¿Por qué el maíz no se digiere?

Una taza llena de maíz

En la vida hay muchas curiosidades y hoy traemos una que tiene que ver con el apasionante mundo de nuestro sistema digestivo. Si solemos comer maíz con ensaladas, por ejemplo, nos habremos dado cuenta de que nuestro organismo expulsa los granos tal cual (o eso creemos). Vamos a explicar por qué pasa esto y si es perjudicial o no para nuestra salud.

La digestión empieza en nuestra boca con la masticación y la salivación. Los expertos recomiendan masticar entre 30 y 50 veces cada bocado. Pero no siempre lo hacemos, ya que muchas veces masticamos 5 o 6 veces y tragamos, eso da lugar a dolores de estómago, gases e incluso a alimentos sin digerir en su totalidad.

En el caso del maíz, es bastante común que aparezca en nuestras heces de la misma forma de la que sale de la lata o bote. El primer motivo es por la falta de masticación y el segundo motivo sale de un estudio científico y de muchos otros que se hicieron antes.

Hay un truco muy básico para conseguir que nuestro organismo digiera el maíz al 100%, y no es ninguna broma, de hecho, es más habitual de lo que creemos y más hora que solo somos capaces de pensar en el maíz como grano individual (ejemplo: latas de maíz dulce).

Mazorca de maíz cortada en mitades

Nos faltan enzimas y bacterias intestinales

No, nuestra salud no se ve afectada, ni tenemos ninguna enfermedad. No digerir el maíz entero es algo normal en los seres humanos y se debe a que nuestro organismo no cuenta con las enzimas suficientes y las bacterias intestinales suficientes para digerir ese alimento, según un estudio publicado por Universidad de Nebraska-Lincoln.

El maíz está cubierto por una capa de celulosa y nosotros los humanos no contamos con las enzimas necesarias para romper esa cadena y digerir ese alimento en su totalidad, pero sí que somos capaces de absorber gran parte de sus nutrientes.

En otras palabras, lo que vemos en las heces, es la parte exterior del grano, es decir, la capa que nuestro organismo no puede destruir. Todo su interior sí es digerido y aprovechado para nuestros beneficios. El maíz nos aporta vitamina A, B3 y B9 (ácido fólico), así como hierro, calcio, magnesio, potasio, fósforo, selenio, sodio y zinc.

Esta falta de digestión del choclo (en Sudamérica) o del maíz, puede llevarnos a pensar que nos pasa algo y que por algún motivo que desconocemos no realizamos buena digestión, pero no es así.

El maíz es un alimento muy saludable y que deberíamos añadirlo a nuestra dieta algunos días por semana. Si no queremos llevarnos una sorpresa desagradable y ver los granos de maíz dulce en nuestras heces, podemos optar por cocinarlos de alguna forma.

El hecho de llevarlo a otro estado, hará que sea más fácil de digerirlo, por ejemplo, como palomitas de maíz, en tortillas, pan con harina 100% de maíz, hummus de maíz, etc. Al procesar el alimento, aunque sea mínimamente, hará que se digiera mejor y el cuerpo pueda hacer buen provecho de él.


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