Aprende a enseñarle trucos básicos a tu perro

Entrenar a un perro requiere cierta disciplina, paciencia y tener muchas golosinas en el bolsillo. Hay perros, indistintamente de su edad, que son más abiertos y lo toman como un juego, sin embargo, hay otros que son más cabezotas o menos extrovertidos y lo toman como una obligación. Hay que tener mucha paciencia, ser cariñosos y detectar cuando el animal está estresado para terminar la sesión por hoy.

Tengamos un cachorro o un perro adulto, hay 5 trucos básicos que todo perro debería aprender en su vida. El adiestramiento no es humanizar al animal, es educar y dar valores, ofrecer respeto, hacerle partícipe de nuestra vida, pasar rato con él, ayudarlo a canalizar su energía, ofrecerle entendimiento, jugar con él, hacerlo feliz, quitarle estrés, etc.

Cada truco tiene su tiempo, no queramos enseñarle todos en una sola tarde, porque el perro terminará muy estresado y agobiado y probablemente pueda coger miedo, vomitar, esconderse, podríamos romper el vínculo, etc. Además, el adiestramiento ha de hacerse en una zona segura y si es al aire libre hacerlo con arnés y correa larga, si estamos en un jardín, podemos prescindir de la correa.

Cuando un perro no tiene límites va a hacer lo que le de la gana y nunca se mostrará feliz y relajado, solo estará nervioso y lleno de energía imparable. Entrenar a un perro requiere de paciencia, pero todo lo que recibimos de vuelva son caricias, agradecimiento, coletazos y miradas de complicidad. Llegará un momento en el que con solo mirarnos sabrá si tiene que sentarse o quedarse quieto, o incluso lo hará él solo.

La disciplina es clave en un perro, ya que lo ayudará a socializar y ser un perro equilibrado cuando se encuentre en un territorio desconocido, tendremos mayor y mejor conexión con él y sabrá comportarse en casi todas las situaciones.

Importante: queda terminantemente prohibido dar alimentos no aptos para perros, dar golpes, gritar, perder los nervios, empujar, atarlo, obligarlo, etc. Todo eso se considera maltrato y está penado por ley.

Además, se recomienda que el adiestramiento se haga unas 3 horas después de haber comido o teniendo el estómago algo vacío, ya que el estrés que les genera el entrenamiento puede hacerles vomitar. Tengamos en cuenta que es un animal, y estos trucos son un esfuerzo mental y físico muy elevado para ellos.

Un perro sentado

Haz que se siente con una sola orden

Es lo más simple, de hecho, muchos perros lo tienen interiorizado y se sientan solos, ahora lo que tenemos es que enseñarles la orden. Para ello, recomendamos tener a mano golosinas de perro u otro alimento como podrían ser trocitos de manzana o zanahoria, pequeños trocitos de pollo cocinado al vapor, etc. Algo que le guste mucho para iniciar el adiestramiento canino.

  • Nos acercamos a él y dejamos que nos huela, así localizará las chuches.
  • Seguramente se ponga en modo alerta y nervioso, por lo que podemos empezar con la clase.
  • Levantamos el dedo índice señalando el cielo, pero no por encima de nuestra cabeza, siempre a una distancia media entre el perro y nosotros.
  • Pronunciamos la palabra que queramos que sea la orden de sentarse. Por ejemplo, «sit» o «sienta». No debemos usar palabras muy largas como «siéntate» ni decir muchas palabras seguidas y rápidas como «venga siéntate ya, por favor».
  • El perro se sentará y en ese momento, esperamos unos segundos, le damos una o dos chuches y lo acariciamos con energía y lo acompañamos de palabras bonitas. Siempre ha de ser todo muy positivo, por ejemplo, «muy bien, chico», «¡qué bien!», «¡pero qué perrito tan listo!», etc.
  • Repetir la orden varias veces en ese momento y cada vez que queramos interactuar con él. En unos días será un acto reflejo para el perro y se sentará nada más vernos que nos acercamos. Siempre hay que mostrarle nuestro agradecimiento y crear un vínculo positivo.

Quedarse quieto, el paso intermedio

Subimos la intensidad en el adiestramiento, y es que todo paso por entrenar a un perro a sentarse, lo demás son pasos que hay que ir superando poco a poco. Como decimos, es el perro el que marca el ritmo. Si vemos que está cansado, distraído, estresado, muy nervioso, etc. Podemos dejar que se relaje solo dándole su juguete favorito y volver a intentarlo en un rato.

