Beber leche no aumenta el colesterol

Beber leche es de las cosas más normales y habituales en nuestro día a día, ya sea sola, con cacao soluble, con café, con té, con frutas, etc. Un nuevo estudio ha analizado a 2 millones de personas en Reino Unido y ha sido capaz de dar respuesta a la gran duda que relaciona la leche con el colesterol alto.

El estudio se ha publicado en International Journal of Obesity y analizó 3 grandes estudios de población. La conclusión final resultó muy llamativa para los expertos y para los investigadores.

La investigación reciente ha comprobado la información de varios estudios anteriores donde se investigaba la relación entre el consumo de leche y enfermedades metabólicas como la obesidad y la diabetes. Para que los resultados del nuevo estudio fueran más consistentes, se realizó un metaanálisis con casi 2 millones de personas de diferentes edades, etnia, sexo, y otros factores.

El equipo que llevó a cabo la investigación se centró en una variación del gen de la lactasa que está asociado a la digestión de los azúcares presentes en la leche, y a esto se le conoce como lactosa. La investigación determinó que, aquellas personas con la variación genética que les permitía digerir la lactosa, era también quienes más leche consumían.

Esta información era importante para iniciar la investigación. Además, se dieron cuenta que quienes consumían más leche tenían niveles de grasa corporal más altos que los que no bebían leche. Asimismo, los niveles de IMC eran más altos en los consumidores de lácteos que en los que no tomaban lácteos.

Si bebes leche con regularidad tienes menos colesterol

Un vaso de leche para bajar el colesterol

Esta ha sido una de las grandes conclusiones de este estudio, y es que aquellas personas que beben leche de forma regular tienen niveles más bajos de colesterol (bueno y malo) que quienes no consumen leche. Eso sí, los consumidores habituales de este lácteo tienen un IMC mayor.

La investigación descubrió el aumento de grasa corporal y un IMC más alto en bebedores de leche, pero sin embargo eso podría deberse a la propia grasa del lácteo que contribuye a reducir el colesterol o que en sí se debe a un factor todavía desconocido de la leche.

El estudio también indicó, según las palabras del profesor Vimal Karani, profesor de nutrigenética y nutrigenómica en la Universidad de Reading, que reducir la ingesta de leche podría dejar de ser una condición a la hora de prevenir los problemas y las enfermedades del corazón.

En base a los datos del estudio recogidos de casi 2 millones de personas, los que tenían la variación genética de la lactasa disminuían su riesgo de padecer diabetes tipo 2 en un 11%. A pesar de eso, el estudio no pudo demostrar que realmente exista una relación entre consumir leche de forma habitual y padecer diabetes.

Cambiar la dieta como recurso efectivo

Ahora no es plan de ponernos a tomar leche para bajar nuestros niveles de colesterol y triglicéridos. Lo más adecuado es mejorar nuestros hábitos alimenticios e introducir más frutas, alimentos picantes, verduras, frutos secos, semillas, vegetales, legumbres y cambiar las carnes rojas por blancas, eliminar las bebidas gaseosas azucaradas, las bebidas energéticas, productos ultraprocesados, bollería industrial, azúcares libres (añadido), y demás.

También es muy común echar mano de productos que prometen reducir el colesterol. Es cierto que está demostrado que algunos sí sirven, como el Danacol o la margarina Pro-Activ, pero no podemos continuar nuestra dieta habitual y dejarlo todo en manos de estos productos, sino que tiene que ser una acción conjunta.


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