¿La dieta BARF es buena para los perros?

Un perro comiéndose un hueso según la dieta BARF

Cuando llega de repente no da tiempo a averiguar si es bueno o malo, ahora que ya ha pasado un poco de tiempo desde que la dieta BARF llegase a nuestras vidas, sí podemos comentar que dicen los profesionales al respecto. Como espóiler diremos que es más recomendable buscar otras alternativas…

Salvo algunas dietas que se ven al lejos que son malas, como pasa con los humanos, por ejemplo, alimentarnos solo de frutas es muy perjudicial para nuestra salud y nos puede costar la vida. Lo mismo pasa con los animales. La dieta BARF es querer devolver al perro a sus orígenes y a la alimentación que tenían hace décadas, por no decir siglos.

El perro también ha evolucionado y genéticamente se ha ido transformado debido a la domesticación. Con eso queremos decir que no podemos pensar en el perro de hace 200 años, tenemos que pensar el perro que tenemos frente a nosotros. Su forma de comer, su boca, su digestión, sus dientes, su adaptabilidad a ciertos olores o sabores, todo ha cambiado. Es como si nos dan una lanza y nos dicen: ve a cazar tu cena, el 90% se harían veganos.

¿Qué le doy de comer a mi perro?

Bromas aparte, la dieta BARF tiene un lado MUY negativo y que puede costarle la vida a nuestro perro por el simple hecho de seguir una moda que se ha hecho popular en Instagram y, por otro lado, es una dieta que con ciertas precauciones que contaremos a continuación se puede elegir «sin problemas».

Lo más cómodo es ir a un establecimiento y comprar un pienso de calidad, eso no es igual a comprar el más caro, sino que es igual a mirar los ingredientes y que no haya muchos cereales, ni colorantes y que al menos haya un 20% (como mínimo) de carne fresca y muy pocos subproductos, ya que esto son los desechos de la industria cárnica, como huesos, nervios, grasas, cartílagos, etc.

Eso es lo más cómodo, pero nadie cierra la puerta a otras opciones, como intercalar el pienso habitual con pollo cocido (sin huesos) con arroz, zanahoria cocida y manzana 1 o 2 veces a la semana, por ejemplo. Y otra cosa muy diferente es basar la alimentación de nuestro perro en la dieta BARF.

Cuando leamos toda la información sobre este tipo de alimentación, si seguimos queriendo ofrecérsela a nuestro perro, recomendamos dar todo sin huesos y que las carnes no estén crudas.

Un plato lleno de carne cruda para preparar una dieta BARF

¿Qué es la dieta BARF? ¿En qué consiste?

Esta dieta se da a perros y gatos. BARF son las siglas de Alimentación Cruda Biológicamente Apropiada y es equivalente a la paleodieta, es decir, alimentar a nuestras mascotas como harían ellos mismos en libertad hace unos cuantos siglos.

Consiste en dar alimentos crudos y sin procesar a nuestros perros y gatos. Es una dieta muy extendida sobre todo cuando hablamos de perros y la alimentación va en proporciones de 60% hasta 80% en huesos, carnes crudas, vísceras, órganos, huevos y hasta leche, y, por otro lado, de 20% hasta 40% de frutas, vegetales y legumbres.

Es normal ver que las opciones y el abanico de alimentación cada vez se amplía más tanto para humanos como para mascotas. Tanto es así, que hay varios estudios científicos que determinan que la alimentación de nuestros perros está influenciada por la nuestra, es decir, si somos celíacos tendemos a eliminar los cereales de la alimentación de nuestro perro.

Pero… ¿nosotros nos comemos un muslo de pollo crudo? La respuesta es que no, y sí, sabemos que nuestro sistema digestivo no es del todo idéntico al de un animal, pero eso no es excusa para exponer a nuestro amigo peludo a los innumerables peligros que conlleva la dieta BARF.

Inconvenientes de la dieta BARF

El objetivo que buscan los propietarios de perros y gatos que se decantan por la dieta BARF es proporcionar una alimentación natural y saludable, pero detrás hay una realidad que puede poner en grave peligro la vida de nuestro amigo.

Los animales han evolucionado, no solo estéticamente, o su resistencia al calor, al frío, su desarrollo intelectual, su conducta con los humanos, y tal, sino también su alimentación, su digestión y hasta su metabolismo no es el mismo que hace siglos. Con esto queremos decir, que este tipo de dietas con carnes crudas y huesos no es la adecuada para una mascota en la actualidad.