  • Primero debemos darle la orden de sentarse. Cuando lo haga damos la chuche.
  • Repetimos ese paso varias veces y cuando vemos que está bien asimilada, pasamos al siguiente nivel.
  • Con las golosinas en un bolsillo y las manos liberadas, le mostramos las palmas o una sola palma y le decimos «espera», «stay», «quieto», o algo similar, pero nunca muchas palabras. Cuando decidamos una, es esa hasta el final.
  • Cada vez que nos alejemos y él nos siga, debemos decir «No». Nada de «quédate quieto, anda». «¡oye! ¡No te muevas!», por favor quédate ahí sin moverte», etc.
  • El No ha de ser seco y contundente. Nos acercamos a él y lo colocamos de nuevo en el sitio.
  • Si el perro se queda quito mientras nos alejamos, regresamos y le damos varios premios.
  • Al principio hay que alejarse de cara a él y cuando el perro asocie bien este ejercicio, nos empezaremos a alejar dándole la espalda.
  • En cada entreno aumentamos la distancia y tenemos que realizar este ejercicio unas 2 o 3 veces al día.
  • Cada vez que nos estemos acercando a él, le decimos la palabra, para que la asocie con su postura y con estar quieto.

Ven aquí, la mejor parte

Esta orden es la mejor de todas porque nos va a unir mucho más de lo que lo estamos. Entrenar a un perro tiene su parte buena y su parte mala, pero este ejercicio em concreto es muy sencillo y suelen pillarlo muy rápido.

  • Cuando el perro asimile bien la orden de sentarse y la de esperar quieto y sea capaz de hacerlas seguidas sin interrumpirlas, entonces estará preparado para el siguiente paso.
  • Es un nuevo día de entrenamiento, por lo que tenemos que repetir varias veces las dos órdenes anteriores y en la última pedirle que venga a nosotros con una frase corta como «ven aquí y seguido de su nombre».
  • Al principio se sentirá desconcertado y confuso, por lo que es mejor tener una correa larga y no alejarnos más de 5 metros.
  • Si vemos que no viene le damos un mini tirón de la correa y le mostramos su premio.
  • Hay que intentar que venga relajado y confiado, no como los locos y sin mirar.
  • Cuando llegue, le damos mucho amor.
  • Volvemos al paso uno y repetimos las 3 órdenes varias veces.
  • Lo dejamos descansar todo el día y al día siguiente repetimos todo varias veces en horas distintas.
  • El siguiente paso es saltarnos la orden de sentarse porque seguramente la haga solo y pasar directamente al «Quieto», nos alejamos varios metros y le decimos que venga. Su recompensa puede ser algo que le guste mucho como su juguete favorito y muchos mimos.

Un perro tumbado en la playa

Tumbarse, la parte más difícil

Aquí aumentamos la dificultad y con este truco sí que necesitamos paciencia, muchas chuches y estar muy calmados y positivos. Es un paso complicado y que cuesta mucho a la hora de entrenar a un perro, aunque puede que nuestro perro lo haga al segundo intento, pero no por ello es mejor que otro que necesita 4 días.

  • Empezamos el entrenamiento desde el principio con «sienta» hasta «ven aquí». Y cuando llegue le volvemos a decir «sienta» y después una orden clara y directa como «échate» o «tumba».
  • No lo va a entender, así que hay que estar calmados, positivo y ayudarle en el proceso.
  • Podemos usar la golosina favorita para ir bajando hasta el suelo e ir logrando que su cuerpo también baje.
  • Mientras vamos bajando la chuche frente a su hocico, tenemos que decir la orden de «tumba» o «echa».
  • Vamos a necesitar muchos intentos, se va a resistir como si fuéramos a lavarlo o al veterinario.
  • Recomendamos intentarlo varias veces y después cambiar la dinámica. Es decir, en lugar de agobiarlo y agobiarnos nosotros, empezar a jugar con él para relajarlo y distraerlo.
  • Volver a intentar varias veces a lo largo de los días siguientes,
  • Cuando lo consiga lo felicitamos efusivamente y lo premiamos.

Soltar cosas de la boca

Entrenar a un perro para que traiga la pelota es solo confianza, practica y mucha recompensa positiva, pero lo difícil es que suelte ese juguete o eso que ha robado, como puede ser el cargador del móvil, una galleta, el chupete de nuestro hijo, una zapatilla, etc.

Cuanto más corramos detrás del perro y más le gritemos, más correrá él, más rápido masticará y encima se romperá el vínculo y nos cogerá miedo. Si se traga algo que no debe puede causar obstrucción en los intestinos, fuertes dolores de estómago, diarrea aguda o incluso intervención quirúrgica de urgencias.

  • Esta parte del entrenamiento será más sencilla si el perro ya está acostumbrado a recibir y a acatar órdenes.
  • No es necesario ninguna palabra concreta, a veces basta con poner solo la palma de la mano, pero es mejor decir «suelta», «dame», «deja», etc.
  • Vamos a necesitar paciencia y muchas chuches. Nuestro perro necesita relacionar un concepto positivo, es decir, si suelta la pelota el juego continúa. Por ello hay que empezar a dar golosinas y cuando la suelte, el juego debe continuar. Nada de reñir, esconder la pelota, hacer rabiar, hacer como que la lanzamos, pero no, etc.
  • Poco a poco tenemos dejar que sea él quien se acerque a nuestra mano, y no nosotros a él, ya que esto último puede entenderse como una amenaza.
  • Debe saber que si suelta e ignora lo que tiene en la boca, la recompensa será inmejorable.

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