Hay miles de personas en todo el mundo que les encantaría tener perro, pero no pueden ya sea por falta de tiempo, por su trabajo o porque son conscientes de la responsabilidad que conlleva cuidar a una mascota y del dinero inicial que hace falta, aparte de los gastos fijos y los imprevistos. A raíz de esta cuestión ha surgido una app para móviles llamada Préstame tu perro, mediante la cuando podemos «prestar» nuestro perro para que lo cuide otra persona en nuestra ausencia (jornada laboral, fines de semana, trayectos, etc.).
Tener una mascota es una responsabilidad grande y diaria, que ocupa desde su primer día hasta el último y no podemos ni debemos deshacernos de ellos porque nos hemos cambiado de piso, hemos tenido un bebe, nuestro casero ha cambiado de opinión, porque nos araña los muebles, porque nos gastamos mucho dinero, etc. Es una responsabilidad que tenemos que asumir y hacernos conscientes de todos los pros y los contras mucho antes de empezar a buscar adopción.
Es cierto que, para momentos puntuales, podemos dejar a nuestro perro en casa de un familiar, un amigo, el vecino o algo similar, y reunirnos de nuevo cuando regresamos de trabajar, del viaje o de nuestro ingreso hospitalario, pero hay quienes viven lejos de su familia o sus amigos no pueden hacerse cargo del perro de forma temporal.
Préstame tu perro, por favor
Existen varias opciones a las que podemos acudir, y una de ellas son las guarderías caninas, aunque no todo el mundo tiene un perro socializado que puede pasar horas en un recinto con otros perros sin liar alguna de las suyas. Dependiendo de la ciudad de España en la que se resida, el precio medio por día en una guardería canina puede variar, pero lo normal son los 20 euros por día completo.
Si vamos sumando, al final del mes es mucho dinero, y más teniendo en cuenta los sueldos actuales y el precio del alquiler y los extras como la luz, el agua, la gasolina y la comida, entre otros.
Hay dos cuotas premium diferentes, 39,90 euros al año para los propietarios de mascotas y 9,99 euros al año para los cuidadores. La cuota ofrece servicios claves como asistencia veterinaria y también se dona un porcentaje a asociaciones de animales.
Es una transacción sin ánimo de lucro, es decir, los cuidadores no ganan dinero. Así lo han decidido los creadores de la app para que la relación sea real y no por interés económicos
Para usar la app solo tenemos que descargarla para Android o iPhone, registrarnos y crear un perfil, pagar la suscripción, buscar otros perfiles a fines a nuestras necesidades y dar me gusta hasta que recibamos un match. Será ahí cuando se inicia la relación de colaboración y habremos encontrado alguien que quiere cuidar de nuestro perro, o un perrito al que podremos cuidar.
Antes de iniciar la relación, ambos deben firmar un código de buena conducta, mediante el cual ambas partes se comprometen a responsabilizarse del animal, a tratarlo con respeto, a cuidarlo honestamente y a garantizar su seguridad y bienestar.
El abandono es el reflejo de una sociedad sin corazón
La nueva app de moda llamada Préstame tu perro. Un modelo de negocio colaborativo que ya se realiza en otros países europeos con cuotas anuales muy asequibles y con unas normas muy estrictas. Todo por evitar el abandono de animales que cada año crece y miles de seres vivos mueren desamparados en cunetas, pozos, descampados, campos, carreteras, solos, con frío, calor, con hambre…
Según la Fundación Affinity en 2019 las protectoras españolas recogieron más de 300.000 perros y gatos por lo que este tipo de iniciativas pretende luchar contra el abandono. Aunque es cierto que parte de esos abandonos son por camadas no deseadas, pérdida de interés por el animal, supuestas alergias, fin de su vida útil (como si fuera la funda de un móvil), factores económicos, falta de espacio o tiempo, etc.
Con respecto a todas estas causas que provocan el abandono, Préstame tu perro puede paliar algunas de ellas, pero también hacen falta otros métodos como educación concienciación mejora de las leyes, bajada del IVA en veterinarios, campañas de esterilización, compromisos firmes, etc.