La CPAP ayuda a frenar la subida de la presión arterial en apnea del sueño

  • La CPAP usada 4+ horas por noche evitó el aumento de la presión arterial en pacientes con apnea obstructiva del sueño.
  • Ensayo con 60 adultos con AOS grave y tensión normal, seguidos durante tres meses mediante MAPA de 24 horas.
  • El efecto depende de la adherencia al tratamiento: con uso insuficiente, la presión sube de forma similar al grupo sin CPAP.
  • La AOS se asocia a hipertensión y eventos cardiovasculares y está infradiagnosticada; crece entre un 8 y un 10% anual.

medición de presión arterial

Un trabajo clínico llevado a cabo en el Hospital Universitari Arnau de Vilanova Santa Maria (Lérida) apunta a que el uso constante de la CPAP puede evitar la subida de la presión arterial en personas con apnea obstructiva del sueño (AOS) que, de partida, tienen cifras tensionales normales.

La investigación, publicada como artículo original en European Respiratory Journal y firmada en primer lugar por Adriano D. S. Targa y Gerard Torres, siguió durante un trimestre a una cohorte de pacientes con AOS grave y constató que quienes utilizaron la CPAP al menos cuatro horas cada noche quedaron protegidos frente al aumento de la tensión, mientras que los que no la emplearon presentaron incrementos significativos.

El estudio en Lérida: diseño y población

El ensayo incluyó a 60 voluntarios con apnea del sueño de alta severidad, edad media de 52 años y presión arterial basal dentro de la normalidad. Durante el seguimiento, algunos participantes recibieron la terapia con CPAP y otros continuaron con la atención habitual, lo que permitió comparar la evolución entre grupos.

Para valorar los cambios, el equipo utilizó el monitoreo ambulatorio de presión arterial (MAPA) de 24 horas. Este enfoque aporta una imagen más fiel de la tensión a lo largo del día y la noche, algo especialmente relevante en AOS, donde las alteraciones nocturnas pueden empujar al alza los valores tensionales.

Resultados: la adherencia marca la diferencia

Los autores observaron un claro patrón: no usar CPAP se asoció con aumentos sustanciales en diferentes parámetros de la presión arterial en el periodo de tres meses. En cambio, entre quienes mantuvieron la CPAP encendida cuatro o más horas por noche, no se registraron cambios o incluso se apreciaron pequeñas reducciones en el MAPA.

El beneficio dependió de la adherencia. Los pacientes con uso insuficiente del equipo mostraron subidas de presión arterial comparables a las del grupo sin CPAP, subrayando que el tiempo real de utilización es crucial para obtener protección tensional.

Apnea del sueño e hipertensión: un vínculo conocido

La AOS y la hipertensión arterial mantienen una relación estrecha y bidireccional. Profesionales como el neumólogo Eusebi Chiner recuerdan que alrededor de la mitad de quienes padecen apnea del sueño también son hipertensos, y que cerca del 40% de las personas hipertensas que roncan podrían presentar AOS.

Más allá de la presión arterial, esta patología conlleva somnolencia diurna y mayor riesgo de accidentes de tráfico o laborales. La literatura médica vincula la AOS con problemas de mayor calado, entre ellos la insuficiencia cardiaca, el ictus o la cardiopatía isquémica, con un impacto sanitario y social de gran envergadura.

Impacto asistencial y diagnóstico

En España, la apnea del sueño representa una parte muy relevante de la actividad en Neumología: se calcula que llega a la mitad de las consultas en este ámbito. Además, su diagnóstico crece cada año a ritmos del 8-10%, reflejando una demanda asistencial sostenida.

La enfermedad sigue, pese a todo, infradiagnosticada. En su fisiopatología confluyen la desaturación de oxígeno, los cambios en la presión intratorácica y los microdespertares, mecanismos que desembocan en somnolencia, alteraciones cognitivas y trastornos respiratorios, cardiovasculares, metabólicos e inflamatorios.

Qué dicen los especialistas

Para el neumólogo Ferran Barbé, miembro de SEPAR e investigador del trabajo, este estudio abre una vía práctica para mejorar la salud y la calidad de vida de quienes padecen AOS, poniendo el foco en el compromiso del paciente con su tratamiento para reducir secuelas como la hipertensión arterial y, por extensión, eventos cardiovasculares graves.

Chiner insiste en que la falta de descanso nocturno es la consecuencia más visible y que su impacto diario no es menor, pero subraya que lo más preocupante son las asociaciones con patologías cardiovasculares y oncológicas, por lo que reforzar el diagnóstico y la adherencia a terapias efectivas como la CPAP resulta esencial.

CPAP: qué es y por qué puede ayudar

La CPAP (presión positiva continua en la vía aérea) es un dispositivo que impulsa aire a una presión determinada a través de una mascarilla, manteniendo abiertas las vías respiratorias durante el sueño. Al reducir las pausas respiratorias y mejorar la oxigenación, puede amortiguar los picos de presión arterial nocturnos y sus efectos residuales diurnos.

La clave está en usarla el tiempo suficiente cada noche. Según los datos del estudio, el umbral de cuatro horas diarias marca la diferencia entre un control tensional estable y el riesgo de que la presión arterial se dispare con el tiempo.

Iniciativas para impulsar el abordaje

Con el objetivo de concienciar y formar a profesionales, instituciones y ciudadanía sobre los trastornos respiratorios del sueño, SEPAR impulsa el Año SEPAR de los TRS, una iniciativa que pone el acento en su alta prevalencia y carga económica. Entre los socios figuran entidades como BTI Apnia y Linde, así como colaboradores estratégicos del sector (Esteve Teijin, Orthoapnea, Oximesa, VitalAire, Welltech y Yuwell), reforzando un tejido de cooperación para mejorar el diagnóstico y tratamiento.

Entre los datos clave del trabajo realizado en Lérida destacan la muestra de 60 participantes con AOS grave y tensión normal al inicio, el seguimiento de tres meses con MAPA de 24 horas y la constatación de que el uso de CPAP ≥4 horas/noche protege del aumento de la presión arterial, a diferencia de la atención habitual.

Este conjunto de evidencias coloca a la CPAP como una herramienta determinante para controlar el impacto de la apnea del sueño sobre la tensión, siempre que exista buena adherencia, y refuerza la necesidad de detectar la AOS a tiempo y de acompañar a los pacientes para que mantengan el tratamiento con constancia.