Medicamentos bajo la lupa: acceso, seguridad y buen uso

  • EMA incluye la pérdida súbita de visión como efecto muy raro de la semaglutida y propone actualizar prospectos.
  • Un análisis en 72 mercados y 549 fármacos esenciales revela grandes brechas de asequibilidad ajustando el poder adquisitivo.
  • Biosimilares amplían el acceso y generan ahorros relevantes: más de 5.162 millones en España (2009-2022).
  • Claves de conservación y transporte en verano: temperaturas, frío, y evitar la automedicación sin consejo sanitario.

La conversación en torno a los medicamentos no se limita ya a la receta: abarca cómo se fabrican, cuánto cuestan, qué riesgos vigila la regulación dosis y riesgos del ibuprofeno y de qué manera se deben conservar para que funcionen como es debido. Entre las alertas de farmacovigilancia, las diferencias de precio entre países y el calor del verano, toca poner orden y mirar el cuadro completo.

En este reportaje repasamos las claves que marcan el presente y el futuro del acceso y el uso de los fármacos: qué distingue a los biológicos de los tradicionales, por qué los biosimilares son cruciales para el sistema, qué nos dicen los datos internacionales sobre asequibilidad y qué ha resuelto la EMA respecto a la semaglutida. Además, incluimos recomendaciones prácticas para el almacenamiento y transporte con altas temperaturas.

Los tratamientos clásicos de molécula pequeña se obtienen mediante síntesis química controlada y repetible. Los biológicos, en cambio, son moléculas grandes y complejas (p. ej., proteínas, anticuerpos u hormonas) producidas por organismos vivos como células animales, bacterias o levaduras, con procesos de cultivo y purificación mucho más sensibles.

Esta diferencia técnica implica retos: pequeñas variaciones en el proceso pueden alterar el producto final. Aun así, su capacidad para dirigirse a dianas específicas del organismo (inflamación, proteínas alteradas o células enfermas) ha transformado enfermedades complejas con opciones limitadas, desde ciertos cánceres y patologías autoinmunes hasta la diabetes o la esclerosis múltiple.

El peso de los biológicos en la innovación es creciente: hoy superan el 40% de las nuevas aprobaciones de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA). Entre los ejemplos históricos figuran la insulina recombinante o la eritropoyetina, que abrieron camino a la medicina más personalizada.

Fármacos y tecnología biomédica

Biosimilares: la palanca para ampliar el acceso

Los biosimilares son versiones altamente similares a un biológico de referencia en calidad, seguridad y eficacia, pero no copias idénticas, dado que no es posible replicar al milímetro productos fabricados en sistemas vivos. Por ello, su aprobación exige comparaciones rigurosas para demostrar que no hay diferencias clínicamente relevantes.

Comparten objetivo con los genéricos (reducir gasto y democratizar el acceso), pero son más complejos de desarrollar y evaluar. Aun así, su impacto es notable: el primer biosimilar europeo se autorizó en 2006 y su adopción no ha dejado de crecer. En España, se estima un ahorro superior a 5.162 millones de euros entre 2009 y 2022, lo que permite reinvertir en innovación y ampliar coberturas.

Para sostener su impulso es clave reforzar la confianza de profesionales y pacientes, clarificar la intercambiabilidad según criterio clínico y fomentar la educación sanitaria que evite percepciones de “copias de segunda”. El potencial de eficiencia sin merma terapéutica es sustancial.

Medicamentos en blíster

Precios y asequibilidad: lo que revelan los datos internacionales

Un estudio publicado en JAMA Health Forum analizó 549 medicamentos esenciales de la lista de la OMS en 72 mercados. La fotografía es contundente: los precios de catálogo pueden ser más bajos en países con menos renta, pero el esfuerzo económico para los pacientes suele ser mucho mayor por su menor poder adquisitivo.

La disponibilidad también varía: ningún país ofrecía el total de fármacos, con cifras entre 438 en Alemania y 225 en Kuwait, y una media de 367 en los 33 países europeos estudiados. Además, los tratamientos para salud mental y cardiovasculares aparecen entre los más costosos, mientras que los de hepatitis B y C resultan, de media, más asequibles.

Al ajustar precios por poder adquisitivo usando Alemania como referencia, emergen contrastes llamativos: en el Líbano, los precios relativos son aproximadamente una quinta parte; en Argentina, casi seis veces superiores; en Pakistán, similares a los alemanes; y en EE. UU., cercanos a triple. Para fármacos críticos como el paclitaxel, un mes de tratamiento puede equivaler a varias semanas de salario mínimo en países de renta baja.