Un perro triste tumbado en un sofá

Deficiencias nutricionales

Todo parece muy bonito cuando lo vemos en un post de Instagram de una influencer a la que seguramente le han pagado X cantidad para decir lo precioso que es su perro y lo bien alimentado que está gracias a la dieta BARF, pero antes de seguir este tipo de modas, debemos saber que nuestro perro se enfrenta a peligrosas deficiencias nutricionales, ya que esa alimentación no está balanceada al nivel de un pienso de calidad.

Si queremos darle a nuestro perro comida personalizada y de calidad, en el mercado existen empresas como Barkyn, que realizan piensos personalizados para cada tamaño, peso, gustos y necesidades del perro.

Infecciones bacterianas (algunas contagiosas a humanos)

El riesgo es real y existe de verdad, ya que el pescado crudo y la carne cruda son propensas a tener bacterias como la Salmonella spp., la Escherichia Coli, o el Toxoplasma Gondii y trasmitírnoslas a nosotros a través de lametones, por ejemplo.

También podría darse el caso de que ellos no sufra las consecuencias de esos patógenos y sean solo portadores, por lo que nosotros podríamos caer gravemente enfermos.

Este inconveniente lo sumamos a que algunos perros y gatos con dieta BARF tiene menos respuesta a los antibióticos, ya que esas bacterias que hemos mencionado son resistentes a los antibióticos.

Perforaciones por culpa de los huesos

Los huesos están dentro de esta dieta y son parte imprescindible de la alimentación, siempre y cuando sigamos las pautas originales. ¿Esto que significa? Que podemos (y tenemos que) eliminarlos, ya que son un arma de doble filo.

Lo que a simple vista parece un inofensivo hueso, ese elemento puede romper dientes, desgastarlos excesivamente, astillarse y provocar perforaciones en el paladar, estómago e intestinos, causar diarreas, acumularse en las paredes de los intestinos (obstrucción intestinal) y causar estreñimiento y grandes dolores, etc.

Todos los profesionales de la medicina veterinaria suelen rechazar el hábito de dar huesos a los gatos y perros, dadas las graves consecuencias que causan. Con el «Nah, yo le doy uno muy de vez en cuando» o los «A mí eso no me pasa», o también los «Yo los huesos se los doy cocidos», son solo excusas que nos ponemos nosotros mismos para no hacer frente a la problemática real.

Un perro comiendose un hueso en el jardín

Ventajas de esta alimentación

Como todo en la vida, no existe el blanco y negro, sino que hay una escala de colores por medio. La dieta BARF, aunque nosotros no la practicamos, y tampoco la recomendamos, reconocemos que sí tiene algunos beneficios para nuestros perros, pero son escasos y no son iguales en todas las razas. Como siempre decimos, lo mejor es guiarse por nuestro veterinario de confianza y resolver con él todas las dudas.

Mayor saciedad e hidratación

La dieta BARF hace que nuestro perro beba menos agua porque la comida ya tiene suficiente agua e hidratación. Eso se traduce en un pelaje más brillante y suave al tacto, así como una piel más sana. Ya no solo se trata de la hidratación que traen de por sí los alimentos que se incluyen en cada plato de comida, sino que el animal salivará más para facilitar la ingesta y posterior digestión de cada ingrediente.

Además, a diferencia del pienso habitual, este tipo de dietas suelen saciar más al animal, ya que tarda más tiempo en vaciar el plato y se reduce la ansiedad y la necesidad de pedir «postre».

Sistema inmune reforzado

Al elegir esta dieta, se eliminan los cereales y otros ingredientes que traen los piensos industriales y que muchas veces nuestros perros desarrollan alergias e intolerancias. Esto potencia el sistema inmune, dando lugar a perros más sanos y visiblemente más fuertes.

Algo importante y relacionado a la salud del animal es su aliento y sus heces, al llevar una dieta BARF, el aliento es menos intenso porque sus dientes están más limpios y las heces de nuestro perro son más pequeñas y no olerán tan mal. Asimismo, se evitan los gases y dolores estomacales que provocan las alergias a veces.

Menor riesgo de obesidad

Si nuestro perro es ansioso con la comida, al darle una dieta BARF, aunque no sea la original, es decir, que eliminemos los huesos y no sea carne cruda, el can tardará más en comer por lo que tendrá mejor digestión, menos gases, menor riesgo de sobrepeso, comerá más relajado, disfrutará de su comida y le saciará más al tardar más tiempo en comer.

Además, según los propietarios de perros que llevan esta alimentación, notan a sus perros más enérgicos, con más ganas de salir al parque, más activos y visiblemente más felices. Eso reduce claramente la inactividad y el sedentarismo, por lo que nuestro perro tendrá menos riesgo de padecer sobrepeso, con lo negativo que es eso para ellos.


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