Meter los huevos en el frigorífico es un hábito que la mayoría tenemos. Desde pequeños hemos visto que este alimento se refrigera nada más llegar a casa, pese a que en el supermercado no están expuestos en la sección de los productos fríos. Entonces, ¿deberíamos dejarlos a temperatura ambiente o hacemos bien conservándolos en frío hasta su consumo?
Muchos europeos no guardan los huevos en el frigorífico. Esto se debe a que las autoridades de la mayoría de los países europeos dicen que no es necesario refrigerar los huevos. Sin embargo, ¿por qué es recomendable ponerlos en frío?
El frío detiene a la Salmonela
La salmonela es un tipo de bacteria que vive en los intestinos de muchos animales de sangre caliente. Es perfectamente seguro cuando está contenido dentro del tracto intestinal del animal, pero puede causar enfermedades graves si entra en el suministro de alimentos. Las infecciones por salmonela pueden causar síntomas desagradables como vómitos y diarrea y son especialmente peligrosas, incluso mortales, para adultos mayores y niños.
Un huevo puede estar contaminado con Salmonella ya sea externamente, si las bacterias penetran en la cáscara del huevo, o internamente, si la propia gallina portaba Salmonella y las bacterias se transfirieron al huevo antes de que se formara la cáscara. La manipulación, el almacenamiento y la cocción son esenciales para prevenir brotes de Salmonella a partir de huevos contaminados.
Por eso, guardar huevos por debajo de 4 °C detiene el crecimiento de Salmonella. Y cocinar los huevos a por lo menos 71 °C mata cualquier bacteria presente.
No obstante, muchas personas guardan sus huevos en la puerta del frigorífico. Esto puede someterlos a fluctuaciones de temperatura cada vez que abres el refrigerador, lo que podría fomentar el crecimiento bacteriano y dañar las membranas protectoras de los huevos. Por lo tanto, lo mejor es mantener los huevos en un estante cerca de la parte posterior.
¿Se pueden dejar a temperatura ambiente?
A muchos nos descuadra tener que meterlos los huevos en el frigorífico si en la tienda o en el supermercado están a temperatura ambiente.
Básicamente, la explicación está en la cutícula del huevo y los cambios de temperatura. La cutícula es una fina capa que cubre al huevo justo por debajo de la cáscara, al ser tan endeble es fácil que se rompa con un simple cambio de temperatura. Si esto ocurre, nuestra salud estaría en peligro al traspasar la salmonela de la cáscara al contenido del huevo. Es decir, si en el supermercado están a temperatura fría, los llevamos a casa y los metemos en el frigorífico, se elimina la protección natural.
Esos cambios de temperatura desplazan la cutícula, por lo que lo recomendable es que no se enfríen los huevos antes de que lleguen a nuestra casa. Es por eso que en los supermercados están a temperatura ambiente.
Si ya están a temperatura ambiente, ¿para qué los metemos en el frío? Este simple hecho de cambiarlos a una temperatura inferior afecta de forma positiva, haciendo que el aire tarde más tiempo en entrar y el huevo permanezca más concentrado cuando los freímos o cocemos. Así la clara se queda más densa y la yema centrada. Daría un poco igual si pensamos batir los huevos, por lo que no sería preocupante si los dejamos fuera o dentro del frigorífico.
De hecho, la Unión Europea recomienda que los huevos se mantengan frescos, pero no refrigerados, en los supermercados para evitar que se calienten y formen condensación durante el trayecto a casa.