Tanto la rabia como la leptospirosis son enfermedades que pueden transmitirse de forma rápida y sencilla de perros a personas, de ahí que la Organización Colegial Veterinaria siga insistiendo en la prevención mediante un plan de vacunación adaptado a cada animal.
Ya no es solo eso, sino que, en el caso de la rabia, existe la revacunación anual y es la que muchos se saltan creyendo que no es importante. En algunas comunidades autónomas la vacuna de la rabia es obligatoria, tanto es así que llegan a enviar información vía SMS para hacer el recordatorio de la vacuna.
Aquí quien tiene la última palabra es el veterinario, pero sus conclusiones las hará en base a la información que le contemos. Si decimos que el perro no está en contacto con ningún animal y que vive protegido en una urbanización o casa privada, es probable que el especialista decida no vacunar por ahora al perro.
Leptospirosis: tiene consecuencias letales
Esta grave enfermedad mata al 50% de perros que la contraen, siendo más letal que la leishmania. No solo la contagian los canes, sino que la leptospirosis la pueden transmitir roedores, vacas y otros animales silvestres. En el caso de que un animal contagie a una persona, las consecuencias pueden ser letales, ya que puede afectar al hígado, al sistema nervioso y a los riñones.
En este caso la vacuna NO es obligatoria, ya que es una enfermedad grave, pero no tan común como la rabia. Desde la Organización Colegial Veterinaria indican que en España están aumentando los casos de contagios por esta enfermedad, y eso nos lleva a preguntarnos cómo se contagia.
En primer lugar, tenemos que saber que los perros y las personas compartimos más o menos unas 300 enfermedades y la gran mayoría se contagian mediante besos o contacto directo.
Para que un adulto o niño se contagie de leptospirosis debemos estar en contacto directo o indirecto con un animal infectado, principalmente con su orina. Por ejemplo, tocar el césped donde ha orinado un roedor infectado.
No solo eso, sino que para quedar infectados basta un beso en sus mucosas como los ojos, nariz y boca, beber agua contaminada o manipular comida contaminada con es bacteria.
¿Quiénes están en riesgo de verdad?
Tampoco prohibamos ahora que los niños jueguen en el parque, simplemente hay que mejorar la limpieza de las manos y la cara si vemos que nuestro hijo juega en un césped público.
Según informa la Organización Colegial Veterinaria, las personas que están en primera línea de contagio son los propios veterinarios, personas que asisten a perros callejeros, ganaderos, agricultores y perfiles similares. Si estamos en contacto con perros de dudosa procedencia y no conocemos su estado de salud, podríamos estar en riesgo.
Si vamos a acariciar a un can desconocido, lo mejor es no tocar sus ojos, orejas, boca, ni nariz, no dejar que nos chupe, no rozarnos con su pipí y si podemos usar guantes, mejor.
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