabilidades de sufrir miomas.
Síntomas más comunes
A menudo, los miomas no dan señales de vida hasta que una llega a la consulta del ginecólogo y el doctor los detecta. Aparte de los síntomas que vamos a dar aquí, también pueden causar infertilidad, disminución de glóbulos rojos, fatiga, sangrado, desprendimiento de placenta, pérdida del embarazo, pueden quitarle espacio al feto, provocar parto prematuro, etc.
- Abundante sangrado durante la menstruación.
- Periodos que duran más de 7 días.
- Dolor en la pelvis.
- Muchas ganas de orinar y cada poco tiempo.
- Cierta dificultad para orinar y vaciar la vejiga.
- Estreñimiento.
- Dolores en espalda y piernas.
También pueden darse dolores agudos. Se recomienda visitar un ginecólogo cuando el dolor pélvico es constante, cuando sangramos demasiado y los periodos son muy largos, cuando manchamos entre periodos, cuando tenemos dificultad para orinar y cuando tenemos anemia.
Diagnóstico y tratamiento de los fibromas
Diagnosticar fibromas uterinos no es fácil, ya que la gran mayoría de veces se hace de casualidad en una visita rutinaria al ginecólogo. Si esas visitas no se realizan, es difícil detectarlos a tiempo. Y esto se debe a que los síntomas que hemos detallado antes, no se dan con mucha frecuencia, o al menos no en todas las mujeres.
Para comprobar que son miomas se suelen hacer ecografías para confirmar la existencia de esos tumores benignos. Las ecografías suelen hacerse o en el abdomen o introduciendo el aparato dentro de la vagina. Otra forma de detectar los miomas es que el médico nos pida una muestra de nuestra menstruación y esta se analizará en el laboratorio, aparte de análisis de sangre y hemogramas.
Para diagnosticar los fibromas, también suelen hacerse resonancias magnéticas, ya que las ecografías no proporcionan suficiente claridad e información. También hay otras pruebas más complejas como Histeroecografía, Histerosalpingografía e Histeroscopia.
Con respecto al tratamiento, normalmente se suelen recetar medicamentos o incluso colocar dispositivos intrauterinos. Por ejemplo, Agonistas de la hormona liberadora de gonadotropina, lo que hacen es bloquear la producción de estrógeno y progesterona. Con eso entramos en una fase de menopausia, la regla se detiene y los miomas desaparecen.
Luego están los procedimientos no invasivos, mínimamente invasivo y procedimientos tradicionales como la extirpación de los fibromas. Ningún tratamiento, salvo la histerectomia (extirpar el útero), evitan que los miomas vuelvan a aparecer. Por lo tanto, tenemos que estar muy seguras de lo que queremos.