Con la bajada de temperaturas y el regreso de los platos de cuchara, las legumbres vuelven a estar en el centro de muchas mesas. Además del tirón culinario, el cultivo y la industria ligada a estos granos avanza en varias regiones españolas, abriendo una ventana de oportunidad que también se ve favorecida por el interés creciente en Europa.
En este contexto destaca Castilla-La Mancha, que suma un fuerte impulso productivo mientras el consumo nacional ronda los 3,5 kg per cápita. A ello se suma el progreso de una nueva IGP para la lenteja de La Manchuela, el apoyo a la modernización de industrias y algunos consejos prácticos de cocina para sacarle todo el partido a garbanzos, lentejas y compañía.
Impulso del cultivo en Castilla-La Mancha
Castilla-La Mancha cuenta con cerca de 170.000 hectáreas de leguminosas declaradas en la PAC, aproximadamente el 30% del total nacional. La expansión se concentra en dos polos productivos, La Sagra toledana y La Manchuela conquense, donde lentejas y garbanzos mantienen una gran tradición y, junto a otras comunidades como Castilla y León, refuerza el liderazgo en legumbres de calidad.
La superficie ha crecido un 45,5% desde 2022 tras la puesta en marcha de la ayuda asociada a proteínas vegetales. Este avance refuerza un cultivo bien adaptado al medio, con interés agronómico y nutricional, y con potencial para ganar terreno en rotaciones más sostenibles.
Consumo y hábitos en España
La recomendación general apunta a tomar dos o más raciones semanales (propiedades nutricionales). En España, el consumo medio se sitúa cerca de los 3,5 kg por persona al año, en un contexto donde los platos tradicionales como cocidos, potajes y lentejas cobran protagonismo en otoño e invierno.
La OCU recuerda que las legumbres aportan hierro, zinc, proteínas y fibra, un perfil que contribuye a equilibrar la dieta. A nivel de abastecimiento, España produce en torno a 470.000 toneladas anuales de legumbres en grano e importa alrededor de 400.000, lo que sugiere margen para consolidar la oferta nacional.
Industria, calidad e IGP en La Manchuela
Está en marcha la creación de una Indicación Geográfica Protegida (IGP) para la lenteja de La Manchuela, que abarca 31 municipios de Cuenca y Albacete. El pliego de condiciones se encuentra en el Ministerio de Agricultura y, tras su revisión, deberá elevarse a la Unión Europea para su valoración.
La región cuenta con 38 industrias de legumbres y proteaginosas, respaldadas por ayudas FOCAL para modernización. Desde 2015 se han aprobado diez proyectos con dos millones de euros de ayuda y la última convocatoria suma cuatro proyectos en evaluación.
Consejos de cocina: errores comunes y trucos
Uno de los fallos más habituales con los garbanzos es añadir sal durante el remojo. Evitarla en esas primeras horas ayuda a que la piel no se despelleje ni quede dura, mejorando la textura final del plato.
Un truco útil es emplear media cucharada de bicarbonato en el remojo para ablandar la piel y facilitar la hidratación. Además, incorporar verduras de base y, si se desea, un poco de pan del día anterior puede dar cuerpo al caldo y lograr un potaje más redondo.
Panorámica europea y oportunidades
Los cambios de hábitos en Europa están empujando el consumo de legumbres. Proyecciones de organismos internacionales apuntan a un aumento desde 7 a 8,6 kg per cápita a escala global hacia la próxima década, con el comercio mundial creciendo desde 15 hasta 22 millones de toneladas.
La producción mundial podría situarse cerca de 104 millones de toneladas a medio plazo, con India como gran productor y países como Canadá, Myanmar, China o Rusia entre los principales actores. Para España y la UE, ese tirón de la demanda supone más oportunidades para origen y transformación con valor añadido.
Tradición y diversidad: almortas y platos locales
Más allá de las lentejas o los garbanzos, en Castilla-La Mancha pervive el cultivo de almortas, una leguminosa muy vinculada a la gastronomía regional. Este año suman cerca de 500 hectáreas en la PAC y son el ingrediente base de unas gachas con fuerte arraigo popular.
Entre calidad diferenciada, modernización industrial y buenos hábitos culinarios, las legumbres afianzan su papel en la dieta y en el campo. El avance en superficie, la tramitación de la IGP en La Manchuela y el interés europeo dibujan un escenario favorable para producir y consumir más y mejor.