Es más fácil que nunca comprar suplementos online, pero es posible que queramos pensarlo dos veces antes de hacerlo. Un estudio alerta de que comprar suplementos por Amazon puede ser peligroso para la salud.
Unos investigadores de la Universidad de Mississippi probaron 30 suplementos de apoyo inmunológico comprados en Amazon y descubrieron que solo 13 contenían lo que se decía en la etiqueta del producto. Es decir, menos de la mitad.
Los suplementos pueden ser costosos, pero muchas personas sienten que son una inversión que vale la pena porque asumen que los productos cumplen la etiqueta; por ejemplo, ayudan al cuerpo a combatir enfermedades.
Las etiquetas no dicen la verdad
Para averiguarlo, los investigadores buscaron en Amazon la palabra clave inmune en todos los departamentos, luego filtraron los resultados por «destacados» para ver qué productos surgieron. Luego, los investigadores eligieron los primeros 30 productos de suplementos dietéticos que fueron calificados con cuatro o más estrellas.
Los investigadores compraron una muestra de cada producto. El primer paso fue ver qué decían las etiquetas del producto en el producto, es decir, la lista de ingredientes. Luego, los investigadores probaron los productos para averiguar qué había realmente en la botella y compararon esos resultados con lo que decían las etiquetas.
Después de probar 30 suplementos, los investigadores encontraron que 17 productos tenían etiquetas inexactas, 13 etiquetas enumeran ingredientes que no se detectaron en el producto real, 9 productos contenían sustancias que no figuraban en las etiquetas y 15 etiquetas de productos tenían afirmaciones de «sonido científico» que usaban términos como «basado en investigación» o «respaldado por investigación», pero no había evidencia sustancial para respaldar esas afirmaciones.
Es decir, los consumidores que compraron cualquiera de esos 30 productos de Amazon, tenían muchas posibilidades de que fueran engañados.
¿Están regulados los suplementos en Amazon?
No había regulación para los fabricantes de suplementos en los Estados Unidos antes de 1994. Ese año, el gobierno creó la Ley de Educación y Salud de Suplementos Dietéticos, que decía que los fabricantes y distribuidores de suplementos dietéticos no podían comercializar productos adulterados o que fueran mal etiquetado.
La ley todavía está vigente; sin embargo, aún no se requiere que los suplementos sean aprobados por el gobierno para seguridad o eficacia. Tampoco se requiere que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) apruebe el etiquetado de los suplementos. El fabricante es responsable de asegurarse de que sus productos sean seguros y legales, y que cualquier afirmación que hagan en las etiquetas sea precisa y no engañosa para los consumidores.
Sin embargo, el etiquetado preciso de los suplementos aún se deja en última instancia en manos de los fabricantes.