El golf ha sido un deporte criticado durante décadas, o bien por parecer una actividad para vagos o para gente de clase alta o que lo intentan aparentar como el polo, por ejemplo. Pero la realidad es que se trata de un deporte con multitud de beneficios, también tiene sus cosas malas, pero los beneficios ganan la batalla en esta balanza.
El golf es un deporte muy conocido y que suele practicarse al aire libre, no confundir con el mini golf, eso es algo similar, pero a un nivel mucho menos exigente. Siguiendo con el golf al aire libre, hoy vamos a entender por qué es tan popular y por qué tanta gente se anima a practicarlo, y es que todo aquello que sea al aire libre y conlleve andar, funde en una sola actividad multitud de beneficios físicos y psicológicos. Así es el golf.
Pero no todo es tan perfecto como parece, este deporte también tiene muchas contraindicaciones, sobre todo para quienes tiene problemas de espalda, además, al estar haciendo siempre el mismo movimiento, eso causa cierto desgaste. El lado negativo del golf lo veremos al final del post, ahora nos centraremos en lo bueno que nos ofrece este deporte tan famoso y «sencillo».
Breve historia del golf
Este deporte, tal y como lo conocemos ahora, surgió en Escocia en el siglo XV de la mano de guerreros de Highland, una región montañosa del norte de Escocia. En aquel momento, golpeaban piedras del suelo con bastones de palo y otros materiales. La intención era tapar los agujeros que los conejos hacían en el terreno.
El golf como tal se mencionó por primera vez en el parlamento escocés en marzo de 1457, pero no era para hacerlo oficial, sino para prohibirlo, ya que tenía tanta fama que los hombres preferían jugar con esos bastones y esas piedras que al tiro con arco.
Pero la invención del golf puede provenir también de la Panganica, que en la antigua Roma era un juego donde se usaba un palo curvo y una pelota fabricada en cuerpo y rellena de plumas. Muchos historiadores están convencidos de que los romanos llevaron el Panganica a Gran Bretaña y de ahí se iría extendiendo.
Sea como fuere, en el siglo 16, el golf ya estaba presente en multitud de zonas por toda Gran Bretaña y fue ahí cuando se empezó a popularizar entre las grandes familias aristócratas de Europa.
El campo de golf más antiguo del mundo está en Escocia, como es obvio y se llama Royal Blackheath. De hecho, el diámetro actual de los hoyos en los campos de golf es porque en este primer campo oficial se establecieron de 11 cm.
Beneficios de jugar al golf
Ahora vamos a descubrir por qué es tan beneficioso jugar a este deporte, aunque luego veremos que hay ciertas lesiones y que no todos pueden prestarse a disfrutar de los hoyos durante horas.
Se juega al aire libre
Los ejercicios que se realizan en el exterior favorecen la socialización; ayudan a despejar la mente; nos calman la ansiedad y el estrés; nos ayudan a mantenernos organizados porque controlamos el tiempo que pasa; estamos activos en todo momento; disfrutamos de la naturaleza; absorbemos vitamina D, etc.
Se calcula que, si terminamos el recorrido completo de un campo estándar, que son unos 18 hoyos, podemos llegar a andar hasta 17.000 pasos y eso supone un gasto de 1.200 calorías. Sin embargo, los que elijan un coche eléctrico, no gastarán tanto y no obtendrán tantos beneficios.
Es un deporte calmado y de bajo impacto
Al practicar golf tenemos un bajo índice de lesiones y un bajo impacto para las articulaciones de los tobillos y rodillas, aunque la espalda y los hombros se pueden ver afectados, tal y como contaremos en el apartado siguiente.
El golf es un deporte recomendado para todas las edades, desde los más peques de la casa, hasta mayores de 65 años, ya que ayuda a compartir ciertas enfermedades degenerativas.
Favorece la concentración y puntería
Aparte de otros beneficios para el corazón y los músculos, como son el cumplir, de sobra, con los 10.000 pasos que recomienda la OMS, y el incremento del colesterol bueno, así como la prevención de la osteoporosis, este deporte que parece tan fácil, pero que no es porque necesita años de practica y técnica para perfeccionarse, es muy clave si sufrimos problemas de concentración.
Necesitamos centrar todos nuestros sentidos en un solo objetivo y acercar la bola lo máximo posible al hoyo, de ahí que desarrollemos buena concentración y afinemos nuestra puntería.
Ayuda a combatir las enfermedades mentales
Es un deporte eficaz contra las enfermedades mentales degenerativas como son el Parkinson y el Alzheimer. Este deporte es clave porque ayuda a ralentizar el avance de estas enfermedades tan demoledoras, según, descubrieron los estudios científicos.
Dice que una actividad tan simple y compleja a la vez, como lanzar una bola blanca a su correspondiente hoyo, ayuda a evadirse, a concentrarse y a ejercitar el cerebro y los músculos del cuerpo a partir de los 65 años.
Lesiones y problemas de salud más comunes
Las contraindicaciones de practicar este deporte son varias, y es que, aunque parezca, desde fuera, un deporte de bajo impacto y muy vago, se trata de una actividad muy repetitiva y con muchos giros bruscos que no son nada buenos para nuestra espalda baja y nuestra cadera.
La mayor de las lesiones se produce en la zona lumbar, también pueden darse diferentes tendinitis tanto en hombros como en muñecas. Recordemos que es un deporte con movimientos muy repetitivos y eso desgasta al cuerpo.
También es común la rotura del hueso ganchoso de la mano y el síndrome del túnel carpiano. También dolores en las cervicales, fractura de costillas por fatiga muscular, sobrecarga en las rodillas, sufrimiento del tendón de Aquiles, fractura de los metacarpianos, etc.
No es un deporte libre de riesgos, pero si calentamos adecuadamente, y no sobreexplotamos nuestro cuerpo, podemos practicar golf con normalidad con familia y con amigos los fines de semanas, o varias veces por semana.
Para reducir las lesiones, debemos flexionar rodillas al agacharnos a recoger las pelotas; evitar los giros y movimientos bruscos; usar un calzado adecuado y de calidad; si nos sentimos agotados, hacemos un descanso; no utilizar toda nuestra fuerza de impulso al golpear, ya que, en caso de dar al suelo, podemos lesionarnos; si sentimos alguna molestia, paramos de inmediato; el movimiento de rotación ha de hacerse desde la zona dorsal no lumbar; el trasporte del material ha de hacerse empujando, no tirando; para el Green la espalda siempre recta, etc.