Cuando piensas en el funcionamiento interno de tu intestino, probablemente no conectas automáticamente lo que está sucediendo allí con lo que está sucediendo en tu cerebro. Pero para las personas con síndrome del intestino irritable (SII), la conexión entre síntomas como diarrea y estreñimiento y sus emociones es una relación muy real, aunque algo complicada.
El estrés y la ansiedad en particular juegan un papel importante en el SII, y la relación es a menudo una calle de doble sentido. La angustia emocional puede agravar los síntomas del SII, y los síntomas pueden exacerbar el estrés y la ansiedad.
El problema es causado por el eje cerebro-intestino, es decir, el sistema de comunicación entre el tracto digestivo y el cerebro. El cerebro tiene un efecto directo sobre el estómago y los intestinos, y viceversa.
Esto es especialmente problemático para las personas con SII porque sus cerebros responden mejor a las señales de dolor del tracto gastrointestinal, por lo que tienden a percibir el dolor de manera más aguda que otros. Entonces el estrés puede hacer que el dolor existente parezca aún peor.
¿Cómo podemos reducir el estrés y aliviar el dolor?
Afortunadamente, una variedad de terapias para el manejo del estrés pueden ayudar a reducir las molestias tanto en el cerebro como en el intestino.
Hipnosis dirigida al intestino
La hipnoterapia es la intervención mente-cuerpo más común utilizada para el SII. Un terapeuta capacitado guía a una persona a un estado de conciencia enfocado pero relajado y utiliza sugerencias e imágenes para calmar el tracto digestivo y desviar el foco de las molestias en el cuerpo.
Según una revisión de junio de 2015, publicada en el Alimentary Pharmacology & Therapeutics, los estudios han encontrado que las personas con SII que se someten a hipnosis tienden a experimentar un alivio significativo y a largo plazo de los síntomas. Funciona en esa desregulación del cerebro-intestino y calma la sensibilidad nerviosa.
Terapia cognitiva conductual
La terapia cognitiva conductual, o TCC, utilizada para tratar una variedad de problemas de salud mental, también puede ayudar a las personas con SII.
La TCC está mirando mucho cómo nuestros pensamientos impactan cómo nos sentimos y nos comportamos. Si nuestros pensamientos no son constructivos, trabajamos para encontrar alternativas. Por ejemplo, la TCC podría ayudar a alguien con SII a reformular sus pensamientos para que ya no tengan miedo de salir de casa por miedo a no tener acceso al baño.
Respiración diafragmática
También llamada respiración profunda o respiración abdominal, esta práctica se enfoca en mover tu abdomen hacia dentro y hacia fuera con cada respiración, en lugar de con el pecho.
Esta técnica no solo puede regular el latido cardíaco y la presión arterial, según Harvard Health Publishing, sino que el diafragma, el músculo grande debajo de los pulmones, también puede masajear los órganos intestinales.
Eso puede ser útil para la urgencia y para calmar el sistema para ayudar con la diarrea. Y puede ayudar a relajar el colon para ayudar con el estreñimiento.
Actividad física
Cualquier tipo de ejercicio aeróbico moderado confiere beneficios potenciales para el SII, y ciertamente también beneficios generales para la salud.
En un estudio, publicado en enero de 2015 en el World Journal of Gastroenterology, las personas con SII que hicieron ejercicio aeróbico moderado (como caminar o montar en bicicleta aproximadamente cinco horas a la semana) informaron de una disminución de los síntomas y se sintieron menos cansados, menos ansiosos y menos deprimidos. Además, se sabe que la actividad física en general reduce el estrés.
Yoga
Aunque no ha habido un gran estudio definitivo sobre yoga, hay datos emergentes que sugieren que puede ser muy bueno para el síndrome del intestino irritable.
De hecho, un estudio publicado en diciembre de 2015, en el European Journal of Integrative Medicine, encontró que una hora de yoga tres veces a la semana, durante tres meses, disminuyó en gran medida los síntomas del SII a la vez que mejora la calidad de vida y alivia la ansiedad.
Medicamentos
Los medicamentos psiquiátricos también pueden tratar el SII y la ansiedad.
Hay tres clases de antidepresivos que tratan tanto el cerebro como el intestino. Esos tres son antidepresivos tricíclicos (ATC como Elavil), inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS como Prozac) e inhibidores selectivos de la recaptación de noradrenalina (Effexor, por ejemplo).
Esas tres categorías de medicamentos en diversos grados tienen efectos en el cerebro y el tracto gastrointestinal y pueden tener efectos sobre la ansiedad, lo que puede ser beneficioso. No obstante, siempre debes acudir a un médico para que valore tu caso.