Cuando vamos a comprar yogures, no nos encontramos con el mismo panorama que cuando vamos a comprar huevos que solo hay 3 o 4 tipos diferentes entre los que elegir, sino que nos encontramos delante de un lineal enorme y casi infinito. Hoy queremos destacar el yogur con bífidus, ¿de verdad aporta algo al organismo?
En mayor o menor medida, todos sabemos qué son los bífidus o para que sirven. O al menos lo que la industria ha hecho que creamos. En líneas generales, los bífidus son millones de bacterias beneficiosas para nuestro organismo que se añaden a los alimentos, como los yogures con bífidus.
Estos se venden bajo la premisa de «son más saludables que los yogures habituales». Y aquí hay parte de mito y parte de realidad. Por eso hemos querido abrir el melón y contar por qué no es necesario comprar yogures con bífidus.
Yogures con bífidus, ¿sí o no?
El bífidus activo, como se le conoce comercialmente, es un añadido que se usa con productos lácteos, sobre todo yogures, y promete que esas bífidobacterias ayudan a nuestra microbiota intestinal. De hecho, ese bífidus comparte bacterias con nuestra microbiota. Es decir, que estamos sumando ayuda, y cuando se trata de nuestra salud, toda ayuda es poca, ¿no? Pues va a ser que no. Abusar de los probióticos es una mala idea.
Para que nos situemos mejor, las bacterias que hay en nuestra microbiota nos sirven para multitud de cosas, entre ellas para evitar que caigamos enfermos, recuperación de energía, absorción de nutrientes, mejoran la digestión en el intestino, controlan los episodios de diarreas, calman las alergias alimentarias, prevén la formación de tumores en el colon, etc. En lo referente a la energía, estas bacterias absorben la energía de la materia orgánica que llega a nuestro intestino.
Estas bacterias que están de forma natural en nuestro colon (desde el día en que nacemos). Al tomar yogures suplementados con más bífidus, parece que estamos ganado en salud, pero simplemente son un reclamo publicitario para hacer que el pruducto sea más atractivo y así conseguir más ventas.
¿Qué dice la ciencia?
Pues que no hay ninguna evidencia de que los yogures con bífidus activos sean mejores que un yogur natural que, a su vez, ya cuenta con este tipo de bacterias saludables para nuestro organismo. Los yogures y todos los alimentos fermentados ya disponen de probióticos naturales que son muy beneficiosos para nuestro organismo.
Además, para más inri, la ciencia no tiene pruebas de que esas bacterias extras sean útiles y se alojen en nuestros intestinos, y mucho menos, que nos ayuden en el día a día. Todo lo contrario a lo que se ve en la publicidad.
Por lo tanto, queda en nuestras manos si decidir entre un yogur con bífidus, o un yogur natural (sin azúcar). Nosotros recomendamos la variedad de yogur griego, ya que son bajos en azúcares, bajos en grasas, más sabrosos y cremosos, y más versátiles. Podemos usarlos en batidos, con cereales, frutas e incluso para cocinar salsas, los hay vegetales y con leche de vaca.