¿La epidural es incompatible con los tatuajes?

mujer con tatuaje en espalda baja sin epidural

El embarazo es una experiencia única que cuenta un conjunto de desafíos. Una de las grandes dudas es si se pueden poner la epidural con un tatuaje en la zona lumbar. ¿Es un mito o realmente conlleva serios riesgos en la salud?

Aquellas mujeres con tatuajes en la espalda baja pueden preguntarse si las epidurales seguirán siendo seguras. A continuación conoceremos todo lo necesario sobre cómo ponerse una epidural en la piel tatuada, incluso cuándo es mejor decidir no hacerlo.

¿Cómo funciona la epidural?

La epidural es un procedimiento médico para aliviar el dolor que se suele utilizar para ayudar a las mujeres en el parto o a los pacientes posquirúrgicos para tener menos síntomas dolorosos. También las personas con dolor crónico e inflamación también pueden recibir inyecciones epidurales para ayudar a disminuir el dolor. En la mayoría de los casos, las epidurales se realizan durante el trabajo de parto (pero antes del parto) o directamente después de la cirugía.

Es un procedimiento relativamente indoloro, diseñado para bloquear las señales de dolor que viajan desde la columna hasta el cerebro. Los efectos analgésicos de una epidural pueden comenzar a notarse después de solo 10 minutos.

Una epidural basada en un catéter proporciona un conducto anestésico completo y útil para la columna vertebral de una persona. La columna vertebral contiene varios haces de nervios y funciona como la vía principal del sistema nervioso. El uso de anestésicos para bloquear las señales nerviosas puede prevenir por completo el dolor sin que los pacientes pierdan toda sensibilidad en la parte inferior del cuerpo. Esto permite que alguien bajo los efectos epidurales camine y se mueva lentamente, mientras permanece inmune a las señales de dolor más fuertes.

¿Puede un tatuaje interferir en la epidural?

La mayoría de las mujeres con tatuajes en la espalda baja o zona lumbar pueden recibir una epidural de manera segura y efectiva antes de dar a luz. Sin embargo, puede haber otras razones no relacionadas por las que un médico o una enfermera pueden decidir no aplicarla.

En algunos casos, un tatuaje en la parte inferior de la espalda podría ser un problema para esta inyección. Hay dos razones principales por las que un profesional médico puede juzgar que una epidural no es segura si:

  • El tatuaje de la parte inferior de la espalda está fresco y aún se está curando.
  • El tatuaje está levantado, rojizo, escamoso o infectado.

Aunque pequeñas cantidades de tinta del tatuaje pueden migrar a través del torrente sanguíneo o del sistema linfático después de una sesión de tatuar, estas cantidades suelen ser minúsculas e inofensivas. Una epidural realizada sobre piel infectada o tatuada recientemente podría provocar infecciones más profundas y complicaciones relacionadas con la columna vertebral o los nervios.

Si estamos a punto de dar a luz o entrar a una cirugía, es mejor posponer cualquier sesión de tatuaje que hayamos programado. Introducir la tinta después de tener al bebé o recuperarnos con éxito de una cirugía podría ayudar a reducir el riesgo de sufrir una infección inesperada o una enfermedad transmitida por la sangre como el VIH.

Algunas personas también pueden desarrollar una pequeña cicatriz epidural cerca del punto de inserción del catéter, especialmente después de una cirugía de espalda. Este tejido cicatricial cambiará la apariencia de cualquier tatuaje en la piel. Como tal, un tatuaje saludable en la parte inferior de la espalda podría no afectar el procedimiento epidural, pero una epidural sí puede dañar un tatuaje.

mujer con tatuajes y sin epidural

Casos excepcionales

Si tenemos un tatuaje en la parte baja de la espalda y estamos considerando ponernos epidural antes del nacimiento de un hijo o después de la cirugía, el médico puede optar por modificar los planes para adaptarse al tatuaje. La mayoría de los anestesiólogos perforarán una zona de piel sin tinta a lo largo de la parte baja de la espalda.

Cualquier brecha en el diseño del tatuaje podría garantizar que el médico pueda realizar una epidural estándar. Aunque la zona de la columna está completamente tatuada, el anestesiólogo puede intentar ubicar un sitio más factible. No obstante, como dijimos anteriormente, tan solo existiría riesgo si el tatuaje es reciente o está infectado. En casos de tatuajes sanos, no existe peligro de poner la epidural.

En el peor de los casos, un profesional médico puede considerar inseguro o poco práctico administrar una epidural en una zona lumbar muy tatuada. Afortunadamente, una epidural no es la única opción para mujeres embarazadas o pacientes posquirúrgicos. Los analgésicos no opioides, el óxido nitroso y las formas alternativas de anestésicos locales aún pueden ser una opción.

Posibles peligros

Los principales riesgos de ponerse la anestesia epidural con un tatuaje lumbar en mal estado es la infección interna. Normalmente, los tatuajes infectados o con costras se deben a que son recientes. Esto supone que la mujer embarazada se lo ha hecho poco tiempo antes de dar a luz, sin tener en cuenta los riesgos que puede suponer en el feto. Concretamente, los expertos alertan de un aumento de posibilidades de contraer VIH.

Sin embargo, el principal peligro de aceptar una inyección atravesando una herida es la infección. Esto podría comprometer a la salud de los nervios y a la columna vertebral. Pese a que es una práctica habitual para aliviar el dolor en el parto, muchos anestesistas informan sobre el riesgo de esta inyección y sus posibles efectos secundarios. Si a esto se le añade el atravesamiento de un tatuaje en mal estado, el riesgo se multiplica.

Aun así, los profesionales de la salud se negarán a poner la epidural si ven una piel en mal estado. Previamente se ha debido comentar el estado del tatuaje lumbar, puesto que habrá sucedido en las semanas previas al embarazo. Incluso, los tatuadores aconsejarán a las embarazadas para que no corran el riesgo poco tiempo antes del parto. Recordemos también que la piel está muy tirante, por lo que es mejor hacer el tatuaje después de dar a luz, cuando la piel haya recobrado su posición habitual. De esta forma evitaremos deformaciones.


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