El pan que compramos en el supermercado, en el quiosco de abajo de casa, en la panadería o el que nos dejan en la puerta, si nos descuidamos se pone duro. Eso es una verdad universal y tiene su explicación. Hoy vamos a saber por qué el pan se pone duro de un día para otro, o en pocas horas si es un pan de baja calidad.
Si compramos pan, ya sea de molde o de barra (en cualquiera de sus variantes) lo más probable es que su esponjosidad se pierda al cabo de las horas y cuando pasan 24 horas podría servir para abrir castañas, como se dice en Cádiz.
El pan no se pone duro porque caduque o se ponga malo, de hecho, el pan duro o «pan de ayer» se usa para hacer las famosas torrijas. El pan duro también es costumbre dárselo a los caballos, conejos y perros, aunque no es del todo saludable.
A lo largo de este texto vamos a entender el proceso por el cual el pan se pone duro a las pocas horas, y también vamos a aprender a evitar que eso suceda o, al menos, retrasarlo lo máximo posible. Desde ya decimos, que terminará poniéndose duro, así que tampoco existe un método milagroso.
La humedad, ella es la causante
No, no nos referimos a que en zonas con mucha humedad en el ambiente el pan se ponga duro, que es algo que también influye, pero en este caso nos referimos a la humedad del propio pan.
Entre los componentes del bollo, está la humedad y un buen pan tiene un alto nivel de humedad, por eso, al estar en contacto con el aire, se pone duro. Cuanto mayor sea la calidad del pan, más tiempo tardará en ponerse duro. Las hogazas duran más tiempo que los panes estrechos, porque tienen poca hidratación y pierden la humedad muy rápido.
Para conservar el pan en buen estado el máximo tiempo posible hay que empezar por elegir un buen pan o hacerlo nosotros mismos de forma artesanal. Hay que evitar los panes de color claro y miga blanca, y elegir panes grandes de miga alveolada (que tiene huecos en su miga). Cuanta más miga haya, más tardará en ponerse duro.
Cómo conservar el pan
Ahora queda el truco final, y es que para conservarlo tenemos que guardarlo en una bolsa de plástico o papel bien cerrada y sin aire en su interior. Nada de meterlo en el frigorífico, ni ponerlo al sol, ni cerca de una ventana.
Otra opción es envolver la barra en un paño limpio de tela o lino, de esa forma puede respirar, si aún está caliente, pero no se pone duro. Este truco solo sirve para las primeras horas o en el caso en el que el pan sea de muy buena calidad y dure él solo unos 3 o 4 días.
Podemos optar por congelarlo, y la mejor opción es solo descongelar la parte que nos vayamos a comer. Para descongelar, lo mejor es dejarlo encima de un trapo y después darle un golpe de calor con el tostador y el horno.