Uno de los mayores temores cuando nos vamos de viaje es pensar qué pasará con nuestro estómago. Cuando llegamos una alimentación saludable y variada, el organismo está acostumbrado a comidas de calidad. Al viajar, es muy normal que hagamos varias comidas en restaurantes que ya tienen un menú establecido o que hagamos alguna parada en puestos de comida ambulante.
Está bien comer la comida típica de la zona que visitas, pero presta atención a la higiene y la calidad de los alimentos. En caso de hacer la vista gorda, dí hola a las digestiones pesadas, diarreas, acidez estomacal, náuseas, etc.
Para evitar todo esto, te damos unos consejos básicos que debes tener en cuenta antes de acudir a tu protector de estómago.
Cuida de tu estómago en las digestiones
Este órgano está considerado como el segundo cerebro de nuestro cuerpo. Tenemos unas 100 millones de neuronas que son capaces de influir en el sueño y en el estado de ánimo, así que para disfrutar de tu viaje al 100% es mejor que cuides lo que pasa por tu sistema digestivo.
No te olvides de incorporar alimentos ricos en fibra y estar perfectamente hidratado. Vas a poder disfrutar igual comiendo sano que optando por comidas repletas de salsas y acompañadas de refrescos. ¿Te puedes comer una hamburguesa o una pizza? ¡Por supuesto! Solo faltaba que visitaras un país famoso por su comida y no la tomases.
Puedes terminar tu almuerzo o cena con una infusión de manzanilla para ayudar en la digestión, evitar la pesadez e, incluso, controlar la fatiga.
Comida, comida y más comida
Pensar en vacaciones para muchos es sinónimos de tener manga ancha en las cantidades y número de comidas que realizamos. Comemos como si no hubiera un mañana, por pura gula, y más aún si tenemos contratado un «todo incluido».
El peligro está en que cuando viajamos a países donde la cultura es totalmente distinta, muy probablemente nuestro estómago se resienta con más facilidad. Introduce frutas tropicales, que contienen enzimas digestivas, o infusiones que rebajen la pesadez y la sensación de fatiga.
Aunque si evitamos llegar al punto de malestar, mejor. Asegúrate de que en tus comidas siempre hay verdura y proteína de calidad y, en caso de querer darte caprichos, intenta que sean lo más artesanos posibles. Busca panaderías para tomar dulces caseros o pizzerías con ingredientes frescos; huye de cualquier alimento ultraprocesado.
Hinchazón y acidez estomacal
Estos dos síntomas pueden ocurrir tanto si estás de viaje, como si llevas una pésima alimentación. Hablo por propia experiencia, cuando no tomaba nada de verduras ni frutas y abusaba de ultraprocesados. No se debe pasar por alto estos problemas de estómago, ya que seguramente no sean causa de una patología de nacimiento, sino por la mala alimentación.
Si notas tu abdomen hinchado, es probablemente por los gases que libera la comida al descomponerse en el proceso de digestión. Aunque también cabe la posibilidad de que ingieras aire mientras comes o bebes al hacerlo de forma rápida.