En términos de gasto agregado, los países europeos fueron los que más invirtieron en medicamentos esenciales (en torno a 2.000 millones de dólares en total y 192 dólares por persona), mientras que regiones como el sudeste asiático se situaron cerca de 7 dólares per cápita en 2022. La conclusión: hay que mirar más allá de los precios de etiqueta y enfocarse en la asequibilidad real para los pacientes.

Envases de medicamentos

Política farmacéutica: del precio a los presupuestos

El debate europeo no es solo cuánto pagar, sino cómo pagar. Ante el encarecimiento constante de terapias innovadoras, algunas voces proponen sustituir la negociación de precios unitarios por esquemas de presupuestos globales nacionales: la autoridad fija un techo de gasto y el fabricante asume desviaciones financieras, mientras las farmacias reciben una tarifa fija por el servicio público, como ocurre en parte del Reino Unido.

Quienes defienden este enfoque argumentan que la armonización total de precios en la UE es poco realista por la distinta capacidad de pago y los incentivos de todos los actores (industria, distribuidores y sistemas sanitarios). En ese contexto, avanzar hacia modelos presupuestarios podría simplificar el reembolso y dar previsibilidad al gasto, preservando el acceso.

Políticas de medicamentos

Farmacovigilancia: semaglutida y la señal de visión

La semaglutida (como Ozempic o Wegovy) sigue bajo escrutinio. A partir de la evidencia disponible, el Comité de Evaluación de Riesgos de Farmacovigilancia de la EMA ha concluido que la neuropatía óptica isquémica anterior no arterítica (NOIANA) debe figurar como efecto muy raro en la información del producto, lo que implica que podría afectar hasta a 1 de cada 10.000 personas tratadas.

La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha comunicado el riesgo potencial y la recomendación de incorporar esta advertencia en ficha técnica y prospecto, pendiente de los trámites formales. Las sociedades científicas insisten en contextualizar: el beneficio global del fármaco en diabetes y pérdida de peso se mantiene, pero conviene acudir al médico ante cualquier pérdida repentina de visión y suspender el tratamiento si se confirma el evento.

La literatura reciente muestra resultados dispares: algunos trabajos observan una posible asociación con NOIANA y otros no detectan incrementos significativos en distintos trastornos oculares, más allá de la señal descrita. A falta de causalidad definitiva, la actualización de prospectos aporta transparencia y refuerza la vigilancia.

Seguridad de medicamentos

Calor, conservación y transporte: usar bien los medicamentos

El verano obliga a extremar la conservación para que los tratamientos mantengan su eficacia. Como pauta general, guarda los fármacos en un lugar fresco, seco y alejado del sol, procurando que la temperatura ambiente no supere los 25–30 ºC. Evita dejarlos en el coche, donde el calor se dispara en minutos.

Si un medicamento requiere frío (2–8 ºC), consérvalo en frigorífico y evita la puerta y el fondo para prevenir la congelación. Los productos termolábiles (p. ej., vacunas o insulinas) y las formas sensibles como supositorios, óvulos o cremas no deben usarse si cambian de color o textura. Ante dudas, consulta con tu farmacéutico.

En desplazamientos, prioriza el equipaje de mano y, si hace falta, utiliza bolsas isotérmicas con acumuladores de frío para la cadena de frío. Mantén los medicamentos separados de líquidos que puedan derramarse y resguárdalos del calor directo. Llevarlos en un neceser rígido o bolsa independiente reduce golpes y daños en el envase.

Más allá de la logística, evita autocambiar o suspender tratamientos sin indicación profesional, especialmente si tomas fármacos con margen terapéutico estrecho (p. ej., digoxina) o si existe riesgo de deshidratación (diuréticos, AINE, antipsicóticos o antidepresivos pueden complicar la termorregulación). Personas mayores, pacientes con enfermedad crónica, niños y dependientes requieren vigilancia añadida.

Si preparas un botiquín, distingue entre primeros auxilios (gasas, tiritas, antiséptico, suero) y medicación: limita los “por si acaso” y prioriza los tratamientos en curso con cantidades suficientes, revisa caducidades y verifica posibles restricciones legales si viajas a otros países.

Conservación y transporte de medicamentos

El panorama actual exige combinar ciencia, gestión y sentido común: potenciar biosimilares para ampliar el acceso, revisar la asequibilidad real más allá del precio de lista, afinar las políticas de financiación y reforzar la farmacovigilancia. Todo ello se completa con un uso responsable en casa y durante los viajes, cuidando conservación y adherencia, para que cada tratamiento llegue y funcione como debe.

Un bote lleno de ibuprofeno
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