España reserva el 22 de octubre para poner el foco en una costumbre tan cotidiana como valiosa: el Día Nacional de la Merienda. La cita busca recordar que esta pausa de media tarde no es un mero capricho, sino un hábito que puede sumar salud y bienestar si se eligen bien los alimentos.
En este contexto, profesionales como la nutricionista María Kindelán subrayan la importancia de mantener el hábito, especialmente en un país donde más del 57 % de los adultos conviven con exceso de peso y en torno al 6,7 % presenta ansiedad vinculada a la alimentación emocional.
Origen e impulsores de la jornada
La iniciativa cuenta con el impulso del grupo Rodilla, cadena artesana nacida en Madrid hace más de 86 años. Desde la compañía, su marketing manager, Iván Pulido, apunta a recuperar el valor social de esta pausa que une generaciones y a consolidar a la marca como un lugar habitual de merienda, sin perder de vista el carácter cultural de la tradición.
Por qué merendar importa para la salud
Meriendar contribuye a estabilizar la energía y a evitar los altibajos de glucosa que desembocan en el conocido crash glucémico. Cuando esa caída aparece, el organismo puede activar hormonas como el cortisol y aumentar la sensación de hambre a través de la grelina, lo que favorece elecciones impulsivas poco equilibradas.
Estos picos y descensos se asocian con irritabilidad, menor concentración y atracones nocturnos; por el contrario, una merienda bien planteada facilita un bienestar y descanso nocturno de mayor calidad y ayuda a llegar a la cena con apetito regulado.
Ideas rápidas y equilibradas para casa
Si te apetece celebrar en casa, aquí tienes propuestas sencillas de meriendas caseras que combinan saciedad, sabor y equilibrio nutricional:
- Yogur natural con frutas y semillas: aporta proteínas, fibra y grasas saludables en un bocado fresco y rápido.
- Batido de frutas con hojas verdes: una mezcla ligera con espinacas u otras verduras que suma micronutrientes sin pesadez.
- Pan integral con tomate y mozzarella: ligeramente tostado y con un toque de aceite y albahaca para una opción sabrosa y completa.
Dónde merendar fuera: opciones con encanto
Quienes prefieren salir pueden apostar por un cafelito y algo dulce en cafeterías y pastelerías del Campo de Gibraltar, donde no faltan locales con solera como Okay o Bernal. Compartir ese rato con familiares o amigos mantiene vivo el componente social de la merienda.
Los zumos en la merienda: qué dice el sector
Coincidiendo con el mes de octubre y el arranque de las extraescolares, la Asociación Nacional de Zumos y Gazpachos recuerda que los zumos de fruta pueden ser un buen compañero de la merienda por su facilidad de transporte y su aporte dentro de las cinco raciones diarias de frutas y hortalizas.
Los zumos 100 % exprimidos se obtienen de fruta y, por normativa, están sin azúcares añadidos por ley. Tras el exprimido pasan por procesos que ayudan a preservar sus características organolépticas. El de naranja, por ejemplo, destaca por su vitamina C, siempre en el marco de una dieta variada y un estilo de vida activo.
Otra ventaja es su practicidad: se transportan con facilidad y se consumen al momento, un formato listo para tomar que puede encajar en agendas apretadas de pequeños y adultos sin necesidad de preparación previa.
Más allá del producto, las familias tienen un papel clave: la educación nutricional y la supervisión ayudan a que los menores adquieran hábitos acordes a sus necesidades, combinando movimiento diario y elecciones alimentarias adaptadas a su gasto energético.
Desde el punto de vista económico y ambiental, el sector de zumos está ligado a la producción primaria y adquiere cerca del 20 % del volumen de frutas y hortalizas, con impacto en empleo y compromiso con la calidad y la responsabilidad medioambiental.
Esta cita pretende devolver protagonismo a una pausa sencilla y consciente: escoger una merienda equilibrada, ya sea en casa o fuera, ayuda a gestionar el hambre de la tarde, mejora el ánimo y contribuye a llegar a la cena con más calma, disfrutando de una tradición muy nuestra sin perder de vista la salud.