Mi perro ha sufrido un infarto, ¿qué hago?

Los infartos no solo se dan en humanos, también en animales, como los perros. Una dolencia poco común, pero que nos puede sorprender de repente si nuestro perro es mayor de 7 años. Aprender a identificar los síntomas de un infarto puede ayudarnos a salvarle la vida a nuestro can. A lo largo de este texto vamos a explicar algunas de las causan que llevan a nuestro perro a sufrir un infarto, cuáles son los síntomas del infarto en perros y cómo debemos proceder para salvarle la vida.

Los humanos y los perros compartimos cientos de enfermedades y dolencias y entre ellas están los infartos, tanto de corazón como cerebrales. Una situación nada fácil, nada agradable, pero que podemos sobrellevar si lo detectamos a tiempo.

Es de vital importancia hacer un chequeo a nuestro perro al menos una vez al año. Es la única forma de detectar anomalías y mantener revisiones que mejoren su calidad de vida y que juntos podamos seguir viviendo aventuras por muchos años más.

El infarto en perros tiene unas causas muy concretas, al igual que pasa en humanos, por eso es de vital importancia detectarlo a tiempo y poder acudir de inmediato a un veterinario. En base a esto, y por experiencia, es importante tener a mano el teléfono de los veterinarios más cercanos a nuestra ubicación (estemos en nuestra ciudad o en otra). Solo así podremos llegar a tiempo, ya que en muchas ocasiones este tipo de problemas graves se dan en fines de semana o de noche.

Afortunadamente, los infartos en perros suceden con muy poca frecuencia, pero puede pasarnos. Cuando sucede hay dos órganos que se ven duramente afectados y son el cerebro y los riñones. Volvemos a hacer hincapié en las revisiones rutinarias para detectar animalias a tiempo.

¿Qué es un infarto en perros?

El infarto canino es igual que el de los humanos y surge de una falta de riesgo sanguíneo en órganos vitales como consecuencia de una obstrucción de los vasos sanguíneos, un trombo, hemorragia, placas de ateroma acumuladas durante años, etc.

Los infartos en perros son poco comunes y su aparición está condicionada por el estilo de vida y la alimentación del animal. Es muy importante que el can realice ejercicio moderado varias veces por semana y coma un pienso de calidad, aparte de estar al día de las vacunas y desparasitaciones internas y externas. Los controles veterinarios también ayudan a reducir las probabilidades de infarto canino.

Hay diferentes tipos de infarto en perros, los más comunes son el de miocardio y el cerebral. El infarto de miocardio es un ataque al corazón provocado por un espasmo repentino o un trombo. El infarto cerebral es más complejo y es un tipo de infarto que sucede por la obstrucción del riego sanguíneo al corazón.

Una mujer acaricia a su perro

Causas de los infartos

Como hemos dicho al inicio del texto, los infartos en perros tienen causas muy concretas como pasa en los humanos. El listado es largo e incluye todo tipo de posibilidades, y cada una de ellas solo puede ser detectada por un control veterinario, salvo la obesidad que se ve a simple vista.

  • Parásitos en el corazón o las arterias.
  • Inflamación de los vasos sanguíneos.
  • Hipertensión.
  • Cambios hormonales por la edad.
  • Exceso de esfuerzo físico.
  • Estar sometido a mucha presión y estrés.
  • Tumores, internos o externos.
  • Obesidad.
  • Aterosclerosis.
  • Tener previamente una enfermedad del corazón.
  • Problemas renales.
  • Enfermedades y problemas congénitos.
  • Hipotiroidismo.
  • Problemas de metabolismo.
  • Enfermedades infecciosas, internas o externas.

De aquí que sea tan importante realizar controles veterinarios, mantener al animal en buenas condiciones de salud, higiene y alimentación. Del mismo modo que cuidamos a un hijo, también así debemos cuidar del perro, y es la única forma de ahorrarnos disgustos innecesarios para ambos.

Síntomas de un infarto en perros

Aquí es donde tenemos que prestar mucha atención, puesto que en cuestión de pocos minutos podemos cambiar el destino de nuestro fiel amigo. Si detectamos algunos de estos síntomas, podemos ponernos en marcha para salvarle la vida, de ahí que hayamos recomendado tener a mano los teléfonos de los veterinarios más cercanos a nuestra ubicación.

  • Coloración azulada en lengua, encía y mucosas por falta de oxígeno.
  • Dificultad para respirar.
  • Debilidad muscular.
  • Se fatiga mucho en un trayecto corto o se fatiga de forma anormal estando quieto.
  • Vomita.
  • Anda con descoordinación.
  • Cojeras y dolor en la parta izquierda delantera.
  • Decaimiento del animal.
  • Frecuencia cardíaca acelerada.
  • Fiebre.

Así se puede prevenir el infarto canino

Ya hemos dado algunos consejos a lo largo del texto y, si hemos llegado hasta aquí, ya hemos leído las causas y los síntomas, es por ello que ya sabremos más o menos cómo prevenir esta grave dolencia en nuestro perro. Aun así, hemos querido reflejar todos los consejos para prevenir el infarto en perro haciendo una lista. Debemos aclarar que no va en ningún orden, solo son cosas que debemos cumplir si queremos cuidar adecuadamente de la salud de nuestro can.

  • Realizar chequeos veterinarios lo más completos posible.
  • Observar al animal y consultar dudas solo con especialistas.
  • Realizar ejercicio físico varias veces a la semana, de ahí que los perros tengan que salir a correr entre 2 y 4 veces al día.
  • Alimentar a nuestro perro con un pienso de alta calidad y adaptado a sus necesidades.
  • Cumplir con el calendario de desparasitación y vacunación.
  • Realizar limpiezas bucales, ya que esas infecciones pasan al torrente sanguíneo y de ahí al corazón.
  • Limpiar asiduamente los juguetes.
  • No usar productos tóxicos para perros a la hora de limpiar la casa.
  • Ponerle siempre agua limpia y fresca a su disposición.
  • No estresarlo ni llevarlo al límite de su capacidad física.

Una mujer llama al veterinario tras detectar un infarto en perros

Cómo actuar ante un infarto

Si detectamos alguno de los síntomas, aunque solo sea uno, debemos llamar de inmediato a un veterinario. Da igual la hora que sea, hay que ponerse en contacto lo antes posible. Para trasladar al animal, lo mejor es no hacerle andar ni estresarle, lo cogemos en brazos y lo metemos en el coche. Dependiendo de su tamaño, sería conveniente ponerlo en un trasportín o tumbarlo en el asiento trasero.

Hay que conducir con rapidez, pero con mucho cuidado, ya que cualquier bache o frenazo puede empeorar la situación. Además, los perros son animales que absorben nuestra energía, si nos estresamos y preocupamos, ellos empeoran, por lo que intentaremos mantener la calma lo máximo posible.

Por propia experiencia, sabemos que lo más normal es salir gritando y pedir ayuda porque se nos muere un miembro de la familia, pero tras haber pasado esa situación (todo salió bien y nuestro peque vivó un año más con nosotros), recomendamos ser pacientes y tranquilos, llegar al veterinario y que lo atiendan de inmediato. Ya después nos preocuparemos por dar nuestros datos, ver cómo pagamos la factura o por haber dejado el coche en plena calle y sin cerrar.

Aquí recomendamos realizar RCP si vemos que ya es tarde para salir corriendo o vemos que no llegamos. Solo los veterinarios serán capaces de estabilizar al animal con una reanimación cardiopulmonar, medicación intravenosa y oxigeno mediante mascarilla.

Realizar un RCP a un perro

Para atender un infarto en perros, debemos poner al can tumbado sobre su lado derecho (muy importante) en una superficie rígida y plana. Posamos nuestra palma justo en el punto donde al flexionar las patas delanteras, el codo toca el pecho.

Si el perro pesa menos de 14 kilos, ponemos una mano sobre el lomo del animal y la otra agarrando su tórax, hacemos 2 compresiones por segundo y que cada compresión solo se hunda 1 o 2 cm. Tenemos que ser conscientes que durante el masaje cardíaco podemos lesionar al animal fracturando alguna costilla y es muy desagradable notarlo.

Si nuestro can peso más de 14 kilos, entonces colocamos una mano en el pecho a la altura del corazón y ponemos nuestra otra mano encima, entrelazamos los dedos y sin doblar los codos presionamos la caja torácica hacia abajo al ritmo de una compresión por segundo.

Sin importar el tamaño del animal, hay que intercalar el masaje cardíaco con respiraciones artificiales cada 15 segundos durante 15 segundos. Para ello, cerramos el hocico del perro y soplamos con fuerza como si estuviéramos hinchando un globo sin doblarle el cuello para que el aire fluya.


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