Desde València, un equipo del Hospital Clínico Universitario y el Instituto de Investigación Sanitaria INCLIVA está analizando cómo afinar el control lipídico tras un infarto para prevenir nuevos eventos coronarios. La investigación se centra en pacientes que siguen el Programa de Rehabilitación Cardíaca, con el objetivo de traducir los hallazgos a la práctica clínica.
Los trabajos exploran tres frentes complementarios: el impacto real de los cambios de estilo de vida y de los fármacos sobre el colesterol LDL, la evolución del colesterol HDL durante la rehabilitación y el cribado de la hipercolesterolemia familiar en supervivientes de infarto agudo de miocardio.
Líneas de investigación en control lipídico tras un infarto

El equipo clínico-investigador, liderado por Víctor Marcos Garcés junto a Carlos Bertolín Boronat y Héctor Merenciano González, forma parte del Grupo de Investigación Traslacional en Cardiopatía Isquémica de INCLIVA y del CIBER CB16/11/00486, coordinado por el profesor Vicente Bodí Peris. Las líneas abordan tanto la respuesta biológica a los hipolipemiantes como estrategias de medicina personalizada en la prevención secundaria.
Para ello han contado con la implicación de los Servicios de Cardiología y Rehabilitación del propio hospital, el Biobanco de INCLIVA y la colaboración del grupo CIBER CB16/11/00360, dirigido por Manuel Francisco Jiménez Navarro, junto a la FIMABIS y el Hospital Universitario Virgen de la Victoria de Málaga, reforzando así una red de trabajo con enfoque multicentro.
LDL: cuando el estilo de vida no es suficiente
En el estudio publicado en Journal of Clinical Medicine, con 179 pacientes postinfarto tras completar la fase 2 de rehabilitación, se comprobó que, a pesar de una buena adherencia a dieta cardiosaludable y ejercicio, alrededor de un tercio no alcanza la reducción de LDL esperada con el tratamiento prescrito.
Los autores subrayan que este perfil puede reflejar variabilidad en la respuesta a los hipolipemiantes y niveles basales de LDL difíciles de modular solo con estilo de vida. En estas situaciones, recomiendan evitar culpabilizar al paciente y intensificar el tratamiento cuando esté indicado, dado que, incluso con ajustes, la diana de LDL se logra con menor frecuencia en este subgrupo.
HDL durante la rehabilitación cardiaca
Un segundo trabajo, difundido en Reviews in Cardiovascular Medicine, siguió a 121 pacientes y describió una mejora apreciable del colesterol HDL a lo largo del Programa de Rehabilitación Cardíaca. El incremento fue más notable en exfumadores y en quienes redujeron con mayor intensidad el colesterol total y el LDL.
Según los resultados, el HDL, aunque se considera un objetivo de control secundario, puede beneficiarse de la combinación de entrenamiento físico y cambios conductuales. No obstante, las personas con HDL más alto de partida y cifras elevadas de lipoproteína(a) mostraron menor probabilidad de mejora relativa.
Cribado de hipercolesterolemia familiar tras un infarto
El tercer estudio, publicado en Cardiogenetics, evaluó la probabilidad diagnóstica de hipercolesterolemia familiar en 245 supervivientes de infarto atendidos en rehabilitación. Dos tercios presentaban una probabilidad baja, pero en el resto el diagnóstico era «posible» o «probable» siguiendo los criterios Dutch Lipid Clinic Network (DLCN).
Pese a ello, se realizaron muy pocos estudios genéticos, lo que apunta margen claro de mejora. El equipo propone estandarizar el uso de los criterios DLCN, revisar/estimar los niveles basales de LDL y priorizar pruebas genéticas en pacientes con alta probabilidad, para optimizar el tratamiento y facilitar la prevención en familiares.
Publicación y financiación
Los hallazgos han quedado recogidos en Journal of Clinical Medicine, Reviews in Cardiovascular Medicine y Cardiogenetics. Entre los firmantes se encuentran Víctor Marcos Garcés, Carlos Bertolín Boronat y Héctor Merenciano González, en el marco del grupo de cardiopatía isquémica de INCLIVA y la estructura CIBERCV que lidera Vicente Bodí Peris en la Universitat de València.
Los proyectos han recibido apoyo del Instituto de Salud Carlos III, los Fondos FEDER y el FSE+: ayudas PI20/00637, PI23/01150, CIBERCV16/11/00486, así como CM23/00246 concedida a Héctor Merenciano González y CM21/00175 y JR23/00032 a Víctor Marcos Garcés.
Implicaciones para pacientes y sistema sanitario
En un escenario de objetivos de LDL cada vez más exigentes en Europa, estos datos respaldan una aproximación proactiva y personalizada tras un infarto: combinar intervenciones sobre el estilo de vida con intensificación farmacológica cuando haga falta y aprovechar la rehabilitación cardíaca para monitorizar y ajustar.
La mejora del cribado de hipercolesterolemia familiar puede impulsar estrategias de detección en cascada y tratamientos más eficaces, con impacto en recaídas y carga asistencial. Integrar estas medidas en circuitos de rehabilitación facilita un abordaje coordinado y equitativo para los pacientes postinfarto.
Los tres trabajos refuerzan que el control del LDL requiere escalado terapéutico sin estigmas, que el HDL puede mejorar con la rehabilitación y que el cribado genético debe sistematizarse; una hoja de ruta útil para servicios de cardiología y salud pública que buscan reducir reinfartos y complicaciones en España.