La salud intestinal es un tema de moda en estos días, pero hay una buena razón para ello: tu tracto gastrointestinal no solo digiere y absorbe los nutrientes que le dan energía a tu cuerpo, sino que también es clave para mantenerte saludable.
El intestino está lleno de billones de microorganismos buenos, que desempeñan un papel importante en el mantenimiento de un sistema inmunológico saludable. Los médicos también están explorando algo conocido como la conexión intestino-cerebro, o cómo nuestros sistemas digestivos están relacionados con nuestra salud mental, emocional y física.
En pocas palabras, nuestro tracto gastrointestinal es sensible a todo tipo de emociones: ansiedad, tristeza, ira, júbilo, etc.Un claro ejemplo de esto son las náuseas o malestar intestinal que muchas personas sienten antes de hacer una presentación.
Los buenos hábitos alimenticios, el ejercicio y el mantenimiento de un peso saludable son formas de mantener el intestino en buen estado de funcionamiento.
Hábitos que debes hacer para mejorar tu salud intestinal
Llevan un diario de tu comportamiento en el baño
Aunque puede que no sea la tarea más atractiva de tu lista de cosas por hacer, se recomienda vigilar la frecuencia y apariencia de tus deposiciones para tener una mejor idea de donde se encuentra tu salud intestinal.
La forma, la consistencia, la textura y el color de tu caca revelan mucho sobre lo que está sucediendo en tu intestino. Se recomienda usar la escala Bristol, que divide las heces en siete tipos diferentes:
Los tipos 3 y 4 son formas ideales de caca, mientras que los tipos 1 y 2 generalmente significan que está estreñido, y los tipos 5, 6 y 7 son heces blandas o diarrea.
Si notas un cambio en la apariencia de sus heces, y especialmente si tienes otros síntomas, como dolor abdominal o pérdida de peso, pide una cita para un chequeo intestinal.
Mantén el estrés bajo control
Las tácticas para reducir el estrés pueden ayudar a reducir los síntomas de las enfermedades gastrointestinales e incluso evitar que se desarrollen o empeoren.
El estrés crónico tiene un impacto negativo en el tracto gastrointestinal al provocar alteraciones en la comunicación entre el intestino y el cerebro. Estas alteraciones pueden empeorar o conducir al desarrollo de muchas afecciones gastrointestinales, incluido el síndrome del intestino irritable, la enfermedad inflamatoria del intestino y la enfermedad por reflujo gastroesofágico.
Se recomienda realizar actividades para reducir el estrés con regularidad, como ejercicio, yoga, meditación o hipnoterapia.
Mantente bien hidratado
Dado que el cuerpo humano está compuesto de aproximadamente un 60 por ciento de agua, no es de extrañar que mantenerte hidratado desempeñe un papel crucial en el mantenimiento de la salud intestinal.
El intestino necesita agua para funcionar y permitir un equilibrio saludable de bacterias buenas en el tracto intestinal. Al igual que el motor de un automóvil necesita aceite, tu intestino necesita agua; de lo contrario, corres el riesgo de estreñirte.
Evita las carnes rojas y procesadas
Las carnes rojas y procesadas son cancerígenas, lo que significa comer en grandes cantidades aumenta el riesgo de ciertos tipos de cáncer, incluyendo el cáncer de estómago y de colon.
Consumir una dieta saludable para el intestino rica en frutas, verduras, cereales integrales, fibra, leche, calcio, vitamina D y ácido fólico ha demostrado tener efectos protectores contra estos cánceres, especialmente de colon.
Limita los azúcares procesados
Los alimentos cargados de azúcar son relativamente nuevos en la dieta humana. En otras palabras, nuestros antepasados cazadores y recolectores no tenían acceso a magdalenas por la mañana ni a medio litro de helado por la noche.
Esa es probablemente una de las razones por las que tantas personas tienen problemas para digerir los azúcares procesados, que pueden causar síntomas desagradables.
De hecho, comer cereales y postres azucarados, así como bebidas endulzadas como refrescos, podría aumentar el riesgo de inflamación crónica. Y comer demasiado puede provocar diarrea.
Los edulcorantes artificiales son por desgracia de las peores cosas para el intestino, ya que pueden cambiar la composición de tus bacterias intestinales.
Consume alimentos probióticos y prebióticos
Los probióticos son las bacterias intestinales buenas que se encuentran en algunos alimentos fermentados, como el yogur, el kéfir, el chucrut, el tempeh y el kimchi, así como en ciertos suplementos.
Los prebióticos , los alimentos que pasan a través del tracto gastrointestinal y ayudan a alimentar estos organismos beneficiosos en nuestro intestino, provienen de fibras no digeribles, como el ajo, la cebolla, los garbanzos, las lentejas, la soja, el centeno y el trigo.
Estos organismos nos ayudan con muchas funciones, que incluyen ayudar en la digestión de los alimentos, mantener un sistema inmunológico saludable, protegernos de organismos nocivos y toxinas y equilibrar nuestras emociones y salud mental.