Posibles riesgos al hacer una colonoscopia

medico con tubo para colonoscopia

Los pacientes que se someten a una colonoscopia necesitan saber ciertas pautas sobre esta prueba médica. Generalmente, un médico la recomienda cuando necesita buscar anomalías o enfermedades en el intestino grueso, concretamente en el colon.

Esta prueba se realiza con un colonoscopio, un tubo delgado y flexible que tiene una luz y una cámara adjuntas. El colon ayuda a formar la porción más baja del tracto gastrointestinal. Es el encargado de absorbes los nutrientes y eliminas los desechos. Está unido al ano a través del recto y es por donde se expulsan las heces. Durante una colonoscopia, tu médico también puede tomar muestras de tejido para realizar una biopsia o extraer tejido anormal, como pólipos.

¿Por qué se realiza?

Esta prueba se puede realizar como método de detección del cáncer colorrectal y otros problemas. El examen puede ayudar a un médico a buscar signos de cánceres, explorar la causa de cambios inexplicables en los hábitos intestinales, evaluar los síntomas de dolor abdominal o sangrado, o incluso encontrar un motivo de pérdida de peso inexplicable, como el estreñimiento crónico o la diarrea.

Lo profesionales de la salud recomiendan hacerse la prueba una vez cada 10 años para las personas que tengan entre 50 y 75 años, con un riesgo de cáncer colorrectal y con una esperanza de vida de al menos 10 años.

No obstante, también hay expertos que aconsejan hacer una colonoscopia única para las personas que tienen de 50 a 79 años, cuentan con un riesgo de cáncer colorrectal y tienen al menos un 3 por ciento de probabilidades de desarrollar cáncer colorrectal en 15 años

Si tienes un mayor riesgo de cáncer de este tipo, es posible que necesites hacerte pruebas de manera frecuentes. Normalmente, las personas que pueden necesitar hacerse exámenes de detección cada 1 a 5 años suelen ser aquellas a las que se les extirparon pólipos durante una colonoscopia anterior, con antecedentes de cáncer colorrectal o con enfermedad inflamatoria intestinal.

¿Qué es la colonoscopia virtual?

Una alternativa a la clásica es una colonoscopia virtual. Esta es una técnica que utiliza una tomografía computarizada para obtener imágenes del colon que son similares a las vistas del colon obtenidas por observación directa a través de la colonoscopia. Las imágenes se construyen utilizando las imágenes de TC, por lo que no representan imágenes reales, son imágenes virtuales.

Como preparación para la virtual, el día antes habrá que limpiar el colon con laxantes. Durante el examen, se inserta un tubo en el ano y se usa para inyectar aire en el colon. La tomografía computarizada continuación, se llevan a cabo con el colon se infla, y las exploraciones se analizan y se manipula para formar una imagen virtual del colon. Cuando se realiza correctamente, la colonoscopia virtual puede ser eficaz. Incluso puede encontrar pólipos «escondidos» detrás de los pliegues que ocasionalmente se pasan por alto en la prueba clásica.

No obstante, hay varias limitaciones. Por ejemplo, tiene dificultades para identificar pólipos pequeños (de menos de 5 mm de tamaño) que se ven fácilmente en la colonoscopia, aunque es cierto que los pólipos pequeños tienen menos probabilidades de ser cancerosos. También resulta complicado identificar cánceres planos o lesiones premalignas que no sobresalen, es decir, que no son pólipos.

Además, no permite la extirpación de los pólipos que se encuentran. Si los pólipos se encuentran mediante una prueba virtual, se debe realizar una colonoscopia para extirpar los pólipos. Por lo tanto, muchas personas que se someten a una virtual deberán someterse a un segundo procedimiento.

Debido a estas limitaciones, la virtual no ha reemplazado a la clásica como la principal herramienta de detección para las personas con mayor riesgo de pólipos o cáncer de colon. Actualmente es una opción para las personas con riesgo normal de pólipos y cáncer de colon que no pueden o no se someterán a una colonoscopia.

medico para hacer una colonoscopia

¿Cuáles son los riesgos?

Aunque una colonoscopia en sí misma es relativamente segura, existen varios factores que podrían contribuir a problemas durante su realización. Si un médico extirpa un pólipo durante la prueba, por ejemplo, las posibilidades de complicaciones pueden aumentar ligeramente.

En casos raros, se han comunicado muertes después de estas pruebas médicas, sobre todo en personas que habían sufrido perforaciones intestinales. Es por eso que se recomienda acudir a centros especializados para disminuir el riesgo. No obstante, los riesgos asociados con la colonoscopia son los que exponemos a continuación.

Intestino perforado

Las perforaciones intestinales son pequeños desgarros en la pared del recto o el colon. Pueden realizarse accidentalmente durante el procedimiento mediante un instrumento. Suele ser un poco más probable que ocurran estos pinchazos si se extrae un pólipo, aunque tampoco es una norma recurrente en el quirófano.

Las perforaciones se pueden tratar con esperando de manera vigilada, haciendo reposo en la cama y con antibióticos. Sin embargo, los desgarros más grandes son emergencias médicas que requieren reparación quirúrgica.

Sangrado

Si se coge una muestra de tejido o se extrae un pólipo, es posible que notes algo de sangrado en el recto o sangre en las heces uno o dos días después de la prueba. Por lo general, esto no es nada por lo que debas preocuparte, y en poco tiempo podrás volver a llevar una vida totalmente normal.

Sin embargo, si el sangrado es abundante o no se detiene, es importante que se lo comuniques a tu médico. Dejarlo pasar podría ocultar un problema subyacente que te ponga en peligro.

Síndrome de electrocoagulación postpolipectomía

Esta complicación es bastante rara y puede causar dolor abdominal intenso, frecuencia cardíaca rápida y fiebre después de una colonoscopia. Normalmente tiene su origen en una lesión en la pared intestinal que resulta en una quemadura. En poco casos se requiere una reparación quirúrgica y, por lo general, pueden tratarse con reposo en cama y medicación.

A veces puede llegar a confundirse con una perforación intestinal porque tienen unos síntomas similares. No obstante, será un especialista el que analice la gravedad del asunto.

Riesgos para adultos mayores

Como el cáncer de colon crece lentamente, las colonoscopias no siempre se recomiendan para personas mayores de 75 años y aquellas que tienen problemas médicos que las ponen en mayor riesgo de complicaciones.

La preparación intestinal utilizada a veces puede ser motivo de preocupación para las personas mayores porque puede provocar deshidratación o desequilibrio electrolítico. Aquellas con disfunción ventricular izquierda o insuficiencia cardíaca congestiva pueden reaccionar mal a las soluciones de preparación que contienen polietilenglicol. Estos pueden aumentar el volumen de agua intravascular y causar complicaciones como edema.

También pueden influir negativamente las bebidas preparadas que contienen fosfato de sodio, ya que pueden causar complicaciones renales en algunas personas mayores.

paciente sometiendose a una colonoscopia

¿Cómo debemos prepararnos para una colonoscopia?

Tu médico te dará instrucciones para hacer una preparación intestinal. Lo más recomendable es llevar una dieta de líquidos claros durante 24 a 72 horas antes de la prueba médica. Esta dieta suele incluir caldo o consomé, gelatina, café o té simple, jugo sin pulpa y bebidas deportivas, como Gatorade. Es importante no beber ningún líquido que contenga tinte rojo o violeta porque pueden decolorar el colon y afectar a los resultados de la prueba.

Se debe comunicar al médico sobre cualquier medicamento que estés tomando, incluidos los medicamentos de venta libre o los suplementos. Si pueden afectar a tu colonoscopia, el médico puede indicar que dejes de tomarlos unas horas antes. Los más comunes son anticoagulantes, vitaminas que contienen hierro y ciertos medicamentos para la diabetes.

Es posible que también se te dé un laxante para que lo tomes la noche anterior a tu cita. Lo más probable es que te aconsejen que uses un enema para limpiar el colon el día de la prueba.

¿Cómo se realiza la prueba?

Justo antes de la colonoscopia, tendrás que ponerte una bata de hospital. La mayoría de las personas reciben un sedante y analgésico a través de una vía intravenosa para que la prueba sea indolora y los pacientes estén relajados.

Durante el procedimiento, te acostarás de costado sobre una camilla de examen acolchada. El médico puede colocarte con las rodillas cerca del pecho para obtener un mejor ángulo de tu colon.

Mientras estás de lado y sedado, el médico guiará el colonoscopio lenta y suavemente hacia tu ano a través del recto y hacia el colon. La cámara en el extremo del colonoscopio transmite imágenes a un monitor que el médico estará mirando. Una vez que se coloca el colonoscopio, el médico te inflará el colon con dióxido de carbono. Esto les da una mejor vista para obtener resultados más exactos.

El médico puede extraer pólipos o una muestra de tejido para realizar una biopsia durante este procedimiento. Casi siempre, lo normal es que el paciente esté despierto durante la colonoscopia, por lo que el médico podrá decirte lo que está sucediendo. Todo el procedimiento puede tardar ente 15 minutos o una hora.

¿Qué sucede después de una colonoscopia?

Una vez finalizada la prueba, habrá que esperar aproximadamente una hora para que desaparezca el efecto del sedante. Se aconsejará que no conduzcas durante las próximas 24 horas, hasta que desaparezcan todos los efectos. Si el médico extrae tejido o un pólipo durante una biopsia, lo enviarán a un laboratorio para poder analizarlo. El médico te informará con los resultados cuando estén listos, lo que normalmente ocurre a los pocos días.

Es probable que durante las horas siguientes tengas algo de gas e hinchazón debido al gas que han colocado en el colon. Es importante que le des tiempo para salir de tu sistema intestinal. Si continúa durante días después, podría significar que hay un problema y debes hablarlo con el médico.

Además, es normal que haya un poco de sangre en las heces después del procedimiento. Sin embargo, hay que acudir al especialista si sigues expulsando sangre o coágulos de sangre, experimentas dolor abdominal o tienes fiebre de más de 37,8 ° C.


